Bueno para empezar soy nuevo aquí, hace muchos años subía fics aquí pero luego la pagina desapareció y no supe mas de ella. ya no recuerdo ni siquiera mi perfil jaja.
La cosa es que por ocio comenze a reescribir un fic y pensé en ponerlo aquí, aun que veo que el foro ya esta medio muerto jaja, ojala alguien lea y le guste.
Cabe decir que este fic sitúa a los elegidos en un mundo que esta inmerso en una crisis y decadencia social total. en esta entrega ellos son ya adultos aun que visitaremos pasajes de su adolescencia. y como adultos deben desenvolverse con un pensamiento maduro, critico y responsable.
Ahora sin mas preámbulo...
Corría el año 2004, y la tranquilidad de la noche solo era interrumpida por el alumbrado publico de las calles de Odaiba que bañaba el asfalto de un luminoso y falso sentido de seguridad. Aquella madrugada era la de un día corriente de escuela y ya casi faltando diez minutos para las seis de la mañana, el silencio era puesto fuera de escena por el ruidoso caos de la vida nocturna, coches, sirenas, peleas de vagos y adictos, pero aun así nada coartaba la pasividad del sueño en el interior del departamento de la modesta familia Yagami.
En la parte superior de la litera de su habitación, una niña de solo trece años despertaba repentinamente con el bullicio de aquel despertador en forma de balón de football, que por supuesto, no era suyo. Ella se tapaba el rostro con sus mantas haciendo berrinche por tener que levantarse tan temprano, esperando que el perezoso de su hermano mayor, quien dormía en la cama inferior, apagara el despertador, pero al cabo de un rato lo comprendió, eso no sucedería. Luego, tras la ardua lucha contra el sueño, la pequeña castaña logra bajar y silenciar aquel infernal despertador, y sin pensarlo mucho, le llama la atención a su hermano moviendolo un poco del hombro. Enseguida y entre maldiciones susurradas, un rostro demacrado por el insomnio y con las magulladuras propias de lo que, tal vez, fue una pelea callejera, emerge de entre las cobijas y dirige una mirada fría y aterradora a su hermana, acto seguido, se reincorpora al calor de las ropas de su cama y la jovencita, con decepción, comprende que hoy el joven y despeinado castaño no asistirá a clases, otra vez... "¡Esta cansado y su mente necesita digerir este golpe de mala suerte!" se repetía a si misma, aveces engañarse resulta mas fácil que aceptar la incomoda verdad.
El resto de la mañana transcurrió con normalidad, la niña se preparo para la escuela y se dispuso a desayunar junto a sus padres con el animo renovado gracias a una deliciosa ducha, y a pesar de los gritos de su madre para que su hermano despertara y las maldiciones de su recientemente desempleado padre por el comportamiento de este, no se dejó amedrentar por la escena. Ni los gritos, ni el lúgubre ambiente propiciado por una débil y única luz que se encendía solo de ser necesario, nada podía pervertir la aparente calma de aquella chiquilla, mas su atención estaba centrada en aquel exagerado noticiero matutino que transmitía un resumen de una manifestación que había tenido lugar el día anterior en Tokio. La reportera en televisión con ahínco daba a entender que el motivo de la concentración radicaba en la problemática que suponía la profunda crisis social y económica del país sumado a las políticas permisivas del primer ministro japones Kazuo Shii con respecto a las oleadas de inmigrantes provenientes de occidente.
-La manifestación, que tubo lugar ayer a las afueras del Edificio de la Dieta, dio cita a mas de 120.000 personas que despotricaban contra las débiles medidas del gobierno frente a la creciente ola de desempleo, el desbordado crimen que se a tomado cada barrio de Japón y la falta de voluntad política del primer ministro Shii, que a sido incapaz de parar el flujo criminal que llego junto a los refugiados occidentales.- relataba una joven reportera japonesa, relato acompañado de imágenes de largas filas de obreros sin trabajo, delitos violentos de las ultimas semanas y gráficos que demostraban la poca solvencia del estado nipon.-La multitudinaria concentración convocada por adherentes del opositor Partido Liberal Democrático tubo eco en el oficialismo, donde con precipitación, los máximos lideres del Partido Comunista llamaron a los ciudadanos a "defender el gobierno popular y las conquistas del pueblo".- continuó informando.
-¡Los japoneses estamos cansados, no hay trabajo por culpa de los extranjeros, la semana pasada la tienda de mi hermana fue robada por tres latinos, deberían de irse al diablo!- reclamaba con furia un humilde hombre en televisión.-¡Mi vecino perdió a su esposa en un atentado de La Estrella Roja, el pobre diablo ya no es ni la sombra del policía que fue!- continuo sollozando.
-El gobierno de Shii a demostrado empíricamente, una vez mas, que tanto el socialismo como el entendimiento con delincuentes y terroristas... ¡es una fracaso!- condenaba con un enérgico golpe en la mesa Shinzo Abe, líder del Partido Liberal Democrático mientras era entrevistado por la prensa.- hemos tenido que ver con tristeza cada día, como a los pies del monte Fuji se levantan improvisadas casas pertenecientes a extranjeros, delincuentes y comunistas que solo vienen a dañar nuestra sociedad... ¡Es nuestro patrimonio y debemos defenderlo a toda costa!¡Debemos defender Japón y su soberanía sobre el terrorismo!- concluyó el líder derechista.
-Por su parte, el gobierno culpa a la derecha política por el boicot económico, mientras que la delincuencia se la atañe al ya casi mítico líder del grupo terrorista "La Estrella Roja" conocido bajo el seudónimo de "Comandante Malcolm". Este grupo terrorista radicado en "la Colina del Terror", como es conocida una barriada ilegal de extranjeros a los pies del monte Fuji, es responsable de numerosos ataques a ciudadanos destacados y se les acusa de financiarse con las ganancias del crimen organizado, una pandilla local llamada "Terror Hill's Gang", que a su vez, se ve constantemente envuelta en situaciones de violencia callejera y enfrentamientos armados con la mafia local Yakuza. En Un comunicado del comandante subversivo que se viralizó luego del pasado atentado explosivo en el Departamento de policía de Odaiba, una de la frases hacia la siguiente amenaza; "La sociedad japonesa no es nuestro enemigo, pero cualquier represalia a nuestros hermanos sera correspondida con un fuego infernal"- concluía la reportera
La chica se quedo prendada de la imagen del guerrillero en la pantalla, un hombre aparentemente maduro, vestimenta casi militar, pero algo mas descuidada, fornido, su rostro era oculto por un pasamontañas negro y en su mano, un fusil AK-47. Su mirada y su postura proyectaban una temible convicción. La chica no podía evitar sentir algo en su pecho cuando miraba los ojos de aquel sujeto, un presentimiento, algo importante estaría ligado a ese hombre, aunque estaba segura que no seria nada bueno, con alguien de su tipo era de esperarse cualquier atrocidad. De pronto, la voz furiosa de su padre descoloca violentamente a la chica que atemorizada escucha:
-¡Es por culpa de tipos como ese que tu hermano se convirtió en un vago inútil, no se por que aún no lo hecho de aquí!- despotricaba el padre enjuiciando al tipo de la pantalla con su indice.-¡Hikari, no quiero verte con esos animales, no quiero que te conviertas en basura como tu hermano!- amenaza a su hija cerrando el puño frente a ella, que impactada no pudo mas que tratar de balbucear alguna frase ilegible.
El incomodo momento fue interrumpido casi milagrosamente por el timbre de la puerta. Era aquel chiquillo rubio y de ojos azules que siempre estuvo para Hikari. La niña al ver de pie en su puerta la excusa perfecta, rápidamente toma sus cosas y se despide tan sumisa como velozmente con un "Adiós" al viento. Mientras la niña abandonaba el lugar para ir a la escuela, un malhumorado Taichi abría la puerta de su habitación y se dirigía silenciosamente al refrigerador, era casi como si no pudiera oír las maldiciones de su colérico padre, solo se limito a decir en voz alta:
-Me bañare y saldré de aquí con mi novia y los chicos, haré algún dinero con un trabajo que nos han ofrecido.- decía mientras cerraba el refrigerador con una mano y con la otra se llevaba un cartón de leche a la boca.
-¡¿Como que un trabajo?! ¡Deberías volver a la escuela, estudiar y ser alguien mas que un simplón holgazán Taichi!- le grita su padre al ver la indiferencia con que era tratado por su hijo. Taichi con un serio aspecto y mirada desafiante le responde:
-¿Y con que pagaras mi educación, con tu dinero? No eres capaz ni de pagar tu propio desayuno hombre inútil y mantenido.- terminado lo dicho se retiró al baño mientras la habitación se quedó muda.
Por otra parte en el camino a la escuela, Hikari se sentía muy a gusto con la compañía de Takeru, el rubio logró sacarle mas de una sonrisa y la hizo olvidar el mal rato con su padre, pero TK sabia, que si o si, debía tocar un tema delicado para su amiga, ya que un problema como aquel ponía en peligro a todo el grupo.
-Hikari...- pronuncia el joven mirando seriamente a la niña que caminaba a su lado.-¿Por que estaba enfadado tu padre?- le pregunta, pero TK ya sabia la respuesta.
-Ya sabes, desde que se quedo sin trabajo esta de muy mal humor y ademas Taichi...- pero Hikari no termino su frase, mas bien se quedo mirando el suelo mientras andaba.
-Hikari debes afrontarlo, tu hermano esta muy mal y si no lo sacamos de allí pronto sera muy tarde.- preocupado le decía- Taichi va de mal en peor y lo sabes, peor aún, se niega a recibir nuestra ayuda.
-¡Es que tu no lo entiendes Takeru, Taichi aun no se repone de su accidente, estar sin jugar soccer es algo que lo mantiene muy triste!¡Ademas todo este tiempo sin los digimon lo tiene muy afectado!¡No puedes juzgarlo así!- grita la niña deteniendo su marcha y enfrentándose a su amigo sin pensarlo.
-¿Que no lo entiendo? ¡La semana pasada se presentó drogado a la fiesta de bienvenida de Mimi, se pasó de la raya con sus comentarlos a las chicas, se emborracho y por si no fuera poco, su novia casi termina por arruinar la fiesta con su actitud!-le recrimina Takeru con una dura postura.
-No digas eso, Mei no es una mala chica, es solo que no logra adaptarse a nuestro país, en el suyo paso por cosas muy duras...-pero la niña no pudo terminar su argumento, sabía que en el fondo su amigo tenía la razón y Taichi tarde o temprano conocería las consecuencias de sus actos.
Más adelante en el camino ambos jóvenes se encontrarían con sus amigos, Yamato, Sora, Koushiro y Mimi, todos ya rodeando los 16 años, convertidos en adolescentes los que algún día fueron niños enfrentándose a las más improbables adversidades.
-¡Hermanito así es como te quería encontrar! Jaja.- exclamaba Yamato con efusiva picardía al ver a su hermano llegar acompañado de Hikari, gracia le hacia al músico ver el rostro colorado de su hermano menor.
-¡Hermano deja de decir tonterías!- le responde nervioso TK agitando las manos de manera que el bromista entendiera que debía cerrar la boca.
-Te noto un poco seria Hikari.- comenta Sora.-¿Te encuentras bien?- le pregunta al ver que los ojos de la hermanita de Taichi se encontraban vidriosos por la pena contenida.
-No me ocurre nada, gracias chicos, solo son los problemas de siempre.-les contesta Hikari con una improvisada y falsa sonrisa.-Sera mejor que nos demos prisa, no sería buena idea llegar tarde a la escuela hoy.- continúa la castaña emprendiendo el camino aprisa seguida por Takeru.
-Debe ser por Taichi, le afecta mucho su comportamiento, ojalá el pudiera entender el daño que le provoca su hermanita.- comenta al grupo Sora mientras observa a la pareja caminar delante de ellos, al tiempo que pensaba en las lamentables decisiones que había tomado quien fue, en alguna época, su mejor amigo.
-Taichi ya lleva demasiado tiempo sin venir a clases, se me hace difícil convencer a los maestros de no reprobarlo a estas alturas.- añade con preocupación Koushiro con su mano en el mentón y mirando hacia el cielo como si la respuesta estuviese ahí.- Tendría que estudiar mucho si le volvieran a dar una oportunidad, por su puesto, yo podría ayudarlo con eso.
-Por mi mucho mejor, prefiero no verme la cara con ese lunático intento de rufián.-dice Mimi sentenciando inmediatamente la situación mientras se cruzaba de brazos y dibujaba una mueca de niña malcriada.
-Mimi tiene razón, ese sinvergüenza no merece nuestra atención, sin importar cuanto lo ayudemos el muy estúpido eligió el camino equivocado y no parece querer que lo saquen de ahí.- termina por agregar Yamato serio y concluyente, todos sabían que él era el mas dolido con la situación de Yagami.
-¿Pero como puedes pensar de esa manera? Taichi es tu amigo y es ahora cuando más te necesita.- le recrimina Sora preocupada por la actitud de su novio.
-De seguro hay una manera efectiva de rescatar a nuestro amigo, no debemos pelearnos por esto.-indica tranquilo Koushiro intentando relajar la situación.- Estoy seguro de que Taichi superará esto, pero también estoy consciente de que necesita nuestro apoyo.- continuó.
-No creo que sea verdad, más bien...- pero Yamato es interrumpido por Mimi quien presurosa exclama:
-¡Rápido alcancemos a Takeru e Hikari, pero démonos prisa que se les hace tarde!- sujeta a Koushiro del brazo y se lo lleva a toda velocidad mientras presiona a Yamato y Sora para hacer lo mismo.-Yo no debo ir a la escuela puesto que volveré en unas semanas a EE.UU., pero ustedes no tienen esa suerte ¿No?
Más adelante Hikari y Takeru caminaban lado a lado hablando trivialidades, reían y parloteaban con toda tranquilidad al tiempo que pasaban por fuera del escaparate de una licorería, sin darse cuenta que en la calle de enfrente, estacionado, estaba un vehículo Impala de color negro con vidrios polarizados y el motor encendido listo para partir. Obviamente para ninguno de los dos eso fue importante, solo continuaron conversando. Al pasar la tienda, no dan más que unos pasos cuando al escuchar a su amiga Mimi, quien a gritos les pedía que se detuvieran para caminar juntos, se voltean para mirar a sus amigos que venían un buen par de metros atrás de ellos. Pero justo en ese instante, el ruido producido por un arma disparada dos veces desde el interior de la licorería obligó a todos los chicos a lanzarse al piso buscando alguna protección. Allí tumbados en el piso los 6 amigos, es cuando ven salir de la licorería a un joven un poco mayor que ellos, con una camiseta blanca de tira y pantalones flojos en tono gris, en su cabeza un pañuelo negro amarrado con la inscripción "THG" en su frente con letras blancas y encapuchado con un pañuelo de las mismas características. Detrás de él, una joven casi de su misma edad, de piel solo un tanto más oscura y cabello negro, casi azulado, de ojos oscuros que también vestía pantalones flojos de color beige y una sudadera negra, cubría su rostro con un pañuelo negro, pero está vez para nadie era un secreto quien era, todos la reconocieron y se esperaron lo peor al ver salir al último truhan de la tienda. De cabello castaño y alborotado, camiseta ancha de color azul de un equipo deportivo aparentemente americano, bermudas cafés y zapatillas blancas, casi una irónica parodia de su infancia, dando tiros al aire el último de los bandidos se sube al Impala negro que lo esperaba listo para huir, es cuando todos piensan de inmediato:
-¡Taichi!
