Era la hora de la verdad. Los miembros de Nastrand's Maze se reunieron con sus clientes en la taberna del Bad Spill y viajaron directo a File City sobre el lomo de MegaSeadramon.
Todos cargaban con sentimientos y expectativas diferentes:
Ringo parecía muy animada, el día estaba despejado pero sin llegar a ser muy caluroso. Lo único que le faltaba para ser perfecto, al menos para ella, sería un poco más de viento.
Serah curiosamente soñó con el partido, sin darse cuenta se tomó bastante en serio su segundo trabajo e incluso planeó un par de estrategias más antes de salir. Era poco probable que perder aquí le afectase de manera negativa, pero entre la victoria y la derrota, ella siempre elegiría lo primero.
Dracumon tenía el ego inflado por las nubes, aún como suplente, fue el que mejor dominó las bases del Basket. Quería entrar a la cancha y tener "impacto", que su presencia fuese determinante para el ritmo del juego.
MegaSeadramon también estaba de buen humor, básicamente porque vería como ese molesto grupo de verduras parlanchinas se "estrellaría contra una pared". Él no tenía ningún tipo de fe sobre ellos, en secreto iba a estar animando al equipo contrario.
En cuanto al Team Forest:
Kokabuterimon terminó mordiendo la carnada de Farron. La estrategia de "caramelos y latigazos" había sido muy efectiva. Esperaban que manipular su estado de humor y predisposición continuase siendo pan comido.
Mushmon se mostraba muy relajado, era el efecto que obtenía cuando fumaba esas extrañas hierbas durante el día. ¿Siquiera sabía el peso que tenía el partido? Fallar significaba perder la huerta que trabajó por tantos meses junto al resto de su territorio.
Las hermanas si fueron afectadas por la presión, creían que no tenían suficiente experiencia y pese a lo temperamentales que solían ser, ahora estaban bastante intimidadas por las habilidades de Commandramon. Por último,
Floramon se mantenía ocupada oliendo a la serpiente. Parecía que ella ni se enteraba de a dónde iban, disfrutaba del paseo como si estuviese en un día de campo.
A bordo del mejor transporte de la ciudad, el grupo entero no tardó en llegar a su destino. El perfect de-evolucionó a su etapa child y con eso continuaron su camino. Las calles estaban apestadas de gente, Serah incluso escuchó que aparecerían varios espectadores para ver el partido. La noticia se extendió por el mero hecho de que la cancha estuviese reservada.
—
¡Oh~! Cuantos curiosos~ —comentó Ringo al ver los alrededores del campo de juego. Había cerca de treinta tamers con sus digimon tras el cercado. —
¿Creen que hayan venido a vernos a nosotros~?
—
Pff, qué dices Master. Lo único que esperan de nosotros es una humillación pública —el anfibio dijo eso en voz alta, aunque por algún motivo ninguno de los digimon tipo planta escuchó su conversación.
—
Yo me encargaré de que eso no suceda —comentó el diablillo mientras reía entre dientes. Bajo su brazo derecho llevaba un bolso y lo cargaba con mucho recelo. —
Aquí tengo nuestro pase para la victoria.
—
¿? ¿Y eso es? —le preguntó Serah con un tono curioso. Al parecer Dracumon quería meter laxantes en las bebidas energéticas de sus rivales, sería una buena forma de empezar el partido. Mientras ellos estaban escondidos jugando, él se escabulliría y efectuaría el sabotaje.
—
¡No puedes hacer eso! —se negó Kokabuterimon. —
Odio a Kokuwamon y su grupo, pero si ellos no hiciesen algo tan bajo, dejaría de considerarlos mis rivales. ¿No conoces la frase "no hagas lo que no te gusta que te hagan"?
—
Una filosofía muy sana~ —opinó Takanabe con una sonrisa sosa.
—
Tch, qué aburrido... —chasqueó su lengua el no-muerto como si le hubiesen aguado la fiesta. La pequeña Farron también pensó que era una lastima, le gustaba ver las travesuras y desventuras de su compañero.
[...]
Kokuwamon vio que los chicos del Bosque Inquebrantable habían llegado. Con pasos sistemáticos se acercó a ellos y les "saludó". —
ME-SORPRENDEN-SUS-AGALLAS-¿VIENEN-A-PERDER? —la maquina hablaba como un robot, con palabras carentes de emociones y entre-cortando los tiempos de pronunciación. Tras él estaba Commandramon, el dinosaurio se rió y les dio un "pulgar hacía abajo", un gesto que les indicaba que perderían sin lugar a dudas. Monitamon, Gotsumon e Impmon también iban con ellos.
