O-O- SIGAMOS!!!
FAULT 15
Vianney sonreía tras lo ocurrido en su habitación, tenía a Lizeth abrazada del lado izquierdo y Xcaret del lado derecho, la tres desnudas y en el caso de ambas mujeres treintañeras, con las caras totalmente nerviosas y apenadas por lo que hicieron, acababan de tener su primer trío, su primera relación con alguien que no fuera su novia y algunas cosas del sexo que desconocían por completo, desde el foreplay hasta posiciones bastante estimulantes. Las dos mujeres delgadas aún se encontraban agitadas, recordar como Vianney primero tuvo relaciones con la pelirrosa mientras Lizeth la veía y luego viceversa, antes de tener a ambas en la cama, enseñándoles diferentes tipos de beso, caricias, jugueteo con los dedos, con los labios, con la lengua, con las manos, con la piel, no podían creer que una joven de diecinueve supiera tanto del acto carnal y que en ese momento se sintieran unas primerizas.
– ¿Lo disfrutaron? –
– Fue demasiado. – Susurró Xcaret mientras Vianney besó su frente al verla aún respirando agitada.
– Aún me siento húmeda. –
– Es normal, es lindo la manera en como ustedes tenían sexo, pero hay muchas maneras de conocerse más del cuerpo de la otra y al mismo tiempo conocer más de ti misma, Xcaret tiene unos labios intimos bastante sensibles. –
– Vianney, no tienes que decirlo. –
– Y Lizeth, tus aureolas y axilas son puntos que te excitan mucho. – Comentaba la joven viendo como Liz miraba hacía otro lado por la vergüenza.
– No lo sabía. –
– Y parece que a ambas les gusta chupar mis pezones y frotarse en mis senos. –
Liz y Xcaret se pusieron más rojas al recordar como cada una chupaba un pezón de esa joven de busto grande y disfrutaban de lo suave y blandos que eran al presionar esos senos con sus mejillas, era una sensación desconocida para las dos al ser mujeres de busto pequeño (más en el caso de Xcaret). Vianney no pudo evitar soltar una risa tierna por ver la reacción de ambas, a pesar de la edad, eran bastante inexpertas en las cuestiones sexuales y lo comprendía, ambas tenían mucho pudor y su imagen sobre la sexualidad era muy inocente, pero que tuvieran la confianza de experimentar con ella le hacía saber que en verdad querían abrirse más a conocerse.
– Gracias por permitirme compartir un momento así con ustedes. – Dijo Vianney besando en la frente a cada una mientras ellas volteaban a mirarla.
– Vianney, que hayamos hecho esto ¿Qué significa? –
– Significará lo que ustedes quieran que sea, un encuentro de una noche que quedará con un bello recuerdo, una aventura recurrente, convertirme en una amante para las dos, lo que ustedes deseen. –
– Es difícil decir, nunca pensé que íbamos a hacer esto. –
– Tampoco yo, sólo era un sueño para mí. – Sonrió la joven abrazando más a ambas mujeres para acercarlas. – No importa lo que ustedes decidan, tan sólo quiero que no se arrepientan de esta noche, una noche entre tres chicas que por decisión propia quisieron disfrutar y conocerse mejor de una manera más íntima y emocional. –
Las dos no dejaban de pensar en las palabras de Vianney y la forma en que las miraba, tenía razón en ese comentario, fue decisión mutua ir a verla y ambas aceptaron saber que clase de sentimientos y deseos tenía esa joven hacía ellas, lo que ocurrió en esa habitación fue consensuado y sobretodo, disfrutado.
– Me… Me gustaría repetirlo. – Murmuró Lizeth viendo como Vianney sonreía por sus palabras. – Quisiera saber más para poder hacer disfrutar a Xcaret de otras formas. –
– Lizeth. –
– Me parece bien ¿Qué hay de ti? –
– Yo… Siento que me late muy rápido el corazón. – Dijo Xcaret llevando su mano a su pecho desnudo. – No había sentido esto por nadie más que Lizeth, es algo que no logro explicar, amo a Lizeth, tengo sentimientos afectivos por mi hermana, pero lo que siento por ti, es muy parecido a lo que siento por mi pareja y me tiene confundida, no sé si sea malo o si ella se sienta mal por esto. –
– Xcaret, me siento igual que tú. –
– ¿En verdad? –
– Si, también para mi es raro todo esto, nunca me había fijado en otra persona más que tú y míranos. – Hablaba Lizeth tratando de mirar hacía los ojos de Vianney al mismo tiempo que Xcaret para luego evitarlos al ponerse nerviosas. – Estamos al lado de ella. –
– ¿Eso significa que está bien? –
– Sólo sí así tu lo ves. –
La sonrisa de Vianney hizo que ambas mujeres soltaran un suave suspiro y sus ojos temblaran por esa emoción tan extraña que les causaba. La joven tomó la mejilla de Lizeth acercándola más a su rostro para besarla en la boca suavemente, para luego hacer lo mismo con Xcaret viendo com olas dos mordían su labio inferior por ese beso tentativo que les daba.