El cielo nocturno de aquella noche era cubierto por las humeantes fogatas que calentaban a los desafortunados que buscaban escapar de las garras de aquel despiadado frío, agolpándose con sus familias en la calle para compartir con sus vecinos el calor de las llamas, solo se encontraban preguntándose una y otra vez "¿Por que ami?¿Porque a mis hijos?". Es entre estos estrechos pasajes de lo que hace años fuera la temida barriada de La Colina del Terror o "Terror Hill's" como también se le conocía, que una muchacha de 21 años se moviliza a prisa esquivando a las personas que circulan a esa hora en la calle. Con un largo abrigo que la cubría hasta sus rodillas y un capuchón que ocultaba su rojo cabello, pretendía pasar desapercibida, el régimen quería su cabeza y estando sola, desprotegida era... una presa fácil.
- Tal vez si Taichi hubiera resistido un poco más, si no hubiera conocido a esa chica... No, ¿Que digo? Probablemente el resultado hubiera sido similar, al final de cuentas resultó que Taichi simplemente no era la persona que creímos.- en sus pensamientos la portadora del amor se lamentaba no poder hacer nada al respecto.
La chica continúa su camino entre los callejones que componían este sombrío complejo de casas improvisadas y medio en ruinas. Los muros y paredes agujereados, las calles destruidas y el desolador ambiente daban cuenta del manto de tiranía que tiñó de sangre la Colina del Terror, en cada esquina se cruzaba con rostros afligidos por la inclemencia del sistema. Si bien a diferencia de hace tres años gran parte de la población de este barrio es japonesa, las familias occidentales aún permanecían presentes, sin importar que su número fuera considerablemente reducido debido a las purgas del primer año del actual gobierno, y a pesar de que rara vez ocurrían incidentes de violencia racial, los migrantes no olvidan que sus nuevos vecinos fueron quienes en algún momento despotricaban contra su presencia en el país.
Todos los que vivían en ese horrible sector lo hacían para refugiarse del régimen que hubiera derrocado el fallido gobierno de Kazuo Shii, todos condenados a la más humillante pobreza por ser considerados parias por la autoridad, miles de personas hacinadas en la pequeñas calles de aquel caserío padecían el frió, el hambre y la enfermedad como si se tratase de la edad media. Mientras la chica avanzaba entre la multitud de seres humanos, en un entorno copado de quejidos y lamentos, se cruza repentinamente con Meramon, una criatura humanoide envuelta completamente por las llamas. Sora sin reaccionar se congela frente a la criatura de fuego, pero esta le sonríe y se aparta del camino para encender con sus llamas una fogata para algunos indigentes. No era un sirviente del régimen, era un digimon que se oponía a dañar a los seres humanos, por eso el también era un paria, por eso él debía estar también ahí. En todo caso le iba mucho mejor que a sus pares en el Mundo Digital, en ese lugar los digimon que se oponen a la voluntad de sus patrones son engullidos por los adeptos a sus gobiernos. Takenouchi daba prisa a su paso entre estos callejones, con sus muros repletos de propaganda política y graffitis de pandilleros. De entre su ropa extrae un digivice, lo mira, pero no sabe si haber encontrado ese dispositivo abandonado en la ciudad era algo bueno o malo, aventurarse a buscar esa pista fue temerario, pero Sora tubo la esperanza de encontrar a sus amigas junto al digivice y esos pensamientos llenaban la cabeza de la joven, la inquietaban. Ella vuelve a guardarlo y fija su mirada en el camino. De pronto Sora llega hasta una precaria puerta, era la entrada a una de aquellas tristes moradas. Se apresura a golpear la malograda puerta que de inmediato fue abierta por una humilde mujer. La amistosa extraña de rasgos latinos y de unos 50 años la invita a pasar. Al entrar en una casa completamente oscura iluminada por solitarias velas en los rincones y cruzar la tétrica sala decorada de viejos muebles, sale al patio trasero y se encuentra con un grupo de personas que rodeaban el fuego. Hombres, mujeres, niños y ancianos charlando y compartiendo al calor algún gajo de pan o cualquier cosa para engañar al estomago. Unas quince personas en total componían el grupo, entre ellos, Yamato. El rubio se pone de pie al ver a su novia aparecer.
-¡Sora, casi me mataste de un susto, hemos perdido mucho tiempo por culpa tuya, no puedes alejarte del grupo de esa manera, no puedes ser tan tonta e inconsciente!- le reclama furioso el portador de la amistad mientras la sujeta con fuerza por los hombros, pero al notar lo mucho que llamaba la atención se tranquiliza y vuelve a guardar la compostura.- Al menos dime si pudiste dar con alguna señal de Mimi o Hikari.- interroga luego ya más calmado.
-No.- contesta mirando al piso con suma pena.- pero encontré esto.- Sora le enseña el dispositivo que había encontrado.- Estoy segura que le pertenece a Mimi, pero no sé si esto significa que se encuentra bien.- agrega la chica mirando a los ojos a su amante, esperando que esté le confortara con una respuesta.
-Yo tampoco puedo imaginar lo que esto significa, ese digivice podría ser de cualquier niño elegido extraviado.- Ishida no podía consolar a su chica con falsas esperanzas, tarea suficiente con cargar con el destrozado corazón de su hermano menor pensaba él.
-¿Y los demás al menos están a salvó?- le pregunta Sora, más que mal su impertinente búsqueda casi pone en peligro a sus amigos y familiares.- Espero que al menos ellos se encuentren bien.
-Takeru y Jyou están escoltando a nuestros padres para poder huir de aquí.- Yamato invita a Sora a entrar a la casa para conversar sin ser escuchados por los demás, solo la mujer que aparentemente gozaba de la confianza de los elegidos podía oír lo que hablaban mientras tomaba una tasa de té solitaria en la sala.- Mi padre pudo contactarse con un compañero de la estación televisiva, él y otro grupo de disidentes huirán en barco a América y prometió colar a nuestros parientes en la embarcación.
-¿Pero en América no es igual que aquí? - pregunta la pelirroja preocupada por el plan de su novio.
-La verdad pienso lo mismo, los americanos son muy desconfiados de los migrantes japoneses.- reflexiona Yamato.- Pero el amigo de mi padre dice que puede usar sus contactos políticos con los comunistas para ayudarlos a cruzar hasta el territorio del eje democrático.- agrega.
-Dicen que el régimen del Bloque Socialista Americano es tan implacable con sus detractores como los cruzados en Asia, he oído que los campos de trabajos forzados están atestados de prisioneros y que son torturados por los comunistas.- Sora no podía dejar de preocuparse, caer en manos del gobierno comunista antes de llegar a eje democrático era una posibilidad aterradora, atravesar el régimen americano es una misión delicada.
-De momento el único lugar seguro es el eje democrático en Europa, pero atravesar todo Asia en manos de los Cruzados es muchísimo más peligroso que atravesar el bloque americano.- afirma Yamato, consciente que intentar llegar al continente africano, perteneciente también al eje democrático, es casi imposible, ya que los tres bandos que se disputaban el mundo tenían los mares cubiertos de militares y digimon poderosos custodiando todo territorio y sin importar que, la orden es disparar primero, preguntar después.
-Creo que he complicado mucho las cosas, por favor perdóname Yamato.- la chica arrepentida busca en los brazos de su novio el consuelo para su arrepentimiento.
-No te preocupes, sabes que yo hubiera hecho lo mismo en tu lugar.- Yamato corresponde con sus brazos a Sora, y más aún, sella el momento con tierno beso en los labios de la joven.-Debemos esperar a Koushiro, él y Tentomon nos llevarán a reunirnos con los demás ¿Te parece si esperamos sentados cerca del fuego?
Ambos vuelven a salir al patio de la casa y con unas cajas como banquillos se acomodan sentados junto a los demás. En silencio los "elegidos" calentaban sus manos en la hoguera mientras escuchaban las conversaciones de los otros. No era un grupo de conocidos que compartían el fuego, no era una familia reunida, la mayoría no se conocía entre si y por eso Yamato y Sora pasaban tan desapercibidos. Entre las personas un niño que se encontraba junto a su padre, se tocaba el estómago mientras se escuchaba un rugido.
-¿Papa por qué no hay nada más para comer? ¿Recuerdas cuando cenábamos con mamá? ¿Por qué ya no podemos?- el niño impaciente intentaba que su padre pudiera calmar su hambre y ansiedad.
-Lo siento hijo mío, pero ya te has comido también mi ración.- le contesta con aflicción el hombre mientras ponía su mano sobre la cabeza del niño, al tiempo que se le quedaba mirando a los inocentes ojos de la criatura.- Quisiera poder darte algo más, pero los hombres malos que se llevaron a tu madre no me permiten trabajar ni entrar a la ciudad.- continúa el triste padre.
-¿Y Quiénes son esos hombres malos?- le vuelve a preguntar el niño angustiado por no entender el motivo de su sufrimiento.- ¿ Es que acaso mi madre hizo algo malo?
-Nadie aquí es una mala persona.- contesta un señor ya con algunos años encima que se encontraba de pie en el marco de la puerta. Con un aspecto andrajoso, rasgos latinos, la barba crecida y descuidada, sostenía una botella que licor en la mano.- Es solo que para este país somos una maldita plaga. Oh! No, espera, no solo para este país, el mundo entero por fin se a convertido en un basurero y nosotros, ni siquiera, podemos compararnos con las moscas y larvas que merodean esta porquería.- terminaba de decir aquel borracho mientras sus ojos dejaban caer algunas lágrimas.
-Lo siento, mi esposo fue un maestro de escuela en nuestro país, pero no a podido recuperar la sobriedad desde que llegamos a Japón.- se disculpaba la mujer que había abierto la puerta a Sora, avergonzada por la actuación de su marido.
-No se apene, el hombre dice la verdad y para ser francos, todos aquí necesitamos en trago para tratar de olvidar toda esta mierda.- contestaba uno de los sujetos que se encontraba ahí resguardándose del frío, mientras estiraba el brazo para que el triste viejo le diera unos sorbos de la botella. Una vez que el anciano le corresponde y le entrega el licor, luego de un casi desesperado sorbo el sujeto japonés le pregunta con sarcasmo.-¿Cuál es su historia amigo?¿Cómo es que llego a vivir a las paradisíaca isla del terror?
-Veras, yo vivía en un país en América del sur, en donde tenía una vida relativamente tranquila en la capital, en 2001 los "yankis" invadieron México y Colombia para combatir a los carteles del narcotráfico, algo que de primeras me pareció perfecto, la droga en ese entonces destruía todo aquello donde su influencia se enquistaba. Todos pensamos que por fin ese flagelo terminaría de podrir nuestras vidas.- relataba el hombre mientras se acomodaba junto al grupo y daba cortos sorbos de vez en cuando a su botella de licor.- Pero como era de esperarse, una vez que ambos países fueron "pacificados" y que todos pensamos que el narcotráfico sería por fin vencido, no fue así. A los estragos económicos propios de una guerra vecina, los refugiados, los atentados, se le sumó un flujo de droga mil veces más grande de lo que jamás habíamos visto, ningún país del continente pudo escapar a esto.
-Yo escuché historias sobre carteles latinos que secuestraban a las jóvenes para prostituirlas, yo no imagino convivir con el miedo de perder a mi hija de una manera tan terrible.- comenta una mujer de entre el grupo mientras sostiene la mano de la joven que resultaba ser su hija.- debió ser algo muy difícil.
-Si, la vida en mi país era difícil, fue entonces cuando decidimos venir a Japón con mi esposa y mi hijo, pero cuando llegamos aquí las cosas no eran del todo distintas. La mayoría de las personas de este país nos trataban siempre con desprecio, para ese entonces la Estrella Roja ya controlaba la Colina del Terror.- el hombre vuelve a dar un sorbo y al mirar el cielo nocturno sus ojos se llenan de lágrimas y su voz comienza a quebrarse.- Mi hijo tenía 18 años, cuando llegó aquí comenzó a deprimirse, no soportaba como sus iguales eran tratados por los locales y la mafia. No falto mucho para que conociera al Comandante Malcolm. Rodrigo rápidamente se dejó convencer por ellos y se convirtió en militante de la Estrella Roja, y no me importa lo que piensen, pero mi hijo defendió a su sangre y estoy orgulloso de haber sido su padre.
-Lastimosamente nuestro hijo fue asesinado a tiros por la policía, cuando ocurrió aquel incidente del joven pandillero que secuestró a la hija de un oficial.- Termina de relatar la historia la dueña de la casa.- Hace un tiempo intentamos volver a nuestro país, pero el "Partido Revolucionario Gennai" no nos permitió el ingreso por ser considerados espías del fascismo.
El resto de las personas en silencio reflexionan sobre la historia que acaba de contar la pareja, todos sabían de aquel incidente, muchos aún guardaban rencor hacia la Estrella Roja y muchos los culpaban de la situación actual, pensaban que fueron sus fatídicas acciones las que desencadenaron tan terribles consecuencias. Sora y Yamato también reflexionaban en silencio, pero para ellos la historia que acababan de oír se les hacía mucho más cercana, ellos sabían que el hijo de aquel matrimonio murió a causa de Taichi y de alguna manera eso los hacía sentir responsables de su desdicha. El asunto quedó atrás rápidamente al escucharse como alguien tocaba la puerta insistentemente, la mujer se apresura a revisar la entrada y al cabo de unos segundos, entra en escena Koushiro Izumi acompañado de Tentomon. Al verlos, la pareja rápidamente se puso de pie ansiosos por conocer el destino de sus familiares.
-¡Sora estás bien, me alegro mucho, temí que hubieras caído en manos de los hombres del Emperador Hiro Fushimi!-expresa Koushiro alegre, pero con la sobriedad que lo caracterizaba.
-Piyomon se asustó mucho Sora, los digimon también tenemos sentimientos ¿sabías?- Tentomon regañaba a Sora, tenía razón, pero como de costumbre nadie toma muy enserio los regaños del compañero de Izumi.
-Gracias Tentomon por preocuparte así de Piyomon, tiene mucha suerte de que seas su amigo.- dice la chica mientras se inclina para tomar de las pinzas al digimon, Tentomon se sonroja puesto que es tan tímido en el fondo como Koushiro y no esta acostumbrado a los halagos.
