El equipo se dividió, todos con un objetivo que cumplir. Nieves y Shouko, seguidas de Falcomon volando arriba, salieron corriendo detrás de GinRyumon quien a vuelo persiguió a los Patamon holográficos que se dispersaron por los alrededores. La peli azul activó en su D-arc la opción para mirar lo que su compañero veía, pues iba varios metros más delante de ellas. Vio que perseguía al primero de los Patamon, el que aleteaba a un par de metros adelante, buscando algo o alguien para atacar. La joven redujo la velocidad, sacó unas digicartas y seleccionó una.
— ¡Aurvandil's Arrow!—utilizó ella
— ¡Atácalo, ahora!
Su dragón obedeció y disparó un Tekkoujin que de un certero golpe, atravesó a la imagen y se clavó en una pared de concreto más adelante, desvaneciéndolo antes de que alcanzara a hacer nada. El adulto se volvió buscando a otro, mientras Minamoto y Falcomon torcían por una calle a la izquierda, siguiendo a uno.
— ¡Nosotros tenemos a este!—dijo la muchacha
— ¡Busquen al tercero!
GinRyumon se reunió con su tamer, quien montó en su espalda y asintiendo a la orden de la mayor, elevaron el vuelo siguiendo la dirección que llevaban antes para encontrar al último Patamon. Shouko dio la orden a Falcomon, quien de un aleteo potente se dejó en caer en picada contra el holograma, quien disparó una burbuja de aire a un negocio que encontró abierto, listo para derribar las cosas que se exhibían afuera. Apenas abrió la boca, el digimon fantasma desapareció atravesado por una lluvia de shurikens que le pulverizaron en el acto, evitando que el local fuese afectado.
— ¡Bien hecho!—felicitó la japonesa, levantando sus dos dedos en señal de victoria.
Se volvieron para ayudar a la compatriota a buscar al Patamon que faltaba. El otro dúo todavía no podía dar con éste, revisando de un lado a otro en los alrededores desde el aire.
—No es posible—dijo el dragón, extrañado
—, no pudo ir tan lejos.
Escucharon una exclamación y el digimon se detuvo en seco, girándose hacia la derecha. Se escuchaba lo que parecía ser el inicio de una pelea, por lo que se acercaron rápidamente a una calle adyacente. Desde arriba alcanzaron a ver cómo un muchacho con un Guilmon habían sido atacados por el Patamon que buscaban, el que desapareció en paquetes de datos antes de que nada más ocurriera, dejando muy confundidos a los afectados. Nieves chasqueó la lengua.
—No alcanzamos a detenerlo.
—No importa por ahora—respondió su compañero
—, debemos regresar con nuestros compañeros para ayudarlos.
—Sí.
GinRyumon tomó camino hacia donde habían visto partir a Shouko y Falcomon, divisando a éste desde el aire, reuniéndose rápidamente los cuatro y tomando dirección hacia donde estaban Dana y BlackGreymon.
En el lugar, Boarmon soltó un rugido furioso, se levantó en sus patas traseras y salió corriendo a toda velocidad, tomando fuerza con su corrida para embestir al otro. BlackGreymon disparó su Mega Flame, pero el monstruo se cubrió en llamas, repeliendo la otra y embistiendo con su poderoso cuerpo al dinosaurio, arrojándolo al suelo muy cerca de donde estaba su camarada. Esta soltó una exclamación y cerró sus puños mientras el otro más allá se reía.
— ¡Vamos, Black, arriba! ¡Puedes hacerlo!
Su digimon se volvió de lado para luego ponerse de pie, pero Boarmon recibió su siguiente orden y salió nuevamente para golpear al otro con sus cuernos. Una voz se escuchó aproximarse.
— ¡No lo permitiré!
Un digimon grande se cruzó en el camino de Boarmon, aferrándose con sus fuertes garras al suelo y bloqueando la embestida. El jabalí golpeó a GinRyumon y le arrastró un par de metros, pero éste se contuvo con fuerza evitando que golpearan a su compañero. BlackGreymon se puso en pie, asombrado de verle aparecer.
— ¡Gracias!—exclamó, feliz de verle.
