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¡Centrados-ota! - el grito proveniente del pequeño renacuajo fue tan fuerte que resonó dentro de la cabeza de todos los presentes. Los primates se pusieron serios, adoptando una postura y una posición ventajosa. Flymon destruyó al espectro invocado con un movimiento violento, y luego comenzó a blandir sus alas a una velocidad increíble, tanto que se volvía imposible para el ojo humano seguirlas. No sólo eso, el ruido producido por esa pequeña acción era ensordecedor, como un taladro constante capaz de poner nervioso a cualquiera. Era básicamente una alerta, la llegada de un depredador nato, el instinto de Tentomon se disparó, indicándole que no sería un objetivo sencillo. Owen y Wolfe no perdieron el tiempo, el primero usó su digimental para transformar a su compañero y el segundo se valió de su digisoul para hacerlo. El insecto carmín se había convertido en una versión mucho más intimidante de su primera fase, un Kuwagamon. Wormmon en cambio, paso a ser algo totalmente distinto, tanto así que no guardaba relación alguna con la familia de los insectos. Ahora era una bestia cuadrúpeda, parecida a un puercoespín solo que en lugar de espinas, estacas de hielo recubrían su lomo. Se trataba de un Togemogumon. -
Tres adults-ota... - susurró con nerviosismo Otatamon. Él no podía aportar nada a esa lucha, así que abandonó el área lo más rápido que pudo. Ninguno de sus compañero se lo recriminó, ya tenían una idea de a dónde se dirigía éste. -
¡Debo informar a Skull-sama!.
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Ahora el combate estará un poco igualado. - comentó el escarabajo ciego al tiempo que emprendía vuelo, interponiéndose entre Flymon y los tamers. Seadramon mascullaba palabras de ira, como siempre apretaba su mandíbula con fiereza, tratando de controlarse a sí mismo.
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Malditos, malditos, malditos. ¡Van a decirnos porqué atacaron nuestra taberna! - gritó rojo de la furia. -
No, ¡van a ser castigados por eso!. - uno de los Apemon escupió con desprecio hacía un lado, le costaba "tragarse" a esa serpiente tan altanera y deseaba ponerla en su lugar. Él y su hermano eran matones de segunda, menospreciaban a sus oponentes pero no soportaban cuando les devolvían el sentimiento. Él que lanzó el hueso se abalanzó sobre la anguila con la intención de iniciar un combate cuerpo a cuerpo. Por supuesto Seadramon no lo permitió de buena gana, su fuerte estaba en las batallas a distancia así que retrocedió velozmente, se elevó y disparó un potente torrente de agua. El primate detuvo su embestida y se apartó, pero al menos se acercó lo suficiente como para recuperar el arma blanca que había arrojado. Owen presenció con los ojos bien abiertos como el ataque del acuático golpeaba uno de esos antiguos árboles, fue tal el impacto, que casi lo arranca de raíz. Les dijo a todos inmediatamente que evitaran adentrarse en el bosque y pelearan en el claro que tenían en frente. Sí no lo hacía, no solo dañarían los viejos troncos sino que también le estarían dando una ventaja de terreno a los Apemon.
Mientras tanto los Gomamon aprovecharon la oportunidad para romper sus jaulas, eran de madera y podían hacerlo con absoluta facilidad, pero sólo ahora que sus captores tenían las manos ocupadas. Los tres tamers dejaron a sus digimon combatiendo y se acercaron sigilosamente a ellos para brindarles ayuda, al menos a los que estaban muy heridos como para arrastrarse por su cuenta. -
¡Atrás! - dijo uno de los childs, intentando alejarse de los humanos. Sus ojos cargaban con mucha desconfianza, no iba a permitir que esos extraños se involucrasen con su problema, aún si intentaban ayudar. -
Nuestra especie no necesita que intervengan. - les dieron la espalda y se apoyaron entre ellos para salir de la zona. Se dirigían a una ramificación del río que conectaba con el Cabo Coela, así que Wright y los demás seguro podían comprarles tiempo suficiente. Flymon detectó esta acción y no dudó en tensar su abdomen para disparar tres aguijones. Cada vez que usaba uno, medio segundo después invocaba otro para reemplazarlo, dejandole a su disposición, un arsenal virtualmente ilimitado de estacas envenenadas. Togemogumon desplegó los cristales en su espalda en forma de escudo, encargándose de bloquear cada proyectil con absoluta facilidad. También disparó un par de estacas para mantener a raya a los primates, quienes quería acercarse a los humanos para matarlos a ellos primero. En otras palabras, su estilo de pelea se centraba en el soporte, permitiendo que sus compañeros de equipo pudiesen atacar con todas sus fuerzas, sin que éstos se tuviesen que preocupar por proteger a sus tamers. No quería mantenerse tan al margen de la batalla, pero el rol que estaba adoptando era demasiado importante como para dejarlo en manos de otro, y a esos de Nastrand's Maze apenas los conocía ni tampoco les inspiraba mucha confianza.
Seadramon intentó atinarle un Water Breath al abejorro gigante, pero éste lo evadió sin dificultad. Dicha acción se repitió una, dos, tres, cuatro veces hasta que el acuático se dio cuenta que intentaban desgastarle. -
¿Jo jo? ¿No vas a seguir atacando? ¿No íbamos a lamentar nuestras acciones? - se mofó el insecto, intentando controlar el ritmo de su rival. Puede que se haya quejado de lo poco profesionales que eran sus compañeros los primates, pero él mismo era un torturador nato que disfrutaba de la agonía de sus victimas. -
Un error y el veneno hará estragos. Jo, déjame saborearlo, ese momento cuando el dolor se vuelve insoportable, quiero ver como te contraes.
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¡No tienes los ojos para hacerlo retardado! - si la anguila no podía ganar usando sus potentes ataques elementales, primero debería acortar distancias para así aumentar sus chances. Mientras se acercaba a su oponente con la misma velocidad que un tren, dejaba salir un gélido aliento desde sus fauces. Se trataba del Cold Breath, una versión mucho menos agresiva que el Ice Arrow, una técnica especializada en congelar a sus oponentes desde dentro, pero tenía otras utilidades como crear una fría cortina de niebla capaz de bajar muchísimo la temperatura del ambiente.
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Tu mismo lo dijiste, no tengo ojos así que es inútil. - su tono de burla seguía presente. Quería presionar psicológicamente a su oponente, así que optó por jugar su mismo juego; cubriendo el área por una pantalla de humo. Aunque la del insecto era diferente, se trataba de un polen violeta que se desprendía de sus alas, pronto se mezcló con la niebla de la serpiente y la visibilidad del combate en el cielo se redujo casi por completo, cubriendo y ocultando a los dos digimon.
Mientras tanto en la tierra, Kuwagamon y Togemogumon se enfrentaban a los dos simios de mal genio. El Apemon más agresivo, quién lanzó su hueso primero, intentaba eludir al insecto carmín, pero cada vez que lo intentaba, rígidas estacas de hielo obstruían sus movimientos. Ya estaba empezando a perder la paciencia, pues el combate no avanzaba en lo más mínimo, y lo peor de todo es que aquel maldito puercoespín no se había movido ni un milímetro de su posición, como si estuviese en un lugar dónde estratégicamente podía cubrir a todos. -
¡Ya deja de defenderte y pelea! - gritó con exasperación. Los cabellos de su cuerpo salieron disparados como un millar de agujas, pero está vez fue el escarabajo quién se interpuso en su ataque. Las pequeñas hebras no eran lo suficientemente poderosas como para traspasar el grueso caparazón, aunque si dejaban marcas pequeñas. -
¡Muévete imbécil!
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No. - tajo Kuwagamon. Wolfe le estaba dando soporte constante con cartas, más que nada para mejorar la resistencia de su digimon. Ya había usado la carta "The Sparkle of Fate!!" ahora su camarada estaba bajo los efectos de "Chrondigizoit Metal Body". El otro primate entró en el rango del escarabajo y comenzaron un intercambio de golpes bastante veloz. No obstante, aún si su oponente tenía un arma, con cuatro brazos podía retenerlo bastante bien. Sujetó al mono con ambas manos y cerró sus cuchillas a gran velocidad sobre su tórax. El Apemon atrapado extendió sus brazos con tal de evitar una herida fatal y pudo valerse de su fuerza para evitar la guillotina, aunque sus manos quedaron gravemente heridas.