-Es cierto, Yamato me había dicho que corriste en busca de una pista de las chicas, dime ¿Pudiste hallar algo?- le pregunta el portador de conocimiento.
-Solo pude encontrar esto.- Sora le entrega el digivice hallado a su compañero y de inmediato Koushiro comienza a examinarlo, al menos superficialmente por si daba con alguna pista.- Realmente no se si pertenece a Mimi.- termina.
-Ya veo, de todos modos tendremos la certeza cuando lo analice en mi laptop.- Izumi guarda el digivice en un bolso que traía colgado.- Debemos salir de aquí no debemos asustarnos, pero tampoco bajar la guardia. La salida de la embarcación que sacaría de aquí a nuestros padres tubo un retraso, hay rumores de que el "Museihushugi" está en Japón y la policía secreta de los cruzados está tras su pista.-Izumi advierte a sus amigos, sabe que si por accidente se ven involucrados en algún incidente con los agentes cruzados, seguramente no saldrían con vida.
-¿Con que la "Estrella Negra" eh?-Yamato lo reflexiona un momento.- esos tipos no sé de qué van, pero es mejor que tengamos cuidado ¿Que tan lejos está la guarida de los demás?
-¡No se preocupen chicos, Koushiro es muy hábil y todos están a solo unas calles de aquí!- exclama Tentomon en voz alta, pero de inmediato los chicos se abalanzaron sobre el para taparle la boca, lo ultimo que querían era que su ubicación fuera de conocimiento publico.
-Jeje Tu nunca seras alguien discreto verdad jaja- murmura Sora.
Sin más, el grupo salió a la calle en busca del que sería su refugio, los chicos caminaban por las calles de la Colina del Terror, observando a su alrededor la triste realidad que golpeaba a sus semejantes. Las personas que no podían dormir o refugiarse en las casas, comenzaba a acomodarse en los rincones cerca de las fogatas, no eran pocos, una buena cantidad de familias acomodaban sus pertenencias en forma de colchones dispuestos a pasar la noche con sus parientes. La escabrosa miseria no hacia mas que deprimir a los habitantes de esta arruinada barriada. Mas aún, la pobreza no es el único peligro que ronda por estos pasajes, adictos y delincuentes sin escrúpulos también se mueven por aquí buscando presas fáciles para satisfacer sus necesidades. La pobreza no solo embarga al hombre desde lo material, con una moral arruinada, muchos son capaces de los actos y vejámenes mas aberrantes, solo por tener un poco de comodidad o aveces incluso solo por una dosis. Los traficantes de drogas son quienes mejor viven aquí, con dinero para arreglar sus viviendas con lo que aquí podría ser considerado como lujo, tienen el poder de dar trabajo a parte de la población de su barrio destinándolos a distintas labores propias de este negocio; ventas, logística, seguridad, incluso placer. Abastecidos por poderosos carteles del sur africano, distribuyen distintos tipos de sustancias destinadas a las fiestas de los habitantes de la ciudad, quienes se aventuraban a este barrio en busca de sus vicios. Aunque el mayor flujo de mercancía proviene del continente americano, donde los productores de coca son bendecidos por el gobierno del Bloque Socialista Americano, considerando el envío de drogas como la cocaína, la pasta base o la heroína al país nipon como una estrategia política para, según ellos, "combatir al fascismo". A pesar de ello, gran parte de estos productos son consumidos por la propia población lo que ayuda a crear este desolador ambiente.
En segundo lugar se encuentran los comerciantes y ladrones, los primeros son una especie de contrabandistas que tienen la posibilidad de traer artículos de primera necesidad como comida, medicina, algo de ropa o artículos de aseo personal, que en su mayor medida son consumidos por quienes trabajan para la mafia y por ladrones, ya que el resto de la población de Terror Hill's no tiene derecho al trabajo fuera del barrio y no tiene ningún poder adquisitivo. Los ladrones por otra parte, podrían ser considerados los mas nobles entre los pillos de este lugar, y lo han sido desde los años en que la Colina del Terror era un refugio exclusivo para migrantes. Rechazados por la saciedad japonesa. viven de los golpes que pueden dar a las familias que acomodadas viven en los alrededores del Monte Fuji. Violentos y de alguna manera profesionales, no dudan a la hora de apretar el gatillo, aún así, están lejos de ser monstruos abusadores. Sin perjuicio de lo ultimo, nadie molesta al "Sindicato de Ladrones", como hacen llamar a un conjunto de bandidos que regulan su convivencia, una osadía tal se paga con la vida.
A unas cuantas cuadras de su lugar de origen, el grupo se ve pasando por fuera de un enorme y oscuro patio. Un grupo de lapidas que apenas son visibles, pues son protegidas por el innumerable ramaje de arboles y malezas que las cubren, llaman la atención de todo el grupo, todas eran tumbas pertenecientes a antiguos miembros de la "Terror Hill's Gang" y combatientes de la Estrella Roja. Pasando de largo ya aquel cementerio, una casa un poco mas grande y en mejor estado que el resto, es ya el lugar donde Koushiro se detiene y golpea la puerta. Esta de pronto se abre y se asoma un sujeto enorme, de test morena, pantalones flojos y planchados, zapatillas impecables y una sudadera negra. El calvo hombre se pone frente a Izumi y coloca su gigantesca mano sobre su cabeza, Yamato y los demás pensaron que probablemente aquel extraño golpearía a Koushiro, pero este dijo.
-¡"Koshino" pequeño bastardo, volviste pronto, pensé que solo alguien allá afuera te comería vivo!... Hahahaha!- reía el tipo amistosamente.- ¡Vamos, entren hace frió aquí!.- los invita.
-Mi nombre es Koushiro no "Koshino", creí que ya te lo había explicado.- refunfuñaba Izumi por el apodo que le daba aquel sujeto.
Al entrar los elegidos se encontraron con sus familias y compañeros digimon, también con Takeru y Jyou. La madre de Sora se apresuro a abrazar a su hija que con fuerza se reencontraron, pero sin lugar a cuestionamiento, la mas emocionada era Piyomon, ambas se aferraron con tal fuerza que daba la impresión que ninguna quisiera soltarse. Todo aquello era de esperarse, las desapariciones de personas vinculadas a los digimon o la oposición eran muy comunes.
-¡Sora por fin estas aquí, pensé que me abandonarías! ¡Sora, Sora!- exclamaba la digimon una y otra vez a su compañera.
-Ya cálmate Piyomon, sabes que no me gusta que sean tan agobiante, solo salí fuera por un momento.- en eso es interrumpida por una desesperada y afligida mujer, era la madre de Hikari y Taichi.
-¡¿Sora dime, por favor, encontraste alguna pista de Hikari?!- le preguntaba angustiada Yuuko Yagami, mientras le sostenía débilmente las manos. Ella era ya una mujer sola, golpeada por el infortunio mas de una vez.
-No se preocupe, es posible que haya encontrado una valiosa pista sobre el paradero de nuestra amigas, debe tener fe.- trataba Sora de calmarla a lo que se suma Koushiro quien pone una mano sobre su hombro.
-Señora Yagami, Sora encontró este digivice, de seguro pertenece a Mimi y al analizarlo seguramente encontraré alguna pista sobre ambas.- Koushiro se dirige a un segundo piso con intención de buscar su computador.
Si bien para una persona de la ciudad el hogar de aquel hombre sería algo mediocre, para ser una casa en la Colina del Terror era bastante confortable con sillones, mesas de café e incluso algunos artículos electrónicos. El dueño de casa enciende un viejo televisor y se hecha en el sofá a verlo, Tentomon se va a la siga de Koushiro dejando en la habitación a Yamato, Sora, Takeru, Jyou, Gabumon, Piyomon, Patamon y Gomamon. Allí también se encontraban Agumon y Palmon, ambos sin sus respectivos compañeros humanos. Mimi al igual que Hikari se encontraban desaparecidas junto a Gatomon, pero a diferencia de la menor de los Yagami, Tachikawa fue secuestrada por desconocidos armados, en cambio se sospechaba que Hikari hubiera sido secuestrada por agentes del régimen, pero nadie tiene idea de como, cuando y donde ocurrió. La madre de los hermanos Yagami se encontraba junto a los padres de Yamato y los demás, no obstante, Susumu Yagami y los padres de Mimi se encontraban fallecidos.
-Por cierto, nadie nos a presentado, mi nombre es Yamato Ishida, gracias por darnos alojó.- el rubio se acerca al hombre para estirar su mano, a pesar de ello, el sujeto se quedó inmóvil mirando la televisión.
-No te emociones, lo hice solo por Koshino, ayudarlo es un favor que debía a un amigo fallecido.- contesta con tremenda seriedad, casi como si sintiera algún tipo de recelo al grupo.- Mi nombre es Jorge Zapata, pero me llaman "Jotakil" y soy un sobreviviente de los Terror Hill's Gang.
-¡¿JotaKil?! ¡¿Pero qué clase de ridículo nombre es ese?! Hahahaha!- Gomamon con la irreverencia que siempre lo caracterizó, no tardó en burlarse del apodo de quién les daba refugio.
-¡Gomamon será mejor que cierres esa boca, no puedes ir por ahí riéndote del nombre de las personas!- Jyou no podía dejar de corregir a Gomamon a gritos.- ¡Por favor intenta no seguir ofendiendo a quien nos está dando techo!- continuaba avergonzado por el comportamiento de su compañero.
-Así es, y será mejor que calles a ese bicho si no quieres que le cierre yo la boca de un tiro.- advierte con total pasividad, aún que el hombre no perdió la compostura ante las burlas de Gomamon, no había razón para pensar que sus amenazas eran en balde.
-¡¿Tú crees que puedes conmigo?! Quédate y ya verás... Gomamon divol...- pero Gomamon es interrumpido por un puntapié en el trasero propinado por Jyou.
-¡Te dije que cerraras la boca!- le grita Jyou desesperado y furioso a su compañero, provocar a un pandillero veterano no era la mejor idea.
-Por favor ya cálmense lo que menos necesitamos aquí es un pleito.- Takeru trataba de tranquilizar a sus amigos.- Recuerden que esta no es nuestra casa jeje.
-Por cierto ¿Quien te pidió ayudar a Koushiro?- pregunta Gabumon intrigado mientras bebía agua de un plato hondo.
-Un buen amigo mío, murió hace unos años, él una vez me presento a "Koshino" y me pidió que como era un cabezotas debilucho, lo ayudara siempre que lo viera en problemas. Además me agrada, es un buen chico, me hubiera gustado ser así, mis hermanos estarían vivos probablemente.- contesta JotaKil indiferente.
-Pero por favor díganos el nombre de quién le encargó cuidar de nuestro hijo.- insistía el padre adoptivo de Koushiro, Masami Izumi, mientras que con una cerveza en mano se sentaba junto a JotaKill.
-Nosotros lo llamábamos "Tai", pero ustedes lo conocían como... Taichi- todos quedaron estupefactos a oír su nombre, ninguno se espero saber algo bueno de él, no después de las circunstancias en las que falleció.
-¡¿Escuché Taichi?!¡¿Acaso conociste a Taichi?!- pregunta Agumon emocionado desde el comedor de la casa, donde sentado en el piso jugaba con una niña de unos 5 años, seguramente la hija de JotaKil.
-Taichi fue mi homie, también fue novio de mi hermana Mei, ustedes la conocieron creo, se llamaba María.- contesta el pandillero al pequeño dinosaurio.
-Si la recordamos, pero ese tipo no es alguien a quien querríamos tener en mente ahora.- comenta en voz alta Yamato.- Si no hubiera sido por él nada de esto estaría pasando.
-¡Será mejor que te retractes niño bonito o te encajare una bala entre los dientes, puto!- el enorme pandillero se pone de pie y de su cinto extrae un revólver calibre 38 y lo apunta justo al rostro del portador del emblema de la amistad. Todos atónitos no podían creer lo que sucedía ante sus ojos.- Taichi fue un gran carnalito, cuidó mucho de mi hermana e hizo lo que creyó necesario por defendernos y vengar a Mei.- continuó sin dejar de apuntar su arma.
-¡Olvidas que también gustaba de todas esas putas drogas y abusar de niñitas!- sin miedo Yamato hacia frente a su agresor, tenía convicción en lo que opinaba sobre su antiguo camarada.
-¡Eso es una mierda de mentira, no fue así como sucedieron las cosas!- le vuelve a gritar colérico el pandillero.
-¡¿Que sucede aquí?!- una mujer de unos 25 años y de similares características a JotaKil baja por la escaleras alertada por los gritos.- ¡Jorge, mejor que guardes ese revolver! ¡Si disparas atraerás la atención y sabes que hay policías encubiertos rondando el barrio cabrón!
-¡Por favor no mates a mi novio, te lo ruego!- rogaba Sora desesperada temiendo perder a su amante.
-¡Lo que dice mi hijo es verdad, yo estuve ahí cubriendo ese día!¡Yo vi lo que Taichi y ese otro criminal le hicieron a esa pobre niña solo por amedrentar a un policía!- Hiroaki Ishida defendía la postura y agallas de su hijo.
-¡Tú dime cuándo y me haré cargo de este sujeto Yamato!- Gabumon se encontraba en posición y listo para atacar, pero es Agumon quien reacciona rápidamente y corre para desafiar a Gabumon.
-¡Si quieres hacerle daño a un amigo de Taichi tendrás que pasar sobre mi cadáver, yo tampoco me trago toda esa porquería sobre él!- le amenaza en postura de ataque.
La escena era tensa, todos nerviosos y alterados se gritaba unos a otros, se amenazaban y apuntaban, en cualquier momento alguien comenzaría con la carnicería pero mientras todos discutían y se apostaban a atacarse la madre de Sora a viva voz exclama;
-¡Ya silencio!- todos se quedan inmóviles y callados - ¡No se dan cuenta que aquí mismo está la madre de ese joven! Yo misma conocí a ese joven desde que era un niño, y claro que me duele mucho todo lo que paso, pero aquí está su madre y ella no tiene culpa de nada, debemos respetar su dolor.- continua la florista, afortunadamente todos entran en razón y bajan la guardia. JotaKil se vuelve a ver la televisión y Yamato se va con su padre a la cocina. Sora se seca las lágrimas y sale de la casa con prisa.
-Mejor que la dejemos a solas un momento - comenta Takeru.- Aveces necesitamos estar a solas, lo que acaba de pasar fue algo estresante.
Los demás asentían con la cabeza hasta que un grito de Izumi los alerta. El genio y Tentomon bajan corriendo las escaleras y casi tropezándose el uno con el otro.
-¡Ya lo tengo!- dice agitado Koushiro.- El digivice que Sora encontró le pertenece a Mimi y podría ser una pista.
-¡Una pista de Mimi, eso significa que estamos a punto de dar con ella!-exclama Palmon, los demás digimon se abalanzan sobre ella para celebrar. El resto también se sonreía por la esperanza de Palmon, a excepción de la señora Yagami, quien apartada, no daba lugar alguno a la esperanza.