Nieves se reunió con Dana, habiendo bajado de espaldas de su digimon en cuanto estuvieron cerca del lugar de la pelea. Minamoto se les unió, con su compañero sobrevolando el lugar y estudiando la situación. La joven sacó su cuaderno para hacer algunas anotaciones, mientras adelante, Boarmon golpeaba una y otra vez con su cabeza y colmillos en la armadura de GinRyumon, quien le resistía con tenacidad.
— ¡Ayúdale, Black!—llamó la española.
Su camarada ya estaba en eso, y rodeando a su compañero acorazado, atacó a Boarmon con su Great Antler, arrojándole a un lado y cayendo al suelo con estrépito. Esto permitió que GinRyumon pudiera enderezarse y bajar su defensa. Le agradeció al dinosaurio con un gesto y ambos se prepararon para pelear.
— ¿Eso creen, estúpidas?—escupió el otro, enfureciéndose.
Metió con la mano algo temblorosa otro chip en su “reloj” y un Bakemon apareció. A la orden del muchacho, el fantasma estiró una mano larga y de temible aspecto por debajo de su sábana, lanzando un golpe directo hacia BlackGreymon. El digimon le contuvo con sus brazos y forcejeó mientras GinRyumon disparaba sus Tekkoujin, no contra el jabalí sino creando una especie de reja con varias lanzas clavadas en línea frente a éste.
—Falcomon, recupera a Gazimon por favor—pidió Shouko desde abajo.
El ave oscura se dio prisa y con su movimiento habitual, descendió como un rayo a un lado del digimon gris, lo tomó con cuidado en un brazo y lo levantó, aleteando con su otro brazo para alejarlo del tamer que por ahora, había dejado de golpearle para concentrarse en la pelea. Falcomon trajo al Gazimon a un lado de Shouko, quien revisó su estado y constató que no se encontraba nada de bien.
“Desgraciado”—pensó ella, apretando los dientes.
Hubiera querido darle una lección al otro, pero no era deber de un reportero intervenir nunca, sino dejar constancia fiel de los hechos, y eso fue lo que hizo.
— ¡Anda, Boarmon, ve por ellos!—ordenó el chico.
Su digimon corrió y golpeó las lanzas clavadas en el suelo, pero éstas estaban firmemente enterradas y muy cercas la una de la otra, por lo que crearon una pared que retuvo temporalmente al otro, haciéndole caer hacia atrás. Enfurecido, su tamer cargó DigiSoul y se la transmitió, ordenándole ésta vez atacar con su fuego para derretir las lanzas. GinRyumon sonrió al escucharle.
— ¡Muerde esa cosa, BlackGreymon!—ordenó Dana.
Su digimon utilizó Grey Tooth en la garra del Bakemon, destruyendo su mano y haciéndole desaparecer.
— ¡Nose Blaster!—atacó Boarmon a las lanzas que lo impedían.
El fuego comenzó a derretir lentamente las varas de hierro, a lo que GinRyumon llamó a su compañera.
— ¡Ahora, cuando venga estará cubierto con hierro derretido!
— ¡Entiendo!—exclamó la peli azul.
Sacó una digicarta que nunca había utilizado y la puso en la ranura. Las Tekkoujin se derritieron a la mitad, suficiente para que Boarmon pudiera embestirlas y pasar a través de ellas, quedando algo cubierto de hierro derretido muy caliente sobre su cuerpo también caliente, por lo que no sintió dolor. Cuando se abalanzaba sobre los oponentes, la japonesa deslizó la tarjeta.
— ¡MetalGarurumon!
— ¡Cocytus Breath!—atacó el dragón, disparando un rayo helado que impactó en el rival.
A causa del cambio brusco entre temperaturas, el metal endureció de golpe sobre el cuerpo de Boarmon, recuperando su consistencia dura y refrenando sus movimientos. El muchacho de los lentes soltó una exclamación.
— ¡Es todo tuyo!—dijo GinRyumon a su compañero.