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¡Hermano! ¡Aguanta ahí ya voy! - ni bien dio un paso con la intención de ayudarlo, tuvo que apartarse y retroceder para evitar otro proyectil helado. -
Tch, si tan sólo tuviera mi hueso... - no pudo recuperarlo después de lanzarlo contra la cabeza de Ringo. El digimon de Owen se encargó de eso y ahora el mismo estaba justo debajo de sus pies. Odiaba admitirlo, pero estos digimon eran fuertes, en especial el de la evolución armor, que no hacía más que controlar el combate como un juego de niños. ¿Había sido mala idea meterse con ellos? No, las ordenes de su jefe eran precisas; quitar a todo humano del Bosque que pudiese interferir con los planes. Él, Flymon, Otamamon, su hermano y antiguamente Kokuwamon se habían unido bajo el mando de "cierto" digimon, uno que podía ayudarlos a crear el mundo que deseaban, uno libre de humanos. Para ellos File estaba particularmente apestada por esos primates sin pelo, criaturas débiles que domaban a los de su especie como si fuesen mascotas. El numero de esas plagas se había incrementado con la llegada de la Academia de Tamers, tenían que hacer algo, pero incluso ahora esas horribles criaturas se resistían frente a su noble propósito. Por supuesto, un grupo tan disparejo como el suyo sólo podía ser mantenido por su líder, el perfect que evitaba que se disolviesen. -
(Maldición Otamamon, ¿cuanto vas a tardar en informarle a Skull-sama?.) - ni bien terminó su pensamiento, observó como su hermano caía al suelo exhausto y era atrapado por unas redes pegajosas, invocadas por el efecto de una carta. Impotente maldijo para sus adentros y miró hacía el cielo aquella densa nube de color violeta.
Ringo de buena gana y pese a que no veía la situación, le daba pequeñas cargas de digisoul a su compañero. Más que nada para que éste las aprovechase en el momento oportuno. Después de tres largos minutos, un cuerpo pesado salió de aquella cortina de niebla y veneno, cayendo hacía la tierra toda velocidad. El cuerpo se estrelló contra el suelo, se trataba de Flymon. Estaba casi cubierto en su totalidad por escarcha y sus frágiles alas estaban destrozadas, no hacía falta decir que éste ya había perdido el conocimiento. Seadramon descendió luego triunfante, aunque con una fuerte tos y una fiebre bastante molesta.
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¿Estás bien Seadramon~? - le preguntó la distraída sin mucha preocupación.
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¿Por qué peleaste dentro de su nube de veneno? - le cuestionó Togemogumon diciendo que fue irresponsable de su parte. Tanto él como su tamer ya se estaban arrepintiendo de haber formado grupo con esa guild de mercenarios, eran más una carga que una ayuda. -
Tendrás que reposar en el mar y beber mucha agua para limpiar tu organismo, si sigues peleando puedes hacerte daño.
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A callar. - le respondió la serpiente al tiempo que sus pulmones se contraían violentamente, una y otra vez. -
Lo hice para que no se alejara del Cold Breath. - esa fue toda su explicación. El suceso completo, era que dicha técnica tenía un efecto particular sobre los digimon alados, pues bajo semejante frío les costaba más blandir sus alas y terminaba reduciendo su velocidad, justo lo que él necesitaba para atinar uno de sus ataques. Observó de reojo al último de sus oponentes, quién retrocedía un paso por cada mirada clavada sobre su ser. -
Cof. Veo que únicamente quedas tú. Se aca-¡...!. - antes de que pudiese terminar su frase, un fuerte golpe mandó a volar a la serpiente decenas de metros hasta que su cuerpo chocó con un árbol. El mismo se derrumbó y el afectado perdió su evolución junto con su conciencia.
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¿...Qué?. - susurró Wolfe sin entender que le acaba de suceder a Seadramon, un sudor frío recorrió su espalda. Luego notó que una nueva figura había aparecido, la misma estaba cubierta por un enorme manto negro, pero en su huesuda mano sostenía un bastón. Parecía haber usado su enorme poder y la fuerza centrifuga para dejar fuera de juego a la anguila en un instante. ¿Quién demonios era aquellas criatura? Una nueva y amenazadora presencia había aparecido ante sus ojos, ninguno estaba muy seguro de como reaccionar.
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Humanos inferiores... - susurró la parca con el bastón. -
Le han estado causando muchos problemas a mis muchachos.
.Wolfe Betamon está inconsciente y el golpe fue tan fuerte que no va a despertar, además de que inhaló demasiado veneno debilitante. No cuentes con él para la batalla. Luego corrección.
Comentarios. Bien, la idea de éste pequeño Boss, no es realmente para poner a prueba a Takanabe ni a Law. Sino para demostrar que no tienen que ser ellos quienes se encarguen de vencer al jefe final. También hacer una quest dónde NO hayamos dejado una impresión positiva en el NPC.