Mientras tanto fuera de la casa, Sora había ingresado a aquel cementerio que se encontraba junto al refugio. Caminaba sobre el pasto medio seco esquivando ramas y moviendo malezas para desplazarse. De pronto un fuerte ruido delante de ella que subió por entre las ramas, le hizo pensar que no estaba sola y se encontraba en peligro, pero no, rápidamente olvido esa idea cuando se fijó que enfrente de ella habían dos lápidas, una de ellas, la de Taichi Yagami y a su lado, Maria Zapata.
-Taichi, no lo entiendo ¿Por qué nos hiciste esto? Ahora te necesitábamos ¿Y que tenemos? Solo un amargo recuerdo que nos daña hasta el día de hoy.- la pelirroja reflexionaba frente a la tumba del infame portador del valor cuando una fuerte explosión la arroja al piso con la fuerza de su impacto.
Sora rápidamente se pone de pie y se percata de la gran nube de humo que proviene de la casa de aquella pareja occidental donde se había encontrado con Yamato. A prisa corre hacia el lugar cuando comienza a escuchar las sirenas de la policía, era una redada. Cuando la chica llega encuentra la entrada de la casa totalmente destruida. Sora sin pensar en consecuencia se adentra en la casa y se abre paso entre incipientes llamas hasta el patio, allí se topa con la dantesca escena. Los cuerpos de las personas con quienes había compartido hace unas horas estaban regados por el piso con heridas abiertas y sangrantes, algunos incluso aún daban agónicas señales de vida. Una joven adolescente, quien se habría encontrado entre el grupo junto a su madre escuchando la historia del dueño de casa, se retorcía de dolor en un charco de su propia sangre con un profundo corte en su abdomen que incluso dejaba ver parte de sus entrañas asomarse, la pobre infeliz apenas podía dar agudos chillidos de dolor a medida que su vida se apagaba. Sora, impactada, no daba crédito a lo que sus ojos veían. En el mismo lugar arrodillado en el piso, consumido por el llanto y la amargura, estaba aquel borracho que contaba su historia y en sus manos sostenía parte de la cabeza cercenada de su esposa, la mujer que había abierto la puerta para Sora y Koushiro. Unos metros más allá estaba el resto del cuerpo de la mujer, desde la mandíbula inferior hacia abajo se encontraba tirado en el piso. Frente al desmoralizado hombre, una esbelta joven de cabello rubio llamaba la atención por su vestimenta medieval que incluía una dorada armadura y cuatro alas doradas que salían de su espalda, claro, era un digimon. Sora observa como la digimon se acerca tranquilamente al destruido hombre mientras sostiene en su mano izquierda una filosa espada teñida con la sangre de los inocentes allí ejecutados. La criatura toma por el cuello a su víctima y la acerca a su rostro para interrogarlo.
-Mi nombre es D'arcmon y fui enviada por las fuerzas de orden de su santidad, el Emperador Hiro Fushimi. Fuimos informados que en esta casa se vio merodeando a los "elegidos", diga ¿Qué sabe usted sobre eso? Prometo que seré misericordiosa si coopera. tal como dicta el ejemplo de nuestro mesías.- lo interroga mientras oprime más la garganta del borracho que apenas podía articular palabra.
-N.. no... No sé... e nad... nada.- intentaba contestar el hombre.
-Elegiste el camino del pecado.- le dice D'arcmon antes de romperle el cuello con su mano derecha y dejar caer el cuerpo al piso. En ese momento D'arcmon se percata de la presencia de Sora.- Hey! Tú! Tengo un par de preguntas que hacerte.- D'arcmon comienza a dirigirse hacia Takenouchi, pero al avanzar hacia ella se topa con un estorbo. El niño que padecía hambre junto a su padre, se encontraba de rodillas en el piso moviendo el cadáver sin vida de su progenitor.
-¡Despierta, despierta papá!- suplicaba entre en desconsolado llanto el pequeño.
Una vez que D'arcmon se halló junto al niño, le propina un indolente puntapié en el rostro que lo dispara como una bala de cañón directo a Sora. El cadáver del niño cae a los pies de la pelirroja, la expresión sin vida del pequeño con la mandíbula hecha añicos y sus ojos muertos se quedaron en la retina de la portadora del emblema del amor, quien era abrumada por la inclemencia de la digimon. D'arcmon se acercaba peligrosamente a Sora, la joven era presa del pánico y no podía siquiera moverse. La angelical digimon se preparaba para usar su espada, está la alza hacia el cielo y da un salto para asestar un golpe mortal pero...
-¡Meteoros fugases!- una lluvia de bolas de fuego que cayeron sobre el digimon dieron oportunidad para que Sora intentará huir. Con el lugar incendiándose pudo correr hacia el exterior donde en la entrada de la casa se encontraría a Jyou.
-¡¿Sora te encuentras bien?! ¡Con Ikkakumom nos encargaremos esto!- exclama Jyou mientras la toma del brazo y comienza a correr con ella, pero no dan más que unos tres o cuatro pasos y son interceptados por D'arcmon.
-¡¿Y a donde creen que van pecadores?!- les amenaza, pero es sujetada por los brazos por Birdramon elevándola por los aires y soltando la inesperadamente.
-¡Arpón Vulcan!- el ataque de Ikkakumom impacta de lleno en el cuerpo de la desprevenida D'arcmon.
-¡Le diste Ikkakumom, asegúrate de eliminarla!- le ordena Jyou a su compañero digimon presintiendo la victoria.
-¡¿Con quien creen que se enfrentan miserables pecadores?!- de entre el polvo suspendido en el aire D'arcmon sale eyectada velozmente hacia Ikkakumom, dando un giro mortal, le propina en la frente una certera patada en reversa dejando fuera de combate a Ikkakumom cayendo este al piso volviendo a ser Gomamon.- A pesar de que soy de nivel campeón, soy muchísimo más poderosa de un campeón ordinario e incluso superó a muchos digimon perfectos.- fanfarroneaba D'arcmon.
-¡Gomamon!- gritaba Jyou desesperado mientras dejaba sola a Sora para socorrer a su amigo.
-¡Meteoros fugases!- Birdramon vuelve a intentar con su ataque, pero D'arcmon rápidamente da un salto impulsada por sus alas y corta con su espada las rocas de fuego incandescentes, y más aún, esta sigue volando a toda velocidad hacia Birdramon y atraviesa una de sus alas con su espada, mientras le da un golpe en el vientre con el otro puño derribándola y regresándola a su etapa de novato.
-¡Piyomon!- exclamaba Sora mientras corría para intentar atrapar a su compañera antes de caer al suelo.
-¡Yo me encargo de eso!- se escucha en el cielo al momento que la pequeña pajarilla es atrapada por Angemon.- ¡No te perdonaré que lastimes a mis amigos!- exclama el ángel de la esperanza mientras cierra su puño frente a su contrincante.
-¡Les he dicho ya que sus poderes sin insuficientes contra mi!¡En mi interior reside el poder sagrado de Lucemon y soy bendecida por la orden cruzada de Hiro Fushimi, nuestro salvador!- les advertía enérgica y llena de convicción D'arcmon mientras se ponía en posición de combate.
-¡Electro shock!- el poderoso y sorpresivo ataque de Kabuterimon fue resistido sin problemas por D'arcmon, que con su espada logra impulsar devuelta el poderoso golpe eléctrico a su oponente. Kabuterimon cae violentamente a tierra desplomando con él algunas casas debajo. Probablemente en el derrumbe murieron inocentes que se refugiaban en sus hogares de los disturbios, pero los daños colaterales no son una preocupación pertinente en una batalla.
-¡Será mejor que se rind...- pero antes de que D'arcmon pudiera terminar de jactarse, por la espalda es golpeada fuerte y rápidamente por el báculo sagrado de Angemon.-¡No puede...- pero a penas se voltea a ver a su rival, vuelve a ser agredida brutalmente con el báculo en distintas partes del cuerpo.
-¡Te dije que no te lo perdonaría, ahora serás tú la enjuiciada por llevar palabras sagradas en tu boca en balde!- le recriminaba Angemon a D'arcmon mientras le propinaba golpes con su arma.-¡Golpe de fe!-Angemon la golpea con la imponente energía espiritual de su puño, lo que la proyecta a tierra con fuerza descomunal y destruyendo todo a su alrededor, esa técnica debió ser suficiente para detenerla pensaron.
-¡Angemon ten cuidado con tus ataques, no queremos matar a nadie, recuérdalo!- le gritaba Takeru, ninguno de los elegidos quería ser el causante de más penurias para la gente.
-¡Cuando atacas asegúrate de eliminar a tu oponente o esté te eliminará a ti!-exclama D'arcmon al momento de emerger de entre la nube de polvo utilizando sus alas nuevamente, lista para darle una lección con la afilada hoja de su espada.
-¡Patada Garuru!- D'arcmon es interceptada por el ágil Wergarurumon, que con una fuerte patada de sus bestiales extremidades logra desestabilizar por completo al ángel enviado por el régimen.
-¡¿Creías que sería así de fácil?! ¡Wergarurumon te dará una pequeña lección de humildad!- proclama repentinamente Yamato con verdadera convicción- ¡Wergarurumon, haz lo tuyo!
-¡Garras de lobo!- una ráfaga de viento golpea en la cara a D'arcmon perdiendo esta por completo la concentración, y antes de que esta pudiera reincorporarse, una lluvia de puñetazos brutales directos en su cara le quitan por completo la posibilidad de reponerse. Wergarurumon aprovecha de propinarle una patada que la devuelve ferozmente al piso y al caer sobre ella otra lluvia de puñetazos le destroza el rostro.
-¡Así se hace amigo, enséñale de que están hechos los digimon elegidos!- pero al instante que el rubio proclama su victoria, se percata de que Wergarurumon deja de golpear a su enemigo y su cara reflejaba la sorpresa.-¿Sucede algo malo Wergarurumon?- pregunta con temor.
-E... Est... Esta sang... ¡Esta sangrando!- Wergarurumon no daba crédito a lo que sus ojos veían, del rostro de D'arcmon brotaba sangre como si de un humano se tratase.
-¡Les dije que pertenezco a la Orden de los Cruzados, soy distinta a ustedes, yo me alimento de la carne de los pecadores!- exclama con un rostro desfigurado por la locura al tiempo que con una poderosa patada se quita de encima a Wergarurumon. D'arcmon vuelve a empuñar su espada y con un ágil movimiento le rasga el pecho a Wergarurumon, este cae fuera de combate frente a Sora.- Ahora es tu turno humana pecadora, devoraré tu rostro antes de entregarte como aperitivo para nuestro salvador.-murmura mientras se disponía atacar a la pelirroja que yacía arrodillada en el piso junto a una herida Piyomon
-¡No por favor no me mates!-rogaba la portadora del amor observando pavorosa como D'arcmon se acercaba a toda velocidad para acabar con ella, nadie podía salvarla de esta, la chica solo hunde su cara en el cuerpo de Piyomon esperando lo peor.
-¡SORA!-exclaman todos los presentes presintiendo el fin de la joven elegida, pero cuando todos cerraron los ojos para no ver el asesinato, nada se escuchó.
Sora, despacio, abre sus ojos y solo puede ver a su compañera herida en sus brazos, ambas están con vida. Levanta su mirada lentamente con temor e incrédula observa como un misterioso hombre se encontraba frente a ella sosteniendo con sus propias manos la implacable espada de D'arcmon.
-¡Eso es imposible! ¡¿Cómo ese sujeto puede retener la espada de un digimon con tal facilidad?!- estupefacto Jyou no podía creer los que sus ojos le mostraban.
-D'arcmon pudo derrotar sin problemas a Wergarurumon, eso significa que ese tipo puede equiparar su fuerza con la de un digimon de nivel perfecto... Eso es imposible- reflexionaba Izumi tan incrédulo como el resto.
El hombre en el campo de batalla vestía ropas militares; chaqueta gruesa de color verde oscuro, pantalones holgados de camuflaje y botas color mostaza, ocultaba su largo, alborotado y castaño cabello bajo una gorra de baseball negra y tapaba su rostro con un pañuelo rojo. Resistiendo en embiste de D'arcmon, aplica un poco de fuerza sobre la espada y la parte en dos sin mayor dificultad. Ni siquiera D'arcmon podía asimilar lo que veía, sin palabras no pudo hacer nada ante el rodillazo que el extraño hombre le propina en la cabeza y que la deja incrustada en una pared lateral. El tipo se aleja de Sora en dirección a D'arcmon para seguir golpeándola y es cuando ella nota un reconocido símbolo en su espalda, una estrella de cinco puntas invertida con dos letras "A" sigla de "Anakisuto Akuma" a los costados y tres números "6" acomodados alrededor, en la parte inferior la palabra "Museihushugi" en caligrafía japonesa "無政府主義".
-¡Esto no se quedará así!- gritaba iracunda D'arcmon mientras se elevaba rápidamente por el aire con sus alas para intentar alejarse de su poderoso contendiente y realizar un ataque aéreo, pero fue en vano, con un salto sobre humano aquel sujeto cae trepado sobre su espalda.-¿Qué haces?!¡Suéltame maldito!- aterrada D'arcmon intentaba deshacerse del sujeto, pero este, sin mediar palabra alguna, comienza a arrancar una por una las alas de la digimon, que entre alaridos semejantes a los de un cerdo que es marcado con fuego para el ganado, comienza a perder altura hasta que ambos caen a tierra.
Una vez en el suelo, D'arcmon intentaba ponerse de pie frente a su enemigo, pero se encontraba muy herida, aún así logro asumir su postura de lucha, algo que no fue de ayuda cuando el sujeto saca de su espalda un machete y con un movimiento tan ágil como los de D'arcmon rebana a la mitad el cuerpo de la digimon angelical. Con un segundo movimiento de su espada cercena la cabeza que también cae al suelo junto al resto del cuerpo, los restos de aquella criatura derramaban sangre al piso como si se vaciaran por completo. Los chicos estupefactos no querían, ni siquiera, mirar la grotesca escena de sangre donde la cabeza de D'arcmon aún conservaba su expresión de terror. En ese momento todos se preguntaban quien era aquel aterrador hombre, pero las sirenas de la policía, los ruidos de las armas disparándose y los gritos de la gente indicaban que la policía ya estaba en el barrio y era mejor marcharse de ahí. Es cuando aparece JotaKil junto a su esposa, ambos portando ametralladoras.
-¡Okey homboys, vuelvan a casa, nosotros debemos ir a defender Terror Hill's! ¡Por favor les encargo mucho a mi chamaquito!- les pedía alterado el antiguo amigo del fallecido Taichi, pero en ese momento escuchan la voz de aquel sujeto.