– Sin importar como lo veas, me han hecho muy feliz, sentir mi corazón latiendo tan cerca del suyo, poder besarlas, tocarlas, tener esas miradas que poseen en este momento dirigiéndose a mí, si no vuelvo a verlas no me molestaré. – Hablaba Vianney sintiendo como ambas mujeres la abrazaban con un poco más de fuerza del brazo.
– No… No hacemos nada malo ¿Verdad, Lizeth? –
– No, ella lo ha dicho, somos personas adultas y somos responsables de lo que hacemos, lo que pasó aquí sólo a nosotras nos importa. –
– Si, esto lo decidimos nosotras… Nosotras. – Susurró Xcaret mostrando una pequeña sonrisa y un tierno rubor, simplemente decir que decidió aquello junto a Lizeth le causaba una sensación de plenitud.
– Nosotras. –
– Que lindas se ven al sonreír así. – Dijo Vianney abrazando a ambas para llenarlas de besos en sus caras.
– Oh, Lizeth ¿Qué horas son? –
– Son las ocho y media. –
– Tenemos que irnos, es algo noche. – Comentó Xcaret haciendo reír un poco a la joven pues aún tenía algunos hábitos muy marcados.
– Es cierto, también tenemos que dejarte descansar. –
– Ya se me olvidaba que juego mañana, déjenme ayudarles. –
Vianney se levantó y al hacerlo las dos mujeres de nuevo quedaron impactadas por la belleza desnuda de esa tenista, aún estaban sorprendidas que esa joven de diecinueve les había enseñado tanto del placer, el amor y la madurez, se sentían como dos estudiantes atraídas por su maestra. Con ayuda de Vianney, las dos quedaron listas para irse a la casa de Xelha, siendo acompañadas hasta la puerta del departamento por esa chica que se puso una bata porque notaba que ellas se pondrían muy nerviosas si seguía desnuda.
– ¿Irán a ver el partido? –
– Me gustaría ir, el tenis me relaja. –
– Tenemos tiempo libre, no tengo nada en la agenda de las ocho de la mañana a la una y media. –
– Entonces ¿Es un si? – Sonrió Vianney viendo como ambas mujeres sonreían timidamente. – Más motivos para esforzarme. –
– Buenas noches Vianney. –
– Buenas noches y de nuevo, gracias por permitirme entrar en sus vidas. –
La joven de cabello teñido tomó las mejillas de Xcaret y se agachó un poco para besarla en la boca y luego hacer lo mismo con Lizeth, un beso de las buenas noches que volvía a provocarles morder su labio inferior por el sabor a fresa del labial de Vianney.
Durante el viaje, Lizeth y Xcaret no dejaban de pensar en la experiencia que tuvieron, Vianney las tenía tan impactadas que a cada momento iban comprendiendo las cosas, esa joven acababa de lograr seducirlas a ambas, pero no se sentían mal por ello, por el contrario, era como si estar a su lado las hiciera sentirse libres y sobretodo, tratadas como mujeres adultas, como mujeres independientes y capaces de decidir sobre sus acciones.
– Lizeth ¿No estás molesta por lo que ocurrió? –
– No, no puedo evitar sentirme feliz y mi corazón sigue agitado. –
– También el mío. –
– Vianney… Es una chica maravillosa. –
– Si. – Susurró Xcaret mientras las dos se ruborizaban un poco al recordar la mirada de esa chica sobre ellas.
Tras entrar al terreno que rodeaba la mansión de Xelha Mannes y estacionar el coche, ambas mujeres caminaron tranquilas hacía la entrada de la casa, faltaban quince para las nueve por lo que era una buena hora para poder dormir y tratar de calmar esas sensