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owo Este fic es continuación de la historia de ciencia ficción u3u Apophis, les recomiendo leer las partes previas. =3 En un rato de tiempo libre subiré un glosario de las especies de la historia y las imágenes.
X3 COMENZAMOS!!!
La guardia estelar, dentro de la galaxia REL9003, conocida por la especie humanoide menos evolucionada, como la vía láctea, un conjunto de seres humanoides que se unieron para mantener el orden entre las distintas especies y el progreso de cada una, encaminadas a un bien común, preservar cada raza y asegurar el equilibrio propio de las leyes galácticas que formularon los fundadores de esa guardia. Aunque la mayoría de los seres humanos de distintos puntos de la galaxia estaban afiliados, había una especie que se reusaba a ser aceptada, las Uruae, un error en la evolución, como la consideraban las otras clases, que se desarrollaron de una forma muy distinta, aunque en su ADN mantenían relación estrecha con las demás al punto de poder procrear, distaban mucho de un comportamiento civilizado, eran agresivas, arrogantes, manipuladoras, depravadas, su único deseo era esparcir su raza por toda la galaxia. Dentro de esa especie, había una mujer en especial, Saghir, considerada un peligro de alto nivel, misma, que se logró apaciguar en un pequeño planeta, a expensar de dar por perdida a la civilización local y tomarla como una raza en riesgo de extinción.
A pesar de que la Tierra se tomaba como un zoológico y área de investigación, había alguien que insistía en traer de vuelta a los homo sapiens como la especie dominante, ella era una de las sobrevivientes y encargada de la patrulla de dicho planeta, así como directriz del laboratorio donde cuidaban a las crías rescatadas de ese planeta, respondiendo al nombre de Kim, quien con ayuda de Eve, su mejor amiga y pareja sentimental, se esforzaban por demostrar la necesidad de una confrontación contra Saghir y medidas más fuertes contra su tiranía, siendo ya tres años sin lograr frutos. Esa joven adulta, era la misma que salía de la oficina de la almirante, con un rostro furioso, haciendo que las personas a su alrededor le abrieran el paso, aunque fuese de baja altura comparada las demás especies, se había ganado el respeto de todos por haber sobrevivido a una pelea con Saghir, así, como ser la única que nació con una inmunidad a diversas toxinas de distintas razas de la galaxia, entre ellas, las uruae, característica que llevó a ser tomada en cuenta para formar parte de la patrulla así como su investigación.
Kim llegó al hogar que tenía en esa estación espacial, una casa que compartía con Eve, quien se encontraba preparando la comida, notando en su pareja una clara molestia por su rostro fruncido y la manera en que arrojaba su chaleco de la guardia a la pared.
- ¡Maldita pendeja! - Gritó Kim golpeando la pared. - Odio a esa mujer. -
- Adivino, la almirante volvió a negar tu petición. -
- Ella insiste en que no hay motivos para atacar a Saghir, que ha cumplido con su parte del trato, sólo tener que escuchar su sermón de siempre y sus malditas insinuaciones de querer algo conmigo me sacan de quicio. -
- Sobre eso, ten cuidado. - Comentó Eve deteniendo sus actividades culinarias para acercarse a Kim y tratar de calmarla. - Escuché algo sobre la almirante, dicen que es de los pocos “machos” de su especie. -
- ¿Macho? Pero, ella es una mujer… No ¿Acaso me dices que es como… -
- Sí, al parecer, la especie de ella, tiene una población totalmente femenina, cuando llegan a cierta edad, se preparan para decidir si desean procrear o ser quienes inseminan a la pareja. -
- Maldita evolución jodida que tienen. - Habló Kim presionándose las sienes al caminar, sentándose en el sofá. - Harían que Darwin se volviera loco, ya tengo suficiente con las pesadillas de haber sido violada por esa maldita, como para empezarme a imaginar que la mujer al mando de aquí, es una jodida hermafrodita que quiere follarme. -
- Al menos, lo estás tomando con más calma, el año pasado, seguro la hubieras querido matar. -
- No es como si tuviéramos más opciones. - Dijo la pelirroja empuñando sus manos frente a su rostro al reflexionar las cosas. - No tenemos a donde ir, que nos permitieran cuidar de las niñas e incluso, que haya parejas interesadas en adoptarlas, basta para comprender sus intenciones, pero… -
- No estarás a gusto hasta que Saghir esté muerta ¿Verdad? -
- No podemos confiar en ella. -
- Así es, no, cuando sabemos lo que les hizo a nuestras familias. - Habló Eve tomando las manos de la pelirroja, sonriéndole un poco. - Pero, no hagas tonterías, tenemos que planear bien como enfrentarla, aunque la odio también, no quiero arriesgarme a que te pase algo. -
- Perdóname, Eve… A veces, pensar en lo que le hizo a mi hermana, estando yo tan cerca sin poder hacer algo. -
- Te he dicho muchas veces que dejes de culparte, tú me pediste lo mismo respecto a mi padre y mi hermano. -
- A veces, me pregunto, si algún día, podremos volver a ver a la Tierra como la conocíamos. -
- No lo sabemos, tal vez, les toque a las niñas que salvaste verlo ¿O no? Tal vez, crezcan, conozcan la historia a través de nosotras y decidan, que quieren recuperar su mundo. -
- Sería grandioso. - Rio un poco Kim mientras Eve subía sus manos al rostro, antes de besarla en la boca.