-¡Koushiro, Kabuterimon, Takeru y Angemon!¡Ustedes aún están en condiciones de luchar y me acompañaran a pelear contra la represión policial¡Los demás a resguardarse, no quiero que estorben!-les ordena el sujeto con altanería y a pesar de que instintivamente los elegidos tendieron obedecer, Yamato los detiene y desafiante pregunta al extraño.
-¡¿Quien rayos eres tu?! ¡¿y Que demonios quieres con nosotros?!- interrogaba el irreverente y desconfiado portador de la amistad.-¡¿Por qué deberíamos hacerte caso?!
-¡He venido por ustedes! ¡Mimi Tachikawa se encuentra en peligro y hemos sido informados de que podrían tenerla prisionera aquí en Terror Hiil's!
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Bueno espero no les aburra, estare atento a sus criticas gracias
La cosa es que por ocio comenze a reescribir un fic y pensé en ponerlo aquí, aun que veo que el foro ya esta medio muerto jaja, ojala alguien lea y le guste.
Cabe decir que este fic sitúa a los elegidos en un mundo que esta inmerso en una crisis y decadencia social total. en esta entrega ellos son ya adultos aun que visitaremos pasajes de su adolescencia. y como adultos deben desenvolverse con un pensamiento maduro, critico y responsable.
Ahora sin mas preámbulo...
*DIGIMON*
La Fría Guerra
Prologo
La Fría Guerra
Prologo
Corría el año 2004, y la tranquilidad de la noche solo era interrumpida por el alumbrado publico de las calles de Odaiba que bañaba el asfalto de un luminoso y falso sentido de seguridad. Aquella madrugada era la de un día corriente de escuela y ya casi faltando diez minutos para las seis de la mañana, el silencio era puesto fuera de escena por el ruidoso caos de la vida nocturna, coches, sirenas, peleas de vagos y adictos, pero aun así nada coartaba la pasividad del sueño en el interior del departamento de la modesta familia Yagami.
En la parte superior de la litera de su habitación, una niña de solo trece años despertaba repentinamente con el bullicio de aquel despertador en forma de balón de football, que por supuesto, no era suyo. Ella se tapaba el rostro con sus mantas haciendo berrinche por tener que levantarse tan temprano, esperando que el perezoso de su hermano mayor, quien dormía en la cama inferior, apagara el despertador, pero al cabo de un rato lo comprendió, eso no sucedería. Luego, tras la ardua lucha contra el sueño, la pequeña castaña logra bajar y silenciar aquel infernal despertador, y sin pensarlo mucho, le llama la atención a su hermano moviendolo un poco del hombro. Enseguida y entre maldiciones susurradas, un rostro demacrado por el insomnio y con las magulladuras propias de lo que, tal vez, fue una pelea callejera, emerge de entre las cobijas y dirige una mirada fría y aterradora a su hermana, acto seguido, se reincorpora al calor de las ropas de su cama y la jovencita, con decepción, comprende que hoy el joven y despeinado castaño no asistirá a clases, otra vez... "¡Esta cansado y su mente necesita digerir este golpe de mala suerte!" se repetía a si misma, aveces engañarse resulta mas fácil que aceptar la incomoda verdad.
El resto de la mañana transcurrió con normalidad, la niña se preparo para la escuela y se dispuso a desayunar junto a sus padres con el animo renovado gracias a una deliciosa ducha, y a pesar de los gritos de su madre para que su hermano despertara y las maldiciones de su recientemente desempleado padre por el comportamiento de este, no se dejó amedrentar por la escena. Ni los gritos, ni el lúgubre ambiente propiciado por una débil y única luz que se encendía solo de ser necesario, nada podía pervertir la aparente calma de aquella chiquilla, mas su atención estaba centrada en aquel exagerado noticiero matutino que transmitía un resumen de una manifestación que había tenido lugar el día anterior en Tokio. La reportera en televisión con ahínco daba a entender que el motivo de la concentración radicaba en la problemática que suponía la profunda crisis social y económica del país sumado a las políticas permisivas del primer ministro japones Kazuo Shii con respecto a las oleadas de inmigrantes provenientes de occidente.
-La manifestación, que tubo lugar ayer a las afueras del Edificio de la Dieta, dio cita a mas de 120.000 personas que despotricaban contra las débiles medidas del gobierno frente a la creciente ola de desempleo, el desbordado crimen que se a tomado cada barrio de Japón y la falta de voluntad política del primer ministro Shii, que a sido incapaz de parar el flujo criminal que llego junto a los refugiados occidentales.- relataba una joven reportera japonesa, relato acompañado de imágenes de largas filas de obreros sin trabajo, delitos violentos de las ultimas semanas y gráficos que demostraban la poca solvencia del estado nipon.-La multitudinaria concentración convocada por adherentes del opositor Partido Liberal Democrático tubo eco en el oficialismo, donde con precipitación, los máximos lideres del Partido Comunista llamaron a los ciudadanos a "defender el gobierno popular y las conquistas del pueblo".- continuó informando.
-¡Los japoneses estamos cansados, no hay trabajo por culpa de los extranjeros, la semana pasada la tienda de mi hermana fue robada por tres latinos, deberían de irse al diablo!- reclamaba con furia un humilde hombre en televisión.-¡Mi vecino perdió a su esposa en un atentado de La Estrella Roja, el pobre diablo ya no es ni la sombra del policía que fue!- continuo sollozando.
-El gobierno de Shii a demostrado empíricamente, una vez mas, que tanto el socialismo como el entendimiento con delincuentes y terroristas... ¡es una fracaso!- condenaba con un enérgico golpe en la mesa Shinzo Abe, líder del Partido Liberal Democrático mientras era entrevistado por la prensa.- hemos tenido que ver con tristeza cada día, como a los pies del monte Fuji se levantan improvisadas casas pertenecientes a extranjeros, delincuentes y comunistas que solo vienen a dañar nuestra sociedad... ¡Es nuestro patrimonio y debemos defenderlo a toda costa!¡Debemos defender Japón y su soberanía sobre el terrorismo!- concluyó el líder derechista.
-Por su parte, el gobierno culpa a la derecha política por el boicot económico, mientras que la delincuencia se la atañe al ya casi mítico líder del grupo terrorista "La Estrella Roja" conocido bajo el seudónimo de "Comandante Malcolm". Este grupo terrorista radicado en "la Colina del Terror", como es conocida una barriada ilegal de extranjeros a los pies del monte Fuji, es responsable de numerosos ataques a ciudadanos destacados y se les acusa de financiarse con las ganancias del crimen organizado, una pandilla local llamada "Terror Hill's Gang", que a su vez, se ve constantemente envuelta en situaciones de violencia callejera y enfrentamientos armados con la mafia local Yakuza. En Un comunicado del comandante subversivo que se viralizó luego del pasado atentado explosivo en el Departamento de policía de Odaiba, una de la frases hacia la siguiente amenaza; "La sociedad japonesa no es nuestro enemigo, pero cualquier represalia a nuestros hermanos sera correspondida con un fuego infernal"- concluía la reportera
-¡Es por culpa de tipos como ese que tu hermano se convirtió en un vago inútil, no se por que aún no lo hecho de aquí!- despotricaba el padre enjuiciando al tipo de la pantalla con su indice.-¡Hikari, no quiero verte con esos animales, no quiero que te conviertas en basura como tu hermano!- amenaza a su hija cerrando el puño frente a ella, que impactada no pudo mas que tratar de balbucear alguna frase ilegible.
-Me bañare y saldré de aquí con mi novia y los chicos, haré algún dinero con un trabajo que nos han ofrecido.- decía mientras cerraba el refrigerador con una mano y con la otra se llevaba un cartón de leche a la boca.
-¡¿Como que un trabajo?! ¡Deberías volver a la escuela, estudiar y ser alguien mas que un simplón holgazán Taichi!- le grita su padre al ver la indiferencia con que era tratado por su hijo. Taichi con un serio aspecto y mirada desafiante le responde:
-¿Y con que pagaras mi educación, con tu dinero? No eres capaz ni de pagar tu propio desayuno hombre inútil y mantenido.- terminado lo dicho se retiró al baño mientras la habitación se quedó muda.
Por otra parte en el camino a la escuela, Hikari se sentía muy a gusto con la compañía de Takeru, el rubio logró sacarle mas de una sonrisa y la hizo olvidar el mal rato con su padre, pero TK sabia, que si o si, debía tocar un tema delicado para su amiga, ya que un problema como aquel ponía en peligro a todo el grupo.
-Ya sabes, desde que se quedo sin trabajo esta de muy mal humor y ademas Taichi...- pero Hikari no termino su frase, mas bien se quedo mirando el suelo mientras andaba.
-Hikari debes afrontarlo, tu hermano esta muy mal y si no lo sacamos de allí pronto sera muy tarde.- preocupado le decía- Taichi va de mal en peor y lo sabes, peor aún, se niega a recibir nuestra ayuda.
-¡Es que tu no lo entiendes Takeru, Taichi aun no se repone de su accidente, estar sin jugar soccer es algo que lo mantiene muy triste!¡Ademas todo este tiempo sin los digimon lo tiene muy afectado!¡No puedes juzgarlo así!- grita la niña deteniendo su marcha y enfrentándose a su amigo sin pensarlo.
-¿Que no lo entiendo? ¡La semana pasada se presentó drogado a la fiesta de bienvenida de Mimi, se pasó de la raya con sus comentarlos a las chicas, se emborracho y por si no fuera poco, su novia casi termina por arruinar la fiesta con su actitud!-le recrimina Takeru con una dura postura.
-No digas eso, Mei no es una mala chica, es solo que no logra adaptarse a nuestro país, en el suyo paso por cosas muy duras...-pero la niña no pudo terminar su argumento, sabía que en el fondo su amigo tenía la razón y Taichi tarde o temprano conocería las consecuencias de sus actos.
Más adelante en el camino ambos jóvenes se encontrarían con sus amigos, Yamato, Sora, Koushiro y Mimi, todos ya rodeando los 16 años, convertidos en adolescentes los que algún día fueron niños enfrentándose a las más improbables adversidades.
-¡Hermanito así es como te quería encontrar! Jaja.- exclamaba Yamato con efusiva picardía al ver a su hermano llegar acompañado de Hikari, gracia le hacia al músico ver el rostro colorado de su hermano menor.
-¡Hermano deja de decir tonterías!- le responde nervioso TK agitando las manos de manera que el bromista entendiera que debía cerrar la boca.
-Te noto un poco seria Hikari.- comenta Sora.-¿Te encuentras bien?- le pregunta al ver que los ojos de la hermanita de Taichi se encontraban vidriosos por la pena contenida.
-No me ocurre nada, gracias chicos, solo son los problemas de siempre.-les contesta Hikari con una improvisada y falsa sonrisa.-Sera mejor que nos demos prisa, no sería buena idea llegar tarde a la escuela hoy.- continúa la castaña emprendiendo el camino aprisa seguida por Takeru.
-Debe ser por Taichi, le afecta mucho su comportamiento, ojalá el pudiera entender el daño que le provoca su hermanita.- comenta al grupo Sora mientras observa a la pareja caminar delante de ellos, al tiempo que pensaba en las lamentables decisiones que había tomado quien fue, en alguna época, su mejor amigo.
-Taichi ya lleva demasiado tiempo sin venir a clases, se me hace difícil convencer a los maestros de no reprobarlo a estas alturas.- añade con preocupación Koushiro con su mano en el mentón y mirando hacia el cielo como si la respuesta estuviese ahí.- Tendría que estudiar mucho si le volvieran a dar una oportunidad, por su puesto, yo podría ayudarlo con eso.
-Por mi mucho mejor, prefiero no verme la cara con ese lunático intento de rufián.-dice Mimi sentenciando inmediatamente la situación mientras se cruzaba de brazos y dibujaba una mueca de niña malcriada.
-Mimi tiene razón, ese sinvergüenza no merece nuestra atención, sin importar cuanto lo ayudemos el muy estúpido eligió el camino equivocado y no parece querer que lo saquen de ahí.- termina por agregar Yamato serio y concluyente, todos sabían que él era el mas dolido con la situación de Yagami.
-¿Pero como puedes pensar de esa manera? Taichi es tu amigo y es ahora cuando más te necesita.- le recrimina Sora preocupada por la actitud de su novio.
-De seguro hay una manera efectiva de rescatar a nuestro amigo, no debemos pelearnos por esto.-indica tranquilo Koushiro intentando relajar la situación.- Estoy seguro de que Taichi superará esto, pero también estoy consciente de que necesita nuestro apoyo.- continuó.
-No creo que sea verdad, más bien...- pero Yamato es interrumpido por Mimi quien presurosa exclama:
-¡Rápido alcancemos a Takeru e Hikari, pero démonos prisa que se les hace tarde!- sujeta a Koushiro del brazo y se lo lleva a toda velocidad mientras presiona a Yamato y Sora para hacer lo mismo.-Yo no debo ir a la escuela puesto que volveré en unas semanas a EE.UU., pero ustedes no tienen esa suerte ¿No?
Más adelante Hikari y Takeru caminaban lado a lado hablando trivialidades, reían y parloteaban con toda tranquilidad al tiempo que pasaban por fuera del escaparate de una licorería, sin darse cuenta que en la calle de enfrente, estacionado, estaba un vehículo Impala de color negro con vidrios polarizados y el motor encendido listo para partir. Obviamente para ninguno de los dos eso fue importante, solo continuaron conversando. Al pasar la tienda, no dan más que unos pasos cuando al escuchar a su amiga Mimi, quien a gritos les pedía que se detuvieran para caminar juntos, se voltean para mirar a sus amigos que venían un buen par de metros atrás de ellos. Pero justo en ese instante, el ruido producido por un arma disparada dos veces desde el interior de la licorería obligó a todos los chicos a lanzarse al piso buscando alguna protección. Allí tumbados en el piso los 6 amigos, es cuando ven salir de la licorería a un joven un poco mayor que ellos, con una camiseta blanca de tira y pantalones flojos en tono gris, en su cabeza un pañuelo negro amarrado con la inscripción "THG" en su frente con letras blancas y encapuchado con un pañuelo de las mismas características. Detrás de él, una joven casi de su misma edad, de piel solo un tanto más oscura y cabello negro, casi azulado, de ojos oscuros que también vestía pantalones flojos de color beige y una sudadera negra, cubría su rostro con un pañuelo negro, pero está vez para nadie era un secreto quien era, todos la reconocieron y se esperaron lo peor al ver salir al último truhan de la tienda. De cabello castaño y alborotado, camiseta ancha de color azul de un equipo deportivo aparentemente americano, bermudas cafés y zapatillas blancas, casi una irónica parodia de su infancia, dando tiros al aire el último de los bandidos se sube al Impala negro que lo esperaba listo para huir, es cuando todos piensan de inmediato:
-¡Taichi!
