Temblores, nervios, ojos alterados, palpitaciones, espasmos, sudor, uñas mordidas, gritos, euforia, visiones fantasmales, alucinaciones, la lista podía seguir y seguir, eran los síntomas de una joven que estaba internada, sin ser capaz de mostrar mejoría de sus ataques de histeria. Habían pasado...