Este salió despedido de su sitio y con su Great Antler embistió al Boarmon haciéndolo rodar por el suelo. Su tamer maldijo y rápidamente activó otra digimemoria, esta vez de Garurumon. El lobo apareció y ante la orden, disparó su Fox Fire contra BlackGreymon. GinRyumon se deslizó rápidamente por el aire y volvió a hacer de escudo de su compañero, repeliendo las llamas azules con su armadura y desviándolas hacia los costados, evitando que le atacaran por sorpresa después de arremeter contra el oponente. El impacto caliente fue un tanto doloroso pero el dragón resistió haciendo un esfuerzo. El Garurumon desapareció y el chico atrás quedó de una pieza.
— ¿Y qué vas a hacer?—preguntó Dana de manera desafiante.
Boarmon se puso en pie con dificultad, aún con partes de hierro endurecido en su cuerpo. El chico masticó unos cuantos insultos y de la nada, sacó su Digivice IC, regresó a su digimon adentro, levantó el dedo medio y salió corriendo del lugar, perdiéndose rápidamente por una calle adyacente. Dana y Nieves se apresuraron a seguirle, pero al meterse por la calle el muchacho ya había desaparecido. La española soltó una exclamación molesta y golpeó con su pie en el suelo.
— ¡Se escapó! ¡Ese canalla cobarde! ¡Lo ha vuelto hacer! Debió aceptar su derrota y pagar esto que ha hecho. Detesto a los abusivos como él—soltó con un bufido.
La peli azul soltó un suspiro y dio un respingo.
— ¡El Gazimon!—dijo, volviéndose al tiempo que su compañera.
Ambas seguidas de sus compañeros regresaron y se reunieron con Shouko, quien sobre una rodilla a un lado del digimon gris, terminaba de escribir rápidamente todo lo que había presenciado con un gesto emocionado. Falcomon a su lado ayudó a levantar al digimon herido.
— ¡Eso estuvo muy bien!—exclamó la reportera, poniéndose de pie
—Lástima que ese abusón escapara, pero al menos le han dado una lección y ahora Gazimon y DemiDevimon estarán a salvo.
— ¿DemiDevimon?—repitió el otro abajo con sorpresa
— ¿Le han encontrado? ¿Está bien?
—Temo que no se encuentra bien—dijo Ruikás con mal semblante—
. Y tú tampoco te ves nada de bien.
—Lo llevaremos al hospital donde tienen a su compañero para que se repongan—dijo GinRyumon, ofreciéndose a llevar a Gazimon en su espalda.
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Esa tarde, Gazimon finalmente se reunía con su pequeño amigo alado. El digimon estaba en una camilla muy grande para él, lleno de vendas y con parches en su cuerpo redondo, pero feliz de ver que su camarada estaba a salvo. Agradecieron a las chicas y a sus digimon, despidiéndose todos y abandonando el hospital, deseándole suerte a los dos rookies y que tuvieran cuidado. Una vez afuera, Shouko observó al par de chicas con una gran sonrisa en su cara.
—No ha estado nada de mal nuestra búsqueda de noticias hoy—declaró, inspirando profundamente
—. Lo que parecía un sencillo robo cotidiano nos llevó a un caso de abuso por parte de ese sujeto. ¿Quién sabe en qué más estará involucrado? Cuando lo ponga en el periódico mañana se verá en problemas y de seguro empezará a usar gorras o algo para esconderse si quiere ir por la ciudad.
—Lástima que con la pelea no alcanzamos a tomar ninguna fotografía—comentó su compañero oscuro abajo
—, pero al menos Gazimon y DemiDevimon están bien y detuvieron a ese sujeto.
—Y yo tengo una excelente noticia para la edición de mañana—añadió la reportera, abanicándose con su cuaderno
—. Pondrá sobre aviso a los tamers novatos que lean las noticias sobre la academia. Buen trabajo, chicas~ Se las debo.
—No fue nada—respondió Nieves sonriendo levemente, feliz de haber podido contribuir.
— ¡Cuando quieras!—exclamó Dana, levantando su puño
— ¡Puedes venir a buscarnos de nuevo si quieres encontrar más noticias interesantes por la ciudad! O igual siempre puedes escribir sobre al alza de caramelos: ¿en serio no te parece algo grave?—preguntó con ingenuidad.
Minamoto estiró los labios y negó con la cabeza. Abajo, Black soltó un suspiro y negó.
—Dana, aparte de los niños pequeños, a ti es a la única a la que le puede importar algo como eso…