Capitulo I
"Cinco Años Después"
"Cinco Años Después"
El cielo nocturno de aquella noche era cubierto por las humeantes fogatas que calentaban a los desafortunados que buscaban escapar de las garras de aquel despiadado frío, agolpándose con sus familias en la calle para compartir con sus vecinos el calor de las llamas, solo se encontraban preguntándose una y otra vez "¿Por que ami?¿Porque a mis hijos?". Es entre estos estrechos pasajes de lo que hace años fuera la temida barriada de La Colina del Terror o "Terror Hill's" como también se le conocía, que una muchacha de 21 años se moviliza a prisa esquivando a las personas que circulan a esa hora en la calle. Con un largo abrigo que la cubría hasta sus rodillas y un capuchón que ocultaba su rojo cabello, pretendía pasar desapercibida, el régimen quería su cabeza y estando sola, desprotegida era... una presa fácil.
- Tal vez si Taichi hubiera resistido un poco más, si no hubiera conocido a esa chica... No, ¿Que digo? Probablemente el resultado hubiera sido similar, al final de cuentas resultó que Taichi simplemente no era la persona que creímos.- en sus pensamientos la portadora del amor se lamentaba no poder hacer nada al respecto.
La chica continúa su camino entre los callejones que componían este sombrío complejo de casas improvisadas y medio en ruinas. Los muros y paredes agujereados, las calles destruidas y el desolador ambiente daban cuenta del manto de tiranía que tiñó de sangre la Colina del Terror, en cada esquina se cruzaba con rostros afligidos por la inclemencia del sistema. Si bien a diferencia de hace tres años gran parte de la población de este barrio es japonesa, las familias occidentales aún permanecían presentes, sin importar que su número fuera considerablemente reducido debido a las purgas del primer año del actual gobierno, y a pesar de que rara vez ocurrían incidentes de violencia racial, los migrantes no olvidan que sus nuevos vecinos fueron quienes en algún momento despotricaban contra su presencia en el país.
Todos los que vivían en ese horrible sector lo hacían para refugiarse del régimen que hubiera derrocado el fallido gobierno de Kazuo Shii, todos condenados a la más humillante pobreza por ser considerados parias por la autoridad, miles de personas hacinadas en la pequeñas calles de aquel caserío padecían el frió, el hambre y la enfermedad como si se tratase de la edad media. Mientras la chica avanzaba entre la multitud de seres humanos, en un entorno copado de quejidos y lamentos, se cruza repentinamente con Meramon, una criatura humanoide envuelta completamente por las llamas. Sora sin reaccionar se congela frente a la criatura de fuego, pero esta le sonríe y se aparta del camino para encender con sus llamas una fogata para algunos indigentes. No era un sirviente del régimen, era un digimon que se oponía a dañar a los seres humanos, por eso el también era un paria, por eso él debía estar también ahí. En todo caso le iba mucho mejor que a sus pares en el Mundo Digital, en ese lugar los digimon que se oponen a la voluntad de sus patrones son engullidos por los adeptos a sus gobiernos. Takenouchi daba prisa a su paso entre estos callejones, con sus muros repletos de propaganda política y graffitis de pandilleros. De entre su ropa extrae un digivice, lo mira, pero no sabe si haber encontrado ese dispositivo abandonado en la ciudad era algo bueno o malo, aventurarse a buscar esa pista fue temerario, pero Sora tubo la esperanza de encontrar a sus amigas junto al digivice y esos pensamientos llenaban la cabeza de la joven, la inquietaban. Ella vuelve a guardarlo y fija su mirada en el camino. De pronto Sora llega hasta una precaria puerta, era la entrada a una de aquellas tristes moradas. Se apresura a golpear la malograda puerta que de inmediato fue abierta por una humilde mujer. La amistosa extraña de rasgos latinos y de unos 50 años la invita a pasar. Al entrar en una casa completamente oscura iluminada por solitarias velas en los rincones y cruzar la tétrica sala decorada de viejos muebles, sale al patio trasero y se encuentra con un grupo de personas que rodeaban el fuego. Hombres, mujeres, niños y ancianos charlando y compartiendo al calor algún gajo de pan o cualquier cosa para engañar al estomago. Unas quince personas en total componían el grupo, entre ellos, Yamato. El rubio se pone de pie al ver a su novia aparecer.
-¡Sora, casi me mataste de un susto, hemos perdido mucho tiempo por culpa tuya, no puedes alejarte del grupo de esa manera, no puedes ser tan tonta e inconsciente!- le reclama furioso el portador de la amistad mientras la sujeta con fuerza por los hombros, pero al notar lo mucho que llamaba la atención se tranquiliza y vuelve a guardar la compostura.- Al menos dime si pudiste dar con alguna señal de Mimi o Hikari.- interroga luego ya más calmado.
-No.- contesta mirando al piso con suma pena.- pero encontré esto.- Sora le enseña el dispositivo que había encontrado.- Estoy segura que le pertenece a Mimi, pero no sé si esto significa que se encuentra bien.- agrega la chica mirando a los ojos a su amante, esperando que esté le confortara con una respuesta.
-Yo tampoco puedo imaginar lo que esto significa, ese digivice podría ser de cualquier niño elegido extraviado.- Ishida no podía consolar a su chica con falsas esperanzas, tarea suficiente con cargar con el destrozado corazón de su hermano menor pensaba él.
-¿Y los demás al menos están a salvó?- le pregunta Sora, más que mal su impertinente búsqueda casi pone en peligro a sus amigos y familiares.- Espero que al menos ellos se encuentren bien.
-Takeru y Jyou están escoltando a nuestros padres para poder huir de aquí.- Yamato invita a Sora a entrar a la casa para conversar sin ser escuchados por los demás, solo la mujer que aparentemente gozaba de la confianza de los elegidos podía oír lo que hablaban mientras tomaba una tasa de té solitaria en la sala.- Mi padre pudo contactarse con un compañero de la estación televisiva, él y otro grupo de disidentes huirán en barco a América y prometió colar a nuestros parientes en la embarcación.
-¿Pero en América no es igual que aquí? - pregunta la pelirroja preocupada por el plan de su novio.
-La verdad pienso lo mismo, los americanos son muy desconfiados de los migrantes japoneses.- reflexiona Yamato.- Pero el amigo de mi padre dice que puede usar sus contactos políticos con los comunistas para ayudarlos a cruzar hasta el territorio del eje democrático.- agrega.
-Dicen que el régimen del Bloque Socialista Americano es tan implacable con sus detractores como los cruzados en Asia, he oído que los campos de trabajos forzados están atestados de prisioneros y que son torturados por los comunistas.- Sora no podía dejar de preocuparse, caer en manos del gobierno comunista antes de llegar a eje democrático era una posibilidad aterradora, atravesar el régimen americano es una misión delicada.
-De momento el único lugar seguro es el eje democrático en Europa, pero atravesar todo Asia en manos de los Cruzados es muchísimo más peligroso que atravesar el bloque americano.- afirma Yamato, consciente que intentar llegar al continente africano, perteneciente también al eje democrático, es casi imposible, ya que los tres bandos que se disputaban el mundo tenían los mares cubiertos de militares y digimon poderosos custodiando todo territorio y sin importar que, la orden es disparar primero, preguntar después.
-Creo que he complicado mucho las cosas, por favor perdóname Yamato.- la chica arrepentida busca en los brazos de su novio el consuelo para su arrepentimiento.
-No te preocupes, sabes que yo hubiera hecho lo mismo en tu lugar.- Yamato corresponde con sus brazos a Sora, y más aún, sella el momento con tierno beso en los labios de la joven.-Debemos esperar a Koushiro, él y Tentomon nos llevarán a reunirnos con los demás ¿Te parece si esperamos sentados cerca del fuego?
Ambos vuelven a salir al patio de la casa y con unas cajas como banquillos se acomodan sentados junto a los demás. En silencio los "elegidos" calentaban sus manos en la hoguera mientras escuchaban las conversaciones de los otros. No era un grupo de conocidos que compartían el fuego, no era una familia reunida, la mayoría no se conocía entre si y por eso Yamato y Sora pasaban tan desapercibidos. Entre las personas un niño que se encontraba junto a su padre, se tocaba el estómago mientras se escuchaba un rugido.
-¿Papa por qué no hay nada más para comer? ¿Recuerdas cuando cenábamos con mamá? ¿Por qué ya no podemos?- el niño impaciente intentaba que su padre pudiera calmar su hambre y ansiedad.
-Lo siento hijo mío, pero ya te has comido también mi ración.- le contesta con aflicción el hombre mientras ponía su mano sobre la cabeza del niño, al tiempo que se le quedaba mirando a los inocentes ojos de la criatura.- Quisiera poder darte algo más, pero los hombres malos que se llevaron a tu madre no me permiten trabajar ni entrar a la ciudad.- continúa el triste padre.
-¿Y Quiénes son esos hombres malos?- le vuelve a preguntar el niño angustiado por no entender el motivo de su sufrimiento.- ¿ Es que acaso mi madre hizo algo malo?
-Nadie aquí es una mala persona.- contesta un señor ya con algunos años encima que se encontraba de pie en el marco de la puerta. Con un aspecto andrajoso, rasgos latinos, la barba crecida y descuidada, sostenía una botella que licor en la mano.- Es solo que para este país somos una maldita plaga. Oh! No, espera, no solo para este país, el mundo entero por fin se a convertido en un basurero y nosotros, ni siquiera, podemos compararnos con las moscas y larvas que merodean esta porquería.- terminaba de decir aquel borracho mientras sus ojos dejaban caer algunas lágrimas.
-Lo siento, mi esposo fue un maestro de escuela en nuestro país, pero no a podido recuperar la sobriedad desde que llegamos a Japón.- se disculpaba la mujer que había abierto la puerta a Sora, avergonzada por la actuación de su marido.
-No se apene, el hombre dice la verdad y para ser francos, todos aquí necesitamos en trago para tratar de olvidar toda esta mierda.- contestaba uno de los sujetos que se encontraba ahí resguardándose del frío, mientras estiraba el brazo para que el triste viejo le diera unos sorbos de la botella. Una vez que el anciano le corresponde y le entrega el licor, luego de un casi desesperado sorbo el sujeto japonés le pregunta con sarcasmo.-¿Cuál es su historia amigo?¿Cómo es que llego a vivir a las paradisíaca isla del terror?
-Veras, yo vivía en un país en América del sur, en donde tenía una vida relativamente tranquila en la capital, en 2001 los "yankis" invadieron México y Colombia para combatir a los carteles del narcotráfico, algo que de primeras me pareció perfecto, la droga en ese entonces destruía todo aquello donde su influencia se enquistaba. Todos pensamos que por fin ese flagelo terminaría de podrir nuestras vidas.- relataba el hombre mientras se acomodaba junto al grupo y daba cortos sorbos de vez en cuando a su botella de licor.- Pero como era de esperarse, una vez que ambos países fueron "pacificados" y que todos pensamos que el narcotráfico sería por fin vencido, no fue así. A los estragos económicos propios de una guerra vecina, los refugiados, los atentados, se le sumó un flujo de droga mil veces más grande de lo que jamás habíamos visto, ningún país del continente pudo escapar a esto.
-Yo escuché historias sobre carteles latinos que secuestraban a las jóvenes para prostituirlas, yo no imagino convivir con el miedo de perder a mi hija de una manera tan terrible.- comenta una mujer de entre el grupo mientras sostiene la mano de la joven que resultaba ser su hija.- debió ser algo muy difícil.
-Si, la vida en mi país era difícil, fue entonces cuando decidimos venir a Japón con mi esposa y mi hijo, pero cuando llegamos aquí las cosas no eran del todo distintas. La mayoría de las personas de este país nos trataban siempre con desprecio, para ese entonces la Estrella Roja ya controlaba la Colina del Terror.- el hombre vuelve a dar un sorbo y al mirar el cielo nocturno sus ojos se llenan de lágrimas y su voz comienza a quebrarse.- Mi hijo tenía 18 años, cuando llegó aquí comenzó a deprimirse, no soportaba como sus iguales eran tratados por los locales y la mafia. No falto mucho para que conociera al Comandante Malcolm. Rodrigo rápidamente se dejó convencer por ellos y se convirtió en militante de la Estrella Roja, y no me importa lo que piensen, pero mi hijo defendió a su sangre y estoy orgulloso de haber sido su padre.
-Lastimosamente nuestro hijo fue asesinado a tiros por la policía, cuando ocurrió aquel incidente del joven pandillero que secuestró a la hija de un oficial.- Termina de relatar la historia la dueña de la casa.- Hace un tiempo intentamos volver a nuestro país, pero el "Partido Revolucionario Gennai" no nos permitió el ingreso por ser considerados espías del fascismo.
El resto de las personas en silencio reflexionan sobre la historia que acaba de contar la pareja, todos sabían de aquel incidente, muchos aún guardaban rencor hacia la Estrella Roja y muchos los culpaban de la situación actual, pensaban que fueron sus fatídicas acciones las que desencadenaron tan terribles consecuencias. Sora y Yamato también reflexionaban en silencio, pero para ellos la historia que acababan de oír se les hacía mucho más cercana, ellos sabían que el hijo de aquel matrimonio murió a causa de Taichi y de alguna manera eso los hacía sentir responsables de su desdicha. El asunto quedó atrás rápidamente al escucharse como alguien tocaba la puerta insistentemente, la mujer se apresura a revisar la entrada y al cabo de unos segundos, entra en escena Koushiro Izumi acompañado de Tentomon. Al verlos, la pareja rápidamente se puso de pie ansiosos por conocer el destino de sus familiares.
-¡Sora estás bien, me alegro mucho, temí que hubieras caído en manos de los hombres del Emperador Hiro Fushimi!-expresa Koushiro alegre, pero con la sobriedad que lo caracterizaba.
-Piyomon se asustó mucho Sora, los digimon también tenemos sentimientos ¿sabías?- Tentomon regañaba a Sora, tenía razón, pero como de costumbre nadie toma muy enserio los regaños del compañero de Izumi.
-Gracias Tentomon por preocuparte así de Piyomon, tiene mucha suerte de que seas su amigo.- dice la chica mientras se inclina para tomar de las pinzas al digimon, Tentomon se sonroja puesto que es tan tímido en el fondo como Koushiro y no esta acostumbrado a los halagos.
-Es cierto, Yamato me había dicho que corriste en busca de una pista de las chicas, dime ¿Pudiste hallar algo?- le pregunta el portador de conocimiento.
-Solo pude encontrar esto.- Sora le entrega el digivice hallado a su compañero y de inmediato Koushiro comienza a examinarlo, al menos superficialmente por si daba con alguna pista.- Realmente no se si pertenece a Mimi.- termina.
-Ya veo, de todos modos tendremos la certeza cuando lo analice en mi laptop.- Izumi guarda el digivice en un bolso que traía colgado.- Debemos salir de aquí no debemos asustarnos, pero tampoco bajar la guardia. La salida de la embarcación que sacaría de aquí a nuestros padres tubo un retraso, hay rumores de que el "Museihushugi" está en Japón y la policía secreta de los cruzados está tras su pista.-Izumi advierte a sus amigos, sabe que si por accidente se ven involucrados en algún incidente con los agentes cruzados, seguramente no saldrían con vida.
