A
Anon (e16484)
Invitado
Offline
El ser humano es un ser competitivo.
Muchas veces nos venden en el colegio la historia de que todos somos especiales. Pero eso no es cierto, pues si todos fuéramos especiales, nadie lo sería. Para que existan los altos tienen que existir los bajos. Para que existan los flacos tienen que existir los gordos. Para que existan los ganadores tienen que existir los perdedores. Y para que exista la gente especial, tiene que existir la gente que no es especial.
Todos queremos tener una buena vida, un buen trabajo, y dinero con el que comer. Pero para que uno logre este sueño, es necesario que destruya los sueños de demás personas. Un equipo de fútbol que gana un torneo lo gana porque otros perdieron. Una persona obta a una beca de estudio porque otra gente se quedó sin ella. Y uno obtiene un trabajo porque otros no pudieron hacerse con ese puesto.
Por ello, en este mundo, no importa lo que deseas, lo que pienses, o cuales sean tus intenciones. Lo que importa es lo que haces, y lo que eres capaz de hacer. No te darán un trabajo por ser buena persona. Te lo darán si tienes buenas habilidades y títulos que así lo refuten.
Cuando decimos que alguien es buena persona ¿Por qué lo decimos? Lo decimos porque muestra respeto, porque se muestra amigable, porque nos muestra cariño, entre otras cosas. Pero no decimos que sea buena persona por como piense, desee, o por sus intenciones, porque no existen las máquinas para leerle la mente a las personas. Cuando decimos que alguien es bueno, lo decimos por sus acciones. Esto refura que en este mundo, lo importante es lo que haces, y lo que eres capaz de hacer. En otras palabras, lo importante es cuestión de poder.
Hay quien cree que el dinero es poder, pero esto no es del todo cierto. El dinero no es poder. El dinero es parte del poder. Una persona puede más rica que otra y ser menos poderosa. Eso es así porque, además del dinero, hay otros factores en el poder, como la influencia sobre las demás personas a través de medios, como lo puede ser un discurso, una acción, o una no-acción.
Nacemos oprimidos por el poder. Crecemos adquiriendo poder, y las personas de más exito en este mundo, son las que terminan con más poder: Empresarios, influencers, políticos, etc.
Una persona no haría caso a sus padres si estos no tuvieran el PODER para castigarle. Algunos quizás ahora recuerden con horror las famosas chanclas. Uno puede criticar este punto, argumentando que en ocasiones uno hace lo que le dicen sus padres porque él está de acuerdo con X cosa. Pero, si tú haces eso, lo haces porque tú así lo ves correcto, no lo haces porque les estés haciendo caso a tus padres. Como ven, no es lo mismo. No estás acatando una orden en el último caso, porque actúas voluntariamente, y no bajo un mandato.
¿Por qué nos castigan nuestros padres? ¿Porque es por nuestro bien? No. Ellos no nos castigan porque el castigo sea nuestro bien. Ellos nos castigan porque PIENSAN que el castigo es nuestro bien. Ellos no actúan según el bien. Actúan bajo su propia perspectiva de lo que es correcto y de lo que no es correcto. Ellos, al igual que nosotros, no poseen la verdad absoluta.
Actuamos según lo que nos parece más correcto. Tomamos las medidas que consideramos correctas en nuestra vida. Incluso, votamos a los políticos que consideramos más capaces. Pero al final, todos somos egoístas. Queremos que el mundo sea como nosotros queremos, y no como otros pueden llegar a querer.
El ser humano es egoísta. Pero no es lo mismo ser egoísta que malvado. Uno busca su propio beneficio, no dañar a los demás. Aunque, en ciertas ocasiones, buscar el beneficio propio puede terminar dañando a los demás.
Somos egoístas. Somos competitivos. Vivimos en la lucha por el poder, que es la capacidad de hacer. Uno castiga porque uno tiene poder sobre otro. Poder para imponer. Poder para hacer lo que piensan cuando otros no pueden hacer eso. Poder para oprimir sin ser oprimido. Dañar sin ser dañado.