- Por hoy, olvida a Saghir, olvida a la almirante, no pienses en nada más que en estar tranquila. -
- Eso haré. -
Eve se levantó para volver la cocina, dejando a Kim en la sala, que empezó a quitarse las botas y la camisa de su uniforme, tornando su mirada hacia una caja metálica que reconocía bien, eran los paquetes que enviaban de su trabajo, ya que, siendo ambas oriundas de la Tierra, hacían de traductoras en documentos que parecían ser muy importantes.
- ¿Y esta caja? -
- Valea nos la envió, dice que parecía importante, la encontró en un laboratorio subterráneo cerca de Washington. -
- ¿Valea sabe donde queda Washington? -
- No creo, pero, por la descripción de los monumentos históricos, sé que era ahí. - Comentó Eve mientras Kim tecleaba en la pantalla táctil el código personal que usaba para los envíos de esa mujer.- ¿Qué hay adentro? -
- Parecen ser sólo papeles… Hay algunos planos, archivos… Y… -
- ¿Qué más? -
Kim se quedó callada al tomar entre sus brazos un cuaderno con el nombre de su hermana, parecía ser una bitácora, no obstante, lo más sorprendente, era la fecha con la que registró la pasta, hacía cinco años, el momento en que cayeron cautivas de esa extraterrestre. La pelirroja empezó a revisar las hojas, tratando de leer sobre los últimos días de su hermana, Eve dejó todo lo que hacía para sentarse al lado de su novia y tomar sus hombros, temiendo en que se rompiera a llorar, como solía hacerlo al tener pesadillas, pero, hubo un ligero “hum” en su voz, así como un retroceso de su cabeza, lo que estaba escrito ahí no tenía sentido, por lo que lo leía una y otra vez.
- ¿Esto perteneció a tu hermana? -
- Si… Es de ella… Siguió escribiendo en la bitácora, aunque era una esclava de esa maldita, tomaba notas de lo que hacía, tal vez, pensando en que le serían de ayuda después para los planes de la puta lagartija… Estuvieron en Washington ocultando algo… - Hablaba Kim pasando saliva. - Pero… Lo que dice aquí, no tiene sentido. -
- Déjame leer… Umm… ¿Qué idioma es este? -
- No es ningún idioma, es un código que usábamos desde niñas en nuestros diarios y trabajos personales, usando de base el alfabeto inglés de veintiséis letras, las invertíamos, por ejemplo, la letra A era la Z, la B era la X, así, sucesivamente. -
- ¿Y qué dice? -
- El espécimen K tuvo su etapa de gestación sin problemas, pero, el retoño no era lo que esperaba la reina, la cría tuvo la apariencia exterior de la especie local, tras el análisis de ADN, resultó tener un noventa por ciento de los genes de la madre gestadora, es decir, no cumple con los parámetros de una hija idónea de nuestra reina. - Hablaba Kim con el rostro totalmente sorprendido. -
- ¿Espécimen K? -
- La cría posee las mismas cualidades que la gestadora, aunque es primitivo, su sistema inmunológico está peleando contra las células uruae… -
- Kim, tú eras la única inmune a las feromonas de ella, de forma natural ¿Verdad? -
- Creo que ya no soy la única… La reina consideró que debemos de estudiar más a la criatura, lejos de la gestadora, averiguar sus posibilidades de supervivencia y como punto más importante de investigación, su capacidad reproductiva… La reina tiene expectativas altas sobre el retoño a quien nombró K2… Se anexa misión principal, la gestadora no debe de tener conocimiento del nacimiento de una cría de tales características, se le seguirá induciendo la premisa de ser progenitora de uruaes con perfiles genéticos correctos. -
Kim cerró el cuaderno dejando su dedo índice para no perder esa hoja, volteó a ver a Eve, quien mostraba la misma cara que ella, lo que estaba escrito ahí, parecía ser una locura, pero, si era cierto lo que decía, estaban tratando con un asunto más que preocupante, estaban de por medio con el hecho de que, Kim nunca dio a luz a una hija de Saghir, mejor dicho, a una uruae, sin embargo, si fue madre, madre de una niña humana. No podía ser así, tenía que ser alguna broma o algún plan de esa extraterrestre, pero, del libro, cayó algo, al momento en que ambas agacharon su rostro para ver que era, vieron una fotografía, una bebé recién nacida, con algunos mechones pelirrojos, bebé que estaba en brazos de Saghir, quien le miraba con indiferencia, como si sintiera asco de que no fuera lo que esperaba.
- Kim… Esta bebé… -
- No puede ser cierto…-
- Espera, tú me dijiste que habías dado a luz varias de esas criaturas ¿No era verdad? -
- No lo sé, la mayor parte del tiempo que estuve atrapada en el laboratorio de Mirka, estuve drogada. - Respondió Kim dejando el libro para subir sus manos a sus sienes, presionándolas al sentir un dolor de cabeza por la presión de esa información. - Di a luz a una humana, Eve… ¿Sabes que significa eso? -
- ¿Qué Saghir nunca logró su cometido contigo? -
- Algo más importante… De alguna forma, mi inmunidad va más allá de no ser afectada por sus feromonas, significaría, que podemos evitar que su especie se propague. -
- ¡Tenemos que contárselo a la almirante! ¡Podemos detener a las uraue! - Habló Eve emocionada al pensar en que no habría más planetas invadidos.
Al momento en que Eve se levantó para dirigirse al comunicador, Kim siguió pensando en la información que recién había leído, sin dejar de ver la foto de aquella bebé, su hija, fue cuando recordó, Washington, habían ido a esconder algo allá, no era algo, era, alguien, más que el sentimiento de madre, el escalofrío de sentir que Saghir estuvo de nuevo jugando con ella, le hizo ponerse de pie y correr hasta Eve, deteniéndola.
- ¡No! No podemos contarle, no nos creerá, sabes que esa mujer es una maldita burocrática, buscará la forma de decirme que no haremos nada. -
- Pero, la almirante también es una científica ¿O no? Seguro que podemos despertar su curiosidad con esto. -
- ¿Puedes confiar en esa mujer? - Preguntó Kim a su pareja, quien frunció la mirada al recordar cuantas veces rechazó sus planes contra Saghir.
- Tienes razón. -
- Esa maldita de Saghir, me mintió todo este jodido tiempo, he estado atormentada por creer que di a luz a esos monstruos… -
- ¿Qué haremos entonces? -
- Iremos a la Tierra. - Contestó la pelirroja apretando sus puños y frunciendo su mirada. - La llevaré al borde de la muerte si es necesario, hasta que me confiese que hizo con esa niña… Ella lo sabía, mi hija, es la clave, Kim… Noventa por ciento humana, diez por ciento Uruae, si ella sigue con vida, Valea podría investigarla, podríamos averiguar… -
- Cómo es que tú diste a luz a una humana y como esa niña enfrentó ese ADN. -
La pareja no sabía que alguien estaba atenta de su conversación, cámaras y micrófonos había por doquier en su hogar, puestas bajo las ordenes de la almirante, quien se enteraba de todo desde su escritorio, dándole vuelta a su asiento lentamente, al pensar en lo que acababa de enterarse.
- Así que una tienes una hija de tu especie… Interesante. -
X3 COMENZAMOS!!!
La guardia estelar, dentro de la galaxia REL9003, conocida por la especie humanoide menos evolucionada, como la vía láctea, un conjunto de seres humanoides que se unieron para mantener el orden entre las distintas especies y el progreso de cada una, encaminadas a un bien común, preservar cada raza y asegurar el equilibrio propio de las leyes galácticas que formularon los fundadores de esa guardia. Aunque la mayoría de los seres humanos de distintos puntos de la galaxia estaban afiliados, había una especie que se reusaba a ser aceptada, las Uruae, un error en la evolución, como la consideraban las otras clases, que se desarrollaron de una forma muy distinta, aunque en su ADN mantenían relación estrecha con las demás al punto de poder procrear, distaban mucho de un comportamiento civilizado, eran agresivas, arrogantes, manipuladoras, depravadas, su único deseo era esparcir su raza por toda la galaxia. Dentro de esa especie, había una mujer en especial, Saghir, considerada un peligro de alto nivel, misma, que se logró apaciguar en un pequeño planeta, a expensar de dar por perdida a la civilización local y tomarla como una raza en riesgo de extinción.
A pesar de que la Tierra se tomaba como un zoológico y área de investigación, había alguien que insistía en traer de vuelta a los homo sapiens como la especie dominante, ella era una de las sobrevivientes y encargada de la patrulla de dicho planeta, así como directriz del laboratorio donde cuidaban a las crías rescatadas de ese planeta, respondiendo al nombre de Kim, quien con ayuda de Eve, su mejor amiga y pareja sentimental, se esforzaban por demostrar la necesidad de una confrontación contra Saghir y medidas más fuertes contra su tiranía, siendo ya tres años sin lograr frutos. Esa joven adulta, era la misma que salía de la oficina de la almirante, con un rostro furioso, haciendo que las personas a su alrededor le abrieran el paso, aunque fuese de baja altura comparada las demás especies, se había ganado el respeto de todos por haber sobrevivido a una pelea con Saghir, así, como ser la única que nació con una inmunidad a diversas toxinas de distintas razas de la galaxia, entre ellas, las uruae, característica que llevó a ser tomada en cuenta para formar parte de la patrulla así como su investigación.
Kim llegó al hogar que tenía en esa estación espacial, una casa que compartía con Eve, quien se encontraba preparando la comida, notando en su pareja una clara molestia por su rostro fruncido y la manera en que arrojaba su chaleco de la guardia a la pared.
- ¡Maldita pendeja! - Gritó Kim golpeando la pared. - Odio a esa mujer. -
- Adivino, la almirante volvió a negar tu petición. -
- Ella insiste en que no hay motivos para atacar a Saghir, que ha cumplido con su parte del trato, sólo tener que escuchar su sermón de siempre y sus malditas insinuaciones de querer algo conmigo me sacan de quicio. -
- Sobre eso, ten cuidado. - Comentó Eve deteniendo sus actividades culinarias para acercarse a Kim y tratar de calmarla. - Escuché algo sobre la almirante, dicen que es de los pocos “machos” de su especie. -
- ¿Macho? Pero, ella es una mujer… No ¿Acaso me dices que es como… -
- Sí, al parecer, la especie de ella, tiene una población totalmente femenina, cuando llegan a cierta edad, se preparan para decidir si desean procrear o ser quienes inseminan a la pareja. -
- Maldita evolución jodida que tienen. - Habló Kim presionándose las sienes al caminar, sentándose en el sofá. - Harían que Darwin se volviera loco, ya tengo suficiente con las pesadillas de haber sido violada por esa maldita, como para empezarme a imaginar que la mujer al mando de aquí, es una jodida hermafrodita que quiere follarme. -
- Al menos, lo estás tomando con más calma, el año pasado, seguro la hubieras querido matar. -
- No es como si tuviéramos más opciones. - Dijo la pelirroja empuñando sus manos frente a su rostro al reflexionar las cosas. - No tenemos a donde ir, que nos permitieran cuidar de las niñas e incluso, que haya parejas interesadas en adoptarlas, basta para comprender sus intenciones, pero… -
- No estarás a gusto hasta que Saghir esté muerta ¿Verdad? -
- No podemos confiar en ella. -
- Así es, no, cuando sabemos lo que les hizo a nuestras familias. - Habló Eve tomando las manos de la pelirroja, sonriéndole un poco. - Pero, no hagas tonterías, tenemos que planear bien como enfrentarla, aunque la odio también, no quiero arriesgarme a que te pase algo. -
- Perdóname, Eve… A veces, pensar en lo que le hizo a mi hermana, estando yo tan cerca sin poder hacer algo. -
- Te he dicho muchas veces que dejes de culparte, tú me pediste lo mismo respecto a mi padre y mi hermano. -
- A veces, me pregunto, si algún día, podremos volver a ver a la Tierra como la conocíamos. -
- No lo sabemos, tal vez, les toque a las niñas que salvaste verlo ¿O no? Tal vez, crezcan, conozcan la historia a través de nosotras y decidan, que quieren recuperar su mundo. -
- Sería grandioso. - Rio un poco Kim mientras Eve subía sus manos al rostro, antes de besarla en la boca.
- Por hoy, olvida a Saghir, olvida a la almirante, no pienses en nada más que en estar tranquila. -
- Eso haré. -
Eve se levantó para volver la cocina, dejando a Kim en la sala, que empezó a quitarse las botas y la camisa de su uniforme, tornando su mirada hacia una caja metálica que reconocía bien, eran los paquetes que enviaban de su trabajo, ya que, siendo ambas oriundas de la Tierra, hacían de traductoras en documentos que parecían ser muy importantes.
- ¿Y esta caja? -
- Valea nos la envió, dice que parecía importante, la encontró en un laboratorio subterráneo cerca de Washington. -
- ¿Valea sabe donde queda Washington? -
- No creo, pero, por la descripción de los monumentos históricos, sé que era ahí. - Comentó Eve mientras Kim tecleaba en la pantalla táctil el código personal que usaba para los envíos de esa mujer.- ¿Qué hay adentro? -
- Parecen ser sólo papeles… Hay algunos planos, archivos… Y… -
- ¿Qué más? -
Kim se quedó callada al tomar entre sus brazos un cuaderno con el nombre de su hermana, parecía ser una bitácora, no obstante, lo más sorprendente, era la fecha con la que registró la pasta, hacía cinco años, el momento en que cayeron cautivas de esa extraterrestre. La pelirroja empezó a revisar las hojas, tratando de leer sobre los últimos días de su hermana, Eve dejó todo lo que hacía para sentarse al lado de su novia y tomar sus hombros, temiendo en que se rompiera a llorar, como solía hacerlo al tener pesadillas, pero, hubo un ligero “hum” en su voz, así como un retroceso de su cabeza, lo que estaba escrito ahí no tenía sentido, por lo que lo leía una y otra vez.
- ¿Esto perteneció a tu hermana? -
- Si… Es de ella… Siguió escribiendo en la bitácora, aunque era una esclava de esa maldita, tomaba notas de lo que hacía, tal vez, pensando en que le serían de ayuda después para los planes de la puta lagartija… Estuvieron en Washington ocultando algo… - Hablaba Kim pasando saliva. - Pero… Lo que dice aquí, no tiene sentido. -
- Déjame leer… Umm… ¿Qué idioma es este? -
- No es ningún idioma, es un código que usábamos desde niñas en nuestros diarios y trabajos personales, usando de base el alfabeto inglés de veintiséis letras, las invertíamos, por ejemplo, la letra A era la Z, la B era la X, así, sucesivamente. -
- ¿Y qué dice? -
- El espécimen K tuvo su etapa de gestación sin problemas, pero, el retoño no era lo que esperaba la reina, la cría tuvo la apariencia exterior de la especie local, tras el análisis de ADN, resultó tener un noventa por ciento de los genes de la madre gestadora, es decir, no cumple con los parámetros de una hija idónea de nuestra reina. - Hablaba Kim con el rostro totalmente sorprendido. -
- ¿Espécimen K? -
- La cría posee las mismas cualidades que la gestadora, aunque es primitivo, su sistema inmunológico está peleando contra las células uruae… -
- Kim, tú eras la única inmune a las feromonas de ella, de forma natural ¿Verdad? -
- Creo que ya no soy la única… La reina consideró que debemos de estudiar más a la criatura, lejos de la gestadora, averiguar sus posibilidades de supervivencia y como punto más importante de investigación, su capacidad reproductiva… La reina tiene expectativas altas sobre el retoño a quien nombró K2… Se anexa misión principal, la gestadora no debe de tener conocimiento del nacimiento de una cría de tales características, se le seguirá induciendo la premisa de ser progenitora de uruaes con perfiles genéticos correctos. -