-¿Con que la "Estrella Negra" eh?-Yamato lo reflexiona un momento.- esos tipos no sé de qué van, pero es mejor que tengamos cuidado ¿Que tan lejos está la guarida de los demás?
-¡No se preocupen chicos, Koushiro es muy hábil y todos están a solo unas calles de aquí!- exclama Tentomon en voz alta, pero de inmediato los chicos se abalanzaron sobre el para taparle la boca, lo ultimo que querían era que su ubicación fuera de conocimiento publico.
-Jeje Tu nunca seras alguien discreto verdad jaja- murmura Sora.
Sin más, el grupo salió a la calle en busca del que sería su refugio, los chicos caminaban por las calles de la Colina del Terror, observando a su alrededor la triste realidad que golpeaba a sus semejantes. Las personas que no podían dormir o refugiarse en las casas, comenzaba a acomodarse en los rincones cerca de las fogatas, no eran pocos, una buena cantidad de familias acomodaban sus pertenencias en forma de colchones dispuestos a pasar la noche con sus parientes. La escabrosa miseria no hacia mas que deprimir a los habitantes de esta arruinada barriada. Mas aún, la pobreza no es el único peligro que ronda por estos pasajes, adictos y delincuentes sin escrúpulos también se mueven por aquí buscando presas fáciles para satisfacer sus necesidades. La pobreza no solo embarga al hombre desde lo material, con una moral arruinada, muchos son capaces de los actos y vejámenes mas aberrantes, solo por tener un poco de comodidad o aveces incluso solo por una dosis. Los traficantes de drogas son quienes mejor viven aquí, con dinero para arreglar sus viviendas con lo que aquí podría ser considerado como lujo, tienen el poder de dar trabajo a parte de la población de su barrio destinándolos a distintas labores propias de este negocio; ventas, logística, seguridad, incluso placer. Abastecidos por poderosos carteles del sur africano, distribuyen distintos tipos de sustancias destinadas a las fiestas de los habitantes de la ciudad, quienes se aventuraban a este barrio en busca de sus vicios. Aunque el mayor flujo de mercancía proviene del continente americano, donde los productores de coca son bendecidos por el gobierno del Bloque Socialista Americano, considerando el envío de drogas como la cocaína, la pasta base o la heroína al país nipon como una estrategia política para, según ellos, "combatir al fascismo". A pesar de ello, gran parte de estos productos son consumidos por la propia población lo que ayuda a crear este desolador ambiente.
En segundo lugar se encuentran los comerciantes y ladrones, los primeros son una especie de contrabandistas que tienen la posibilidad de traer artículos de primera necesidad como comida, medicina, algo de ropa o artículos de aseo personal, que en su mayor medida son consumidos por quienes trabajan para la mafia y por ladrones, ya que el resto de la población de Terror Hill's no tiene derecho al trabajo fuera del barrio y no tiene ningún poder adquisitivo. Los ladrones por otra parte, podrían ser considerados los mas nobles entre los pillos de este lugar, y lo han sido desde los años en que la Colina del Terror era un refugio exclusivo para migrantes. Rechazados por la saciedad japonesa. viven de los golpes que pueden dar a las familias que acomodadas viven en los alrededores del Monte Fuji. Violentos y de alguna manera profesionales, no dudan a la hora de apretar el gatillo, aún así, están lejos de ser monstruos abusadores. Sin perjuicio de lo ultimo, nadie molesta al "Sindicato de Ladrones", como hacen llamar a un conjunto de bandidos que regulan su convivencia, una osadía tal se paga con la vida.
A unas cuantas cuadras de su lugar de origen, el grupo se ve pasando por fuera de un enorme y oscuro patio. Un grupo de lapidas que apenas son visibles, pues son protegidas por el innumerable ramaje de arboles y malezas que las cubren, llaman la atención de todo el grupo, todas eran tumbas pertenecientes a antiguos miembros de la "Terror Hill's Gang" y combatientes de la Estrella Roja. Pasando de largo ya aquel cementerio, una casa un poco mas grande y en mejor estado que el resto, es ya el lugar donde Koushiro se detiene y golpea la puerta. Esta de pronto se abre y se asoma un sujeto enorme, de test morena, pantalones flojos y planchados, zapatillas impecables y una sudadera negra. El calvo hombre se pone frente a Izumi y coloca su gigantesca mano sobre su cabeza, Yamato y los demás pensaron que probablemente aquel extraño golpearía a Koushiro, pero este dijo.
-¡"Koshino" pequeño bastardo, volviste pronto, pensé que solo alguien allá afuera te comería vivo!... Hahahaha!- reía el tipo amistosamente.- ¡Vamos, entren hace frió aquí!.- los invita.
-Mi nombre es Koushiro no "Koshino", creí que ya te lo había explicado.- refunfuñaba Izumi por el apodo que le daba aquel sujeto.
Al entrar los elegidos se encontraron con sus familias y compañeros digimon, también con Takeru y Jyou. La madre de Sora se apresuro a abrazar a su hija que con fuerza se reencontraron, pero sin lugar a cuestionamiento, la mas emocionada era Piyomon, ambas se aferraron con tal fuerza que daba la impresión que ninguna quisiera soltarse. Todo aquello era de esperarse, las desapariciones de personas vinculadas a los digimon o la oposición eran muy comunes.
-¡Sora por fin estas aquí, pensé que me abandonarías! ¡Sora, Sora!- exclamaba la digimon una y otra vez a su compañera.
-Ya cálmate Piyomon, sabes que no me gusta que sean tan agobiante, solo salí fuera por un momento.- en eso es interrumpida por una desesperada y afligida mujer, era la madre de Hikari y Taichi.
-¡¿Sora dime, por favor, encontraste alguna pista de Hikari?!- le preguntaba angustiada Yuuko Yagami, mientras le sostenía débilmente las manos. Ella era ya una mujer sola, golpeada por el infortunio mas de una vez.
-No se preocupe, es posible que haya encontrado una valiosa pista sobre el paradero de nuestra amigas, debe tener fe.- trataba Sora de calmarla a lo que se suma Koushiro quien pone una mano sobre su hombro.
-Señora Yagami, Sora encontró este digivice, de seguro pertenece a Mimi y al analizarlo seguramente encontraré alguna pista sobre ambas.- Koushiro se dirige a un segundo piso con intención de buscar su computador.
Si bien para una persona de la ciudad el hogar de aquel hombre sería algo mediocre, para ser una casa en la Colina del Terror era bastante confortable con sillones, mesas de café e incluso algunos artículos electrónicos. El dueño de casa enciende un viejo televisor y se hecha en el sofá a verlo, Tentomon se va a la siga de Koushiro dejando en la habitación a Yamato, Sora, Takeru, Jyou, Gabumon, Piyomon, Patamon y Gomamon. Allí también se encontraban Agumon y Palmon, ambos sin sus respectivos compañeros humanos. Mimi al igual que Hikari se encontraban desaparecidas junto a Gatomon, pero a diferencia de la menor de los Yagami, Tachikawa fue secuestrada por desconocidos armados, en cambio se sospechaba que Hikari hubiera sido secuestrada por agentes del régimen, pero nadie tiene idea de como, cuando y donde ocurrió. La madre de los hermanos Yagami se encontraba junto a los padres de Yamato y los demás, no obstante, Susumu Yagami y los padres de Mimi se encontraban fallecidos.
-Por cierto, nadie nos a presentado, mi nombre es Yamato Ishida, gracias por darnos alojó.- el rubio se acerca al hombre para estirar su mano, a pesar de ello, el sujeto se quedó inmóvil mirando la televisión.
-No te emociones, lo hice solo por Koshino, ayudarlo es un favor que debía a un amigo fallecido.- contesta con tremenda seriedad, casi como si sintiera algún tipo de recelo al grupo.- Mi nombre es Jorge Zapata, pero me llaman "Jotakil" y soy un sobreviviente de los Terror Hill's Gang.
-¡¿JotaKil?! ¡¿Pero qué clase de ridículo nombre es ese?! Hahahaha!- Gomamon con la irreverencia que siempre lo caracterizó, no tardó en burlarse del apodo de quién les daba refugio.
-¡Gomamon será mejor que cierres esa boca, no puedes ir por ahí riéndote del nombre de las personas!- Jyou no podía dejar de corregir a Gomamon a gritos.- ¡Por favor intenta no seguir ofendiendo a quien nos está dando techo!- continuaba avergonzado por el comportamiento de su compañero.
-Así es, y será mejor que calles a ese bicho si no quieres que le cierre yo la boca de un tiro.- advierte con total pasividad, aún que el hombre no perdió la compostura ante las burlas de Gomamon, no había razón para pensar que sus amenazas eran en balde.
-¡¿Tú crees que puedes conmigo?! Quédate y ya verás... Gomamon divol...- pero Gomamon es interrumpido por un puntapié en el trasero propinado por Jyou.
-¡Te dije que cerraras la boca!- le grita Jyou desesperado y furioso a su compañero, provocar a un pandillero veterano no era la mejor idea.
-Por favor ya cálmense lo que menos necesitamos aquí es un pleito.- Takeru trataba de tranquilizar a sus amigos.- Recuerden que esta no es nuestra casa jeje.
-Por cierto ¿Quien te pidió ayudar a Koushiro?- pregunta Gabumon intrigado mientras bebía agua de un plato hondo.
-Un buen amigo mío, murió hace unos años, él una vez me presento a "Koshino" y me pidió que como era un cabezotas debilucho, lo ayudara siempre que lo viera en problemas. Además me agrada, es un buen chico, me hubiera gustado ser así, mis hermanos estarían vivos probablemente.- contesta JotaKil indiferente.
-Pero por favor díganos el nombre de quién le encargó cuidar de nuestro hijo.- insistía el padre adoptivo de Koushiro, Masami Izumi, mientras que con una cerveza en mano se sentaba junto a JotaKill.
-Nosotros lo llamábamos "Tai", pero ustedes lo conocían como... Taichi- todos quedaron estupefactos a oír su nombre, ninguno se espero saber algo bueno de él, no después de las circunstancias en las que falleció.
-¡¿Escuché Taichi?!¡¿Acaso conociste a Taichi?!- pregunta Agumon emocionado desde el comedor de la casa, donde sentado en el piso jugaba con una niña de unos 5 años, seguramente la hija de JotaKil.
-Taichi fue mi homie, también fue novio de mi hermana Mei, ustedes la conocieron creo, se llamaba María.- contesta el pandillero al pequeño dinosaurio.
-Si la recordamos, pero ese tipo no es alguien a quien querríamos tener en mente ahora.- comenta en voz alta Yamato.- Si no hubiera sido por él nada de esto estaría pasando.
-¡Será mejor que te retractes niño bonito o te encajare una bala entre los dientes, puto!- el enorme pandillero se pone de pie y de su cinto extrae un revólver calibre 38 y lo apunta justo al rostro del portador del emblema de la amistad. Todos atónitos no podían creer lo que sucedía ante sus ojos.- Taichi fue un gran carnalito, cuidó mucho de mi hermana e hizo lo que creyó necesario por defendernos y vengar a Mei.- continuó sin dejar de apuntar su arma.
-¡Olvidas que también gustaba de todas esas putas drogas y abusar de niñitas!- sin miedo Yamato hacia frente a su agresor, tenía convicción en lo que opinaba sobre su antiguo camarada.
-¡Eso es una mierda de mentira, no fue así como sucedieron las cosas!- le vuelve a gritar colérico el pandillero.
-¡¿Que sucede aquí?!- una mujer de unos 25 años y de similares características a JotaKil baja por la escaleras alertada por los gritos.- ¡Jorge, mejor que guardes ese revolver! ¡Si disparas atraerás la atención y sabes que hay policías encubiertos rondando el barrio cabrón!
-¡Por favor no mates a mi novio, te lo ruego!- rogaba Sora desesperada temiendo perder a su amante.
-¡Lo que dice mi hijo es verdad, yo estuve ahí cubriendo ese día!¡Yo vi lo que Taichi y ese otro criminal le hicieron a esa pobre niña solo por amedrentar a un policía!- Hiroaki Ishida defendía la postura y agallas de su hijo.
-¡Tú dime cuándo y me haré cargo de este sujeto Yamato!- Gabumon se encontraba en posición y listo para atacar, pero es Agumon quien reacciona rápidamente y corre para desafiar a Gabumon.
-¡Si quieres hacerle daño a un amigo de Taichi tendrás que pasar sobre mi cadáver, yo tampoco me trago toda esa porquería sobre él!- le amenaza en postura de ataque.
La escena era tensa, todos nerviosos y alterados se gritaba unos a otros, se amenazaban y apuntaban, en cualquier momento alguien comenzaría con la carnicería pero mientras todos discutían y se apostaban a atacarse la madre de Sora a viva voz exclama;
-¡Ya silencio!- todos se quedan inmóviles y callados - ¡No se dan cuenta que aquí mismo está la madre de ese joven! Yo misma conocí a ese joven desde que era un niño, y claro que me duele mucho todo lo que paso, pero aquí está su madre y ella no tiene culpa de nada, debemos respetar su dolor.- continua la florista, afortunadamente todos entran en razón y bajan la guardia. JotaKil se vuelve a ver la televisión y Yamato se va con su padre a la cocina. Sora se seca las lágrimas y sale de la casa con prisa.
-Mejor que la dejemos a solas un momento - comenta Takeru.- Aveces necesitamos estar a solas, lo que acaba de pasar fue algo estresante.
Los demás asentían con la cabeza hasta que un grito de Izumi los alerta. El genio y Tentomon bajan corriendo las escaleras y casi tropezándose el uno con el otro.
-¡Ya lo tengo!- dice agitado Koushiro.- El digivice que Sora encontró le pertenece a Mimi y podría ser una pista.
-¡Una pista de Mimi, eso significa que estamos a punto de dar con ella!-exclama Palmon, los demás digimon se abalanzan sobre ella para celebrar. El resto también se sonreía por la esperanza de Palmon, a excepción de la señora Yagami, quien apartada, no daba lugar alguno a la esperanza.
Mientras tanto fuera de la casa, Sora había ingresado a aquel cementerio que se encontraba junto al refugio. Caminaba sobre el pasto medio seco esquivando ramas y moviendo malezas para desplazarse. De pronto un fuerte ruido delante de ella que subió por entre las ramas, le hizo pensar que no estaba sola y se encontraba en peligro, pero no, rápidamente olvido esa idea cuando se fijó que enfrente de ella habían dos lápidas, una de ellas, la de Taichi Yagami y a su lado, Maria Zapata.