Cuando alguien nos daña, y esos que nos dañan no reciben su merecido ¿Qué aprende la gente? La gente aprende qu existe la posibilidad de hacerte daño sin recibir un merecido a cambio. Y eso es algo que no puedes permitir si no quieres volver a ser dañado. Por ello, asegúrate de que lo lamenten. Obtén poder. Hazte fuerte. Entrena, estudia, lee, etc. Y cuando seas más poderoso que ellos, si es que logras eso, hazles saber que aquello que te hicieron lo van a lamentar hasta el resto de sus vidas. Sé más poderoso que ellos, y que cualquier persona que ose hacerte daño. No se puede castigar si no hay poder suficiente para castigar. Del mismo modo, no se puede evitar el castigo si no hay poder suficiente para evitar el castigo. Todo gira alrededor del poder y del castigo.
Uno en esta vida desea ser feliz. Así mismo, uno desea también que sus allegados sean felices. Pero puede que tu felicidad y la de ellos no sean compatibles porque no buscan lo mismo. Y lo que ellos buscan puede ser aquello que tú evitas. ¿Qué harías entonces? ¿Vender tus principios por otros o seguir tus principios? ¿Ser fiel a otros o ser fiel a ti mismo? ¿Quién es tomado como persona seria y respetable? ¿Aquel que sigue a sus principios o aquel que los rompe? Hay quien piensa que si sigues tus principios a costa de abandonar a sus amigos, entonces, eres una escoria. Sin embargo ¿Por qué uno abandonaría sus princopios cuando está convencido de que aquello que cree es lo correcto? ¿Por qué abandonar tus ideas, si tienes poder a tu alcance? Puede que alguien piense que si en este punto, sigues tus principios, entonces, perderías a tus amigos. Sin embargo ¿Quién no desea ser feliz a su modo? ¿Prefieres ser feliz tú, o ser infeliz para que otros sean felices? ¿Qué harías si pudiceras elegir? ¿Si tuvieras poder?
El poder lo es todo. Unido en todas sus facetas (dinero, capacidad para influenciar a otros, capacidad para provocar que otros te quieran, capacidad de hacer lo que tu deseas) lo es todo. Es lo que al final importa, y nada más.
Muchas veces nos venden en el colegio la historia de que todos somos especiales. Pero eso no es cierto, pues si todos fuéramos especiales, nadie lo sería. Para que existan los altos tienen que existir los bajos. Para que existan los flacos tienen que existir los gordos. Para que existan los ganadores tienen que existir los perdedores. Y para que exista la gente especial, tiene que existir la gente que no es especial.
Todos queremos tener una buena vida, un buen trabajo, y dinero con el que comer. Pero para que uno logre este sueño, es necesario que destruya los sueños de demás personas. Un equipo de fútbol que gana un torneo lo gana porque otros perdieron. Una persona obta a una beca de estudio porque otra gente se quedó sin ella. Y uno obtiene un trabajo porque otros no pudieron hacerse con ese puesto.
Por ello, en este mundo, no importa lo que deseas, lo que pienses, o cuales sean tus intenciones. Lo que importa es lo que haces, y lo que eres capaz de hacer. No te darán un trabajo por ser buena persona. Te lo darán si tienes buenas habilidades y títulos que así lo refuten.
Cuando decimos que alguien es buena persona ¿Por qué lo decimos? Lo decimos porque muestra respeto, porque se muestra amigable, porque nos muestra cariño, entre otras cosas. Pero no decimos que sea buena persona por como piense, desee, o por sus intenciones, porque no existen las máquinas para leerle la mente a las personas. Cuando decimos que alguien es bueno, lo decimos por sus acciones. Esto refura que en este mundo, lo importante es lo que haces, y lo que eres capaz de hacer. En otras palabras, lo importante es cuestión de poder.
Hay quien cree que el dinero es poder, pero esto no es del todo cierto. El dinero no es poder. El dinero es parte del poder. Una persona puede más rica que otra y ser menos poderosa. Eso es así porque, además del dinero, hay otros factores en el poder, como la influencia sobre las demás personas a través de medios, como lo puede ser un discurso, una acción, o una no-acción.
Nacemos oprimidos por el poder. Crecemos adquiriendo poder, y las personas de más exito en este mundo, son las que terminan con más poder: Empresarios, influencers, políticos, etc.