—
¡Ngg-! —el escarabajo azul refunfuñó por la provocación. —
¡No lo sabremos hasta que lo intentemos!
—
Según mis datos, ustedes no sabían nada de este deporte días atrás —analizó el televisor al tiempo que mostraba información detallada en su pantalla. —
¿Cómo piensan superar mis cálculos?
—
Eso es... —el líder de las plantas no supo muy bien como responder a eso.
—
¿En serio tienes esperanzas? —el que habló fue Gotsumon, ese era el único miembro del Team City que no se burlaba de ellos... de la misma forma que los otros. —
Me siento un poco mal por tener que hacerles esto.
—
Bueno, sea cual sea el resultado. Es obvio que el público se va a entretener —Impmon parecía más interesado en su popularidad que en ganar. Era una oportunidad única de lucirse. Farron fue a buscar a su cliente y lo sacó de ese grupo de hienas, no quería que le desmoralizaran con solo palabras. Le pidió a Ringo que le siguiese apoyando, todo para que no se viniese abajo por los nervios.
[...]
Un humano que no pertenecía a Nastrand's Maze se paró en medio de la cancha. Tenía un corte de pelo extraño, en el país de Takanabe, la gente que usaba ese estilo solían ser confundidos con rufianes. Sus ropas estaban impecables, probablemente las habría comprado hace pocos días y eran del mejor material que se pudiese encontrar en el mundo digital. En su boca reposaba un silbato, el hombre lo usó y aplaudió varias veces para llamar la atención. —
Bien muchachos, estén listos para comenzar. Yo, Kevin Paul, seré el árbitro —la distraída inclinó su cabeza extrañada, nadie dijo que otra persona se encargaría de eso. Serah al ver lo bien que se llevaba con Commandramon, se preguntó si favorecería de manera injusta al Team City. Segundos después negó con su cabeza, desde su perspectiva, no veía una razón para que sus rivales hiciesen trampa con semejante ventaja de experiencia.
Ambos equipos entraron al campo de juego. El partido duraría 40 minutos y estaría dividido en cuatro tiempos iguales. Los descansos serían de dos minutos y los tiempos muertos de un minuto.
Team City
Impmon (Ala-Pívot) - Commandramon (Escolta) - Monitamon (Pívot) - Gotsumon (Alero) - Kokuwamon (Base)
Team Forest
Floramon - Mushmon - Palmon - Alraumon - Kokabuterimon
(Sin posiciones especificas)
—
¡Comiencen! —declaró el neoyorquino al tiempo que soplaba el silbato y lanzaba la pelota al aire. Era tarea de Monitamon y Palmon disputarse el primer balón. La planta extendió sus enredaderas dos metros y el televisor saltó una distancia casi igual de alta. Fue la primera quién consiguió hacerse con su objetivo.
—
¡Ya sabes...
—
... quién va a anotar! —terminó su frase Alraumon, al tiempo que recibía el pase de su hermana. Pudo entrar en el área de tiros libres, aún con lo lento que corría por sus piernas cortas. Allí se preparó para extender sus lianas hasta el aro y efectuar un Lay-up-Shot. Bueno, al menos ese era el plan. Kokuwamon apareció en el momento más inoportuno y con un "manotazo", le arrebató el balón y se lo pasó a Impmon.
—
¡CONTRAATAQUE! —gritó con su mecanizada voz, guiando el ritmo de sus compañeros.
Farron se levantó de su asiento como espectadora y exclamó: —
¡Vuelvan a defender! —el Team Forest se había quedado pasmado por unos cuantos segundos, en especial las dos gemelas que estaban seguras de que iban a anotar. Para cuando se quisieron mover, el diablillo ya había lanzado su tiro. La pelota rebotó en la cesta hacia afuera, Monitamon se encargó de meterla con un salto irreal. —
Tres metros... —la falsa rubia estaba sorprendida, era el primer child que veía con semejante agilidad. Sacó la guía de Basket que retiró de la biblioteca y buscó la jugada. —
Aquí está... se llama Alley Oop.
—
¿Alley Oop? —le preguntó Dracumon.
—
Un jugador lanza la pelota hacía el aro y otro se encarga de encestar. Normalmente las jugadas que se efectúan sobre el aro se consideran falta, pero según esto, el Alley Oop es una excepción a la regla.
—
Je, no fue tan planificado muchacha —Kevin estaba cerca de los miembros de Nastrand's Maze, les escuchó hablar y les dio su opinión. —
Monitamon simplemente aprovechó el rebote.