Kim cerró el cuaderno dejando su dedo índice para no perder esa hoja, volteó a ver a Eve, quien mostraba la misma cara que ella, lo que estaba escrito ahí, parecía ser una locura, pero, si era cierto lo que decía, estaban tratando con un asunto más que preocupante, estaban de por medio con el hecho de que, Kim nunca dio a luz a una hija de Saghir, mejor dicho, a una uruae, sin embargo, si fue madre, madre de una niña humana. No podía ser así, tenía que ser alguna broma o algún plan de esa extraterrestre, pero, del libro, cayó algo, al momento en que ambas agacharon su rostro para ver que era, vieron una fotografía, una bebé recién nacida, con algunos mechones pelirrojos, bebé que estaba en brazos de Saghir, quien le miraba con indiferencia, como si sintiera asco de que no fuera lo que esperaba.
- Kim… Esta bebé… -
- No puede ser cierto…-
- Espera, tú me dijiste que habías dado a luz varias de esas criaturas ¿No era verdad? -
- No lo sé, la mayor parte del tiempo que estuve atrapada en el laboratorio de Mirka, estuve drogada. - Respondió Kim dejando el libro para subir sus manos a sus sienes, presionándolas al sentir un dolor de cabeza por la presión de esa información. - Di a luz a una humana, Eve… ¿Sabes que significa eso? -
- ¿Qué Saghir nunca logró su cometido contigo? -
- Algo más importante… De alguna forma, mi inmunidad va más allá de no ser afectada por sus feromonas, significaría, que podemos evitar que su especie se propague. -
- ¡Tenemos que contárselo a la almirante! ¡Podemos detener a las uraue! - Habló Eve emocionada al pensar en que no habría más planetas invadidos.
Al momento en que Eve se levantó para dirigirse al comunicador, Kim siguió pensando en la información que recién había leído, sin dejar de ver la foto de aquella bebé, su hija, fue cuando recordó, Washington, habían ido a esconder algo allá, no era algo, era, alguien, más que el sentimiento de madre, el escalofrío de sentir que Saghir estuvo de nuevo jugando con ella, le hizo ponerse de pie y correr hasta Eve, deteniéndola.
- ¡No! No podemos contarle, no nos creerá, sabes que esa mujer es una maldita burocrática, buscará la forma de decirme que no haremos nada. -
- Pero, la almirante también es una científica ¿O no? Seguro que podemos despertar su curiosidad con esto. -
- ¿Puedes confiar en esa mujer? - Preguntó Kim a su pareja, quien frunció la mirada al recordar cuantas veces rechazó sus planes contra Saghir.
- Tienes razón. -
- Esa maldita de Saghir, me mintió todo este jodido tiempo, he estado atormentada por creer que di a luz a esos monstruos… -
- ¿Qué haremos entonces? -
- Iremos a la Tierra. - Contestó la pelirroja apretando sus puños y frunciendo su mirada. - La llevaré al borde de la muerte si es necesario, hasta que me confiese que hizo con esa niña… Ella lo sabía, mi hija, es la clave, Kim… Noventa por ciento humana, diez por ciento Uruae, si ella sigue con vida, Valea podría investigarla, podríamos averiguar… -
- Cómo es que tú diste a luz a una humana y como esa niña enfrentó ese ADN. -
La pareja no sabía que alguien estaba atenta de su conversación, cámaras y micrófonos había por doquier en su hogar, puestas bajo las ordenes de la almirante, quien se enteraba de todo desde su escritorio, dándole vuelta a su asiento lentamente, al pensar en lo que acababa de enterarse.
- Así que una tienes una hija de tu especie… Interesante. -