-Taichi, no lo entiendo ¿Por qué nos hiciste esto? Ahora te necesitábamos ¿Y que tenemos? Solo un amargo recuerdo que nos daña hasta el día de hoy.- la pelirroja reflexionaba frente a la tumba del infame portador del valor cuando una fuerte explosión la arroja al piso con la fuerza de su impacto.
Sora rápidamente se pone de pie y se percata de la gran nube de humo que proviene de la casa de aquella pareja occidental donde se había encontrado con Yamato. A prisa corre hacia el lugar cuando comienza a escuchar las sirenas de la policía, era una redada. Cuando la chica llega encuentra la entrada de la casa totalmente destruida. Sora sin pensar en consecuencia se adentra en la casa y se abre paso entre incipientes llamas hasta el patio, allí se topa con la dantesca escena. Los cuerpos de las personas con quienes había compartido hace unas horas estaban regados por el piso con heridas abiertas y sangrantes, algunos incluso aún daban agónicas señales de vida. Una joven adolescente, quien se habría encontrado entre el grupo junto a su madre escuchando la historia del dueño de casa, se retorcía de dolor en un charco de su propia sangre con un profundo corte en su abdomen que incluso dejaba ver parte de sus entrañas asomarse, la pobre infeliz apenas podía dar agudos chillidos de dolor a medida que su vida se apagaba. Sora, impactada, no daba crédito a lo que sus ojos veían. En el mismo lugar arrodillado en el piso, consumido por el llanto y la amargura, estaba aquel borracho que contaba su historia y en sus manos sostenía parte de la cabeza cercenada de su esposa, la mujer que había abierto la puerta para Sora y Koushiro. Unos metros más allá estaba el resto del cuerpo de la mujer, desde la mandíbula inferior hacia abajo se encontraba tirado en el piso. Frente al desmoralizado hombre, una esbelta joven de cabello rubio llamaba la atención por su vestimenta medieval que incluía una dorada armadura y cuatro alas doradas que salían de su espalda, claro, era un digimon. Sora observa como la digimon se acerca tranquilamente al destruido hombre mientras sostiene en su mano izquierda una filosa espada teñida con la sangre de los inocentes allí ejecutados. La criatura toma por el cuello a su víctima y la acerca a su rostro para interrogarlo.
-Mi nombre es D'arcmon y fui enviada por las fuerzas de orden de su santidad, el Emperador Hiro Fushimi. Fuimos informados que en esta casa se vio merodeando a los "elegidos", diga ¿Qué sabe usted sobre eso? Prometo que seré misericordiosa si coopera. tal como dicta el ejemplo de nuestro mesías.- lo interroga mientras oprime más la garganta del borracho que apenas podía articular palabra.
-N.. no... No sé... e nad... nada.- intentaba contestar el hombre.
-Elegiste el camino del pecado.- le dice D'arcmon antes de romperle el cuello con su mano derecha y dejar caer el cuerpo al piso. En ese momento D'arcmon se percata de la presencia de Sora.- Hey! Tú! Tengo un par de preguntas que hacerte.- D'arcmon comienza a dirigirse hacia Takenouchi, pero al avanzar hacia ella se topa con un estorbo. El niño que padecía hambre junto a su padre, se encontraba de rodillas en el piso moviendo el cadáver sin vida de su progenitor.
-¡Despierta, despierta papá!- suplicaba entre en desconsolado llanto el pequeño.
Una vez que D'arcmon se halló junto al niño, le propina un indolente puntapié en el rostro que lo dispara como una bala de cañón directo a Sora. El cadáver del niño cae a los pies de la pelirroja, la expresión sin vida del pequeño con la mandíbula hecha añicos y sus ojos muertos se quedaron en la retina de la portadora del emblema del amor, quien era abrumada por la inclemencia de la digimon. D'arcmon se acercaba peligrosamente a Sora, la joven era presa del pánico y no podía siquiera moverse. La angelical digimon se preparaba para usar su espada, está la alza hacia el cielo y da un salto para asestar un golpe mortal pero...
-¡Meteoros fugases!- una lluvia de bolas de fuego que cayeron sobre el digimon dieron oportunidad para que Sora intentará huir. Con el lugar incendiándose pudo correr hacia el exterior donde en la entrada de la casa se encontraría a Jyou.
-¡¿Sora te encuentras bien?! ¡Con Ikkakumom nos encargaremos esto!- exclama Jyou mientras la toma del brazo y comienza a correr con ella, pero no dan más que unos tres o cuatro pasos y son interceptados por D'arcmon.
-¡¿Y a donde creen que van pecadores?!- les amenaza, pero es sujetada por los brazos por Birdramon elevándola por los aires y soltando la inesperadamente.
-¡Arpón Vulcan!- el ataque de Ikkakumom impacta de lleno en el cuerpo de la desprevenida D'arcmon.
-¡Le diste Ikkakumom, asegúrate de eliminarla!- le ordena Jyou a su compañero digimon presintiendo la victoria.
-¡¿Con quien creen que se enfrentan miserables pecadores?!- de entre el polvo suspendido en el aire D'arcmon sale eyectada velozmente hacia Ikkakumom, dando un giro mortal, le propina en la frente una certera patada en reversa dejando fuera de combate a Ikkakumom cayendo este al piso volviendo a ser Gomamon.- A pesar de que soy de nivel campeón, soy muchísimo más poderosa de un campeón ordinario e incluso superó a muchos digimon perfectos.- fanfarroneaba D'arcmon.
-¡Gomamon!- gritaba Jyou desesperado mientras dejaba sola a Sora para socorrer a su amigo.
-¡Meteoros fugases!- Birdramon vuelve a intentar con su ataque, pero D'arcmon rápidamente da un salto impulsada por sus alas y corta con su espada las rocas de fuego incandescentes, y más aún, esta sigue volando a toda velocidad hacia Birdramon y atraviesa una de sus alas con su espada, mientras le da un golpe en el vientre con el otro puño derribándola y regresándola a su etapa de novato.
-¡Piyomon!- exclamaba Sora mientras corría para intentar atrapar a su compañera antes de caer al suelo.
-¡Yo me encargo de eso!- se escucha en el cielo al momento que la pequeña pajarilla es atrapada por Angemon.- ¡No te perdonaré que lastimes a mis amigos!- exclama el ángel de la esperanza mientras cierra su puño frente a su contrincante.
-¡Les he dicho ya que sus poderes sin insuficientes contra mi!¡En mi interior reside el poder sagrado de Lucemon y soy bendecida por la orden cruzada de Hiro Fushimi, nuestro salvador!- les advertía enérgica y llena de convicción D'arcmon mientras se ponía en posición de combate.
-¡Electro shock!- el poderoso y sorpresivo ataque de Kabuterimon fue resistido sin problemas por D'arcmon, que con su espada logra impulsar devuelta el poderoso golpe eléctrico a su oponente. Kabuterimon cae violentamente a tierra desplomando con él algunas casas debajo. Probablemente en el derrumbe murieron inocentes que se refugiaban en sus hogares de los disturbios, pero los daños colaterales no son una preocupación pertinente en una batalla.
-¡Será mejor que se rind...- pero antes de que D'arcmon pudiera terminar de jactarse, por la espalda es golpeada fuerte y rápidamente por el báculo sagrado de Angemon.-¡No puede...- pero a penas se voltea a ver a su rival, vuelve a ser agredida brutalmente con el báculo en distintas partes del cuerpo.
-¡Te dije que no te lo perdonaría, ahora serás tú la enjuiciada por llevar palabras sagradas en tu boca en balde!- le recriminaba Angemon a D'arcmon mientras le propinaba golpes con su arma.-¡Golpe de fe!-Angemon la golpea con la imponente energía espiritual de su puño, lo que la proyecta a tierra con fuerza descomunal y destruyendo todo a su alrededor, esa técnica debió ser suficiente para detenerla pensaron.
-¡Angemon ten cuidado con tus ataques, no queremos matar a nadie, recuérdalo!- le gritaba Takeru, ninguno de los elegidos quería ser el causante de más penurias para la gente.
-¡Cuando atacas asegúrate de eliminar a tu oponente o esté te eliminará a ti!-exclama D'arcmon al momento de emerger de entre la nube de polvo utilizando sus alas nuevamente, lista para darle una lección con la afilada hoja de su espada.
-¡Patada Garuru!- D'arcmon es interceptada por el ágil Wergarurumon, que con una fuerte patada de sus bestiales extremidades logra desestabilizar por completo al ángel enviado por el régimen.
-¡¿Creías que sería así de fácil?! ¡Wergarurumon te dará una pequeña lección de humildad!- proclama repentinamente Yamato con verdadera convicción- ¡Wergarurumon, haz lo tuyo!
-¡Garras de lobo!- una ráfaga de viento golpea en la cara a D'arcmon perdiendo esta por completo la concentración, y antes de que esta pudiera reincorporarse, una lluvia de puñetazos brutales directos en su cara le quitan por completo la posibilidad de reponerse. Wergarurumon aprovecha de propinarle una patada que la devuelve ferozmente al piso y al caer sobre ella otra lluvia de puñetazos le destroza el rostro.
-¡Así se hace amigo, enséñale de que están hechos los digimon elegidos!- pero al instante que el rubio proclama su victoria, se percata de que Wergarurumon deja de golpear a su enemigo y su cara reflejaba la sorpresa.-¿Sucede algo malo Wergarurumon?- pregunta con temor.
-E... Est... Esta sang... ¡Esta sangrando!- Wergarurumon no daba crédito a lo que sus ojos veían, del rostro de D'arcmon brotaba sangre como si de un humano se tratase.
-¡Les dije que pertenezco a la Orden de los Cruzados, soy distinta a ustedes, yo me alimento de la carne de los pecadores!- exclama con un rostro desfigurado por la locura al tiempo que con una poderosa patada se quita de encima a Wergarurumon. D'arcmon vuelve a empuñar su espada y con un ágil movimiento le rasga el pecho a Wergarurumon, este cae fuera de combate frente a Sora.- Ahora es tu turno humana pecadora, devoraré tu rostro antes de entregarte como aperitivo para nuestro salvador.-murmura mientras se disponía atacar a la pelirroja que yacía arrodillada en el piso junto a una herida Piyomon
-¡No por favor no me mates!-rogaba la portadora del amor observando pavorosa como D'arcmon se acercaba a toda velocidad para acabar con ella, nadie podía salvarla de esta, la chica solo hunde su cara en el cuerpo de Piyomon esperando lo peor.
-¡SORA!-exclaman todos los presentes presintiendo el fin de la joven elegida, pero cuando todos cerraron los ojos para no ver el asesinato, nada se escuchó.
Sora, despacio, abre sus ojos y solo puede ver a su compañera herida en sus brazos, ambas están con vida. Levanta su mirada lentamente con temor e incrédula observa como un misterioso hombre se encontraba frente a ella sosteniendo con sus propias manos la implacable espada de D'arcmon.
-¡Eso es imposible! ¡¿Cómo ese sujeto puede retener la espada de un digimon con tal facilidad?!- estupefacto Jyou no podía creer los que sus ojos le mostraban.
-D'arcmon pudo derrotar sin problemas a Wergarurumon, eso significa que ese tipo puede equiparar su fuerza con la de un digimon de nivel perfecto... Eso es imposible- reflexionaba Izumi tan incrédulo como el resto.
El hombre en el campo de batalla vestía ropas militares; chaqueta gruesa de color verde oscuro, pantalones holgados de camuflaje y botas color mostaza, ocultaba su largo, alborotado y castaño cabello bajo una gorra de baseball negra y tapaba su rostro con un pañuelo rojo. Resistiendo en embiste de D'arcmon, aplica un poco de fuerza sobre la espada y la parte en dos sin mayor dificultad. Ni siquiera D'arcmon podía asimilar lo que veía, sin palabras no pudo hacer nada ante el rodillazo que el extraño hombre le propina en la cabeza y que la deja incrustada en una pared lateral. El tipo se aleja de Sora en dirección a D'arcmon para seguir golpeándola y es cuando ella nota un reconocido símbolo en su espalda, una estrella de cinco puntas invertida con dos letras "A" sigla de "Anakisuto Akuma" a los costados y tres números "6" acomodados alrededor, en la parte inferior la palabra "Museihushugi" en caligrafía japonesa "無政府主義".
-¡Esto no se quedará así!- gritaba iracunda D'arcmon mientras se elevaba rápidamente por el aire con sus alas para intentar alejarse de su poderoso contendiente y realizar un ataque aéreo, pero fue en vano, con un salto sobre humano aquel sujeto cae trepado sobre su espalda.-¿Qué haces?!¡Suéltame maldito!- aterrada D'arcmon intentaba deshacerse del sujeto, pero este, sin mediar palabra alguna, comienza a arrancar una por una las alas de la digimon, que entre alaridos semejantes a los de un cerdo que es marcado con fuego para el ganado, comienza a perder altura hasta que ambos caen a tierra.
Una vez en el suelo, D'arcmon intentaba ponerse de pie frente a su enemigo, pero se encontraba muy herida, aún así logro asumir su postura de lucha, algo que no fue de ayuda cuando el sujeto saca de su espalda un machete y con un movimiento tan ágil como los de D'arcmon rebana a la mitad el cuerpo de la digimon angelical. Con un segundo movimiento de su espada cercena la cabeza que también cae al suelo junto al resto del cuerpo, los restos de aquella criatura derramaban sangre al piso como si se vaciaran por completo. Los chicos estupefactos no querían, ni siquiera, mirar la grotesca escena de sangre donde la cabeza de D'arcmon aún conservaba su expresión de terror. En ese momento todos se preguntaban quien era aquel aterrador hombre, pero las sirenas de la policía, los ruidos de las armas disparándose y los gritos de la gente indicaban que la policía ya estaba en el barrio y era mejor marcharse de ahí. Es cuando aparece JotaKil junto a su esposa, ambos portando ametralladoras.
-¡Okey homboys, vuelvan a casa, nosotros debemos ir a defender Terror Hill's! ¡Por favor les encargo mucho a mi chamaquito!- les pedía alterado el antiguo amigo del fallecido Taichi, pero en ese momento escuchan la voz de aquel sujeto.
-¡Koushiro, Kabuterimon, Takeru y Angemon!¡Ustedes aún están en condiciones de luchar y me acompañaran a pelear contra la represión policial¡Los demás a resguardarse, no quiero que estorben!-les ordena el sujeto con altanería y a pesar de que instintivamente los elegidos tendieron obedecer, Yamato los detiene y desafiante pregunta al extraño.
-¡¿Quien rayos eres tu?! ¡¿y Que demonios quieres con nosotros?!- interrogaba el irreverente y desconfiado portador de la amistad.-¡¿Por qué deberíamos hacerte caso?!
-¡He venido por ustedes! ¡Mimi Tachikawa se encuentra en peligro y hemos sido informados de que podrían tenerla prisionera aquí en Terror Hiil's!
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Bueno espero no les aburra, estare atento a sus criticas gracias
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