Kokabuterimon se puso nervioso por un segundo. Ringo le alentó para que se concentrara, dos puntos no iban a marcar la diferencia y el equipo necesitaba que el insecto hiciese su papel de líder. El balón pasó al Team Forest. La primera en botarlo fue Floramon, guardó la pequeña ramificación de su flor y comenzó a correr. Gotsumon aceleró con la intención de arrebatárselo, la planta entró en pánico y terminó arrojando la pelota en cualquier dirección. Por suerte el escarabajo azul pudo tomarla con ambas pinzas. Estaba cerca de la zona de tiros libres, poniendo toda su concentración en el dribleo, el insecto avanzó y dio un saltó potenciado con vuelo. Le faltaron milímetros para superar los tres metros, desde ahí, lanzó hacía la cesta.
No entro.
—
¡Maldición, puse demasiada fuerza! —la misma rebotó en el tablero y cayó cerca de Kokuwamon. La maquina era la que peores extremidades tenía para manipular el balón, no podía sostenerlo ni y picarlo. Su única función era hacer un pase rápido hacía sus compañeros y robar el de los rivales cuando fuese necesario.
—
VAYAN —nuevamente, dependió de sus camaradas para que la jugada se efectuara. Gotsumon esquivó con dificultad la marca personal de Mushmon y realizó un pase a Commandramon. El dinosaurio arrojó la pelota desde la linea de triples.
Tres puntos.
—
Hmn, todo va de acuerdo a los cálculos —analizó Monitamon.
—
¡Por supuesto que iba a entrar! —se jactó con orgullo y euforia el militar. Los triples eran sus jugadas favoritas. El público también mostró reacciones positivas. Los vegetables estaban atónitos, el Lay-up-Shot no era la especialidad del mutante, pensar que lo que vieron antes de ayer era todo su potencial fue un error garrafal. Impmon por su parte, chasqueó su lengua porque su camarada acaparaba toda la atención.
Los siguientes cinco minutos fueron catastróficos. A pesar de que el Team Forest defendió con más saña y anotaron cuatro puntos, no pudieron frenar la ofensiva de Commandramon. Cada vez que a éste último le pasaban el balón, efectuaba un triple demoledor. Llegó a anotar 15 puntos incluyendo el primero. Eso sumado a los dos mates de Monitamon, sumaban un total de 19 puntos. Mushmon cometió dos faltas con sus bloqueos, no, era más correcto decir que sus rivales le obligaron a cometerlas. Ellos se pusieron en puntos estratégicos dónde pudiesen aprovechar las debilidades de sus contrincantes. Lo peor de todo fue que el hongo se ganó otra falta técnica más al discutir con el árbitro por eso, sumando un total de tres. Kokabuterimon también tuvo errores con sus semi-vuelos, dos veces seguidas tomó el balón sobre la altura del aro, acción negativa que Kevin cobró de inmediato.
Serah sintió que era momento de interrumpir el ritmo de sus rivales. Pidió un tiempo muerto y el partido se detuvo. Reunió a los jugadores alrededor suyo y usó ese corto minuto para explayarse.
—
Creo que está claro. Los únicos especialmente buenos son Monitamon y Commandramon, el resto no es mucho mejor que ustedes. Aprovechen eso para marcar a sus estrellas —les explicó con mucha calma. —
Mushmon, estás en la zona roja. Tienes que dejar de cometer faltas, concéntrate en no tocar a tus rivales.
—
¡Me están tocando los hongos! ¡Ellos me empujan pero ese árbitro no les dijo nada, ¿por qué yo no puedo?!
—
Discutir no te dará la razón ¿Acaso quieres perder tu huerta? —la neoyorquina le miró con una cara de pocos amigos, las excusas de la seta no le iban a valer de nada cuando acabase el partido.
—
N-no, lo siento-hongo.
—
¿Qué hacemos...
—
... con Commandramon? — preguntaron las hermanas, volviendo a sentir la presión que ese individuo ejercía en la cancha.
—
No ha fallado ningún triple hasta ahora~ —dijo Ringo impresionada, aunque su expresión y tono de voz no cuadrasen con esa sensación. —
Pero si sus tiros no fallan, lo mejor sería bloquearlo en el aire, ¿no~?
—
¡Exacto! ¡Ahora a jugar!
El partido se iba a reanudar, la pelota iría a manos de los hijos del bosque. Betamon por su parte, contemplaba todo con una expresión aburrida. Creía que vería la desesperación de las verduras, pero esos subnormales todavía se negaban a aceptar la derrota, lo cual no era divertido.
Claire.