Una persona no haría caso a sus padres si estos no tuvieran el PODER para castigarle. Algunos quizás ahora recuerden con horror las famosas chanclas. Uno puede criticar este punto, argumentando que en ocasiones uno hace lo que le dicen sus padres porque él está de acuerdo con X cosa. Pero, si tú haces eso, lo haces porque tú así lo ves correcto, no lo haces porque les estés haciendo caso a tus padres. Como ven, no es lo mismo. No estás acatando una orden en el último caso, porque actúas voluntariamente, y no bajo un mandato.
¿Por qué nos castigan nuestros padres? ¿Porque es por nuestro bien? No. Ellos no nos castigan porque el castigo sea nuestro bien. Ellos nos castigan porque PIENSAN que el castigo es nuestro bien. Ellos no actúan según el bien. Actúan bajo su propia perspectiva de lo que es correcto y de lo que no es correcto. Ellos, al igual que nosotros, no poseen la verdad absoluta.
Actuamos según lo que nos parece más correcto. Tomamos las medidas que consideramos correctas en nuestra vida. Incluso, votamos a los políticos que consideramos más capaces. Pero al final, todos somos egoístas. Queremos que el mundo sea como nosotros queremos, y no como otros pueden llegar a querer.
El ser humano es egoísta. Pero no es lo mismo ser egoísta que malvado. Uno busca su propio beneficio, no dañar a los demás. Aunque, en ciertas ocasiones, buscar el beneficio propio puede terminar dañando a los demás.
Somos egoístas. Somos competitivos. Vivimos en la lucha por el poder, que es la capacidad de hacer. Uno castiga porque uno tiene poder sobre otro. Poder para imponer. Poder para hacer lo que piensan cuando otros no pueden hacer eso. Poder para oprimir sin ser oprimido. Dañar sin ser dañado.
Cuando alguien nos daña, y esos que nos dañan no reciben su merecido ¿Qué aprende la gente? La gente aprende qu existe la posibilidad de hacerte daño sin recibir un merecido a cambio. Y eso es algo que no puedes permitir si no quieres volver a ser dañado. Por ello, asegúrate de que lo lamenten. Obtén poder. Hazte fuerte. Entrena, estudia, lee, etc. Y cuando seas más poderoso que ellos, si es que logras eso, hazles saber que aquello que te hicieron lo van a lamentar hasta el resto de sus vidas. Sé más poderoso que ellos, y que cualquier persona que ose hacerte daño. No se puede castigar si no hay poder suficiente para castigar. Del mismo modo, no se puede evitar el castigo si no hay poder suficiente para evitar el castigo. Todo gira alrededor del poder y del castigo.
Uno en esta vida desea ser feliz. Así mismo, uno desea también que sus allegados sean felices. Pero puede que tu felicidad y la de ellos no sean compatibles porque no buscan lo mismo. Y lo que ellos buscan puede ser aquello que tú evitas. ¿Qué harías entonces? ¿Vender tus principios por otros o seguir tus principios? ¿Ser fiel a otros o ser fiel a ti mismo? ¿Quién es tomado como persona seria y respetable? ¿Aquel que sigue a sus principios o aquel que los rompe? Hay quien piensa que si sigues tus principios a costa de abandonar a sus amigos, entonces, eres una escoria. Sin embargo ¿Por qué uno abandonaría sus princopios cuando está convencido de que aquello que cree es lo correcto? ¿Por qué abandonar tus ideas, si tienes poder a tu alcance? Puede que alguien piense que si en este punto, sigues tus principios, entonces, perderías a tus amigos. Sin embargo ¿Quién no desea ser feliz a su modo? ¿Prefieres ser feliz tú, o ser infeliz para que otros sean felices? ¿Qué harías si pudiceras elegir? ¿Si tuvieras poder?
El poder lo es todo. Unido en todas sus facetas (dinero, capacidad para influenciar a otros, capacidad para provocar que otros te quieran, capacidad de hacer lo que tu deseas) lo es todo. Es lo que al final importa, y nada más.
- ¿Eres hombre o mujer?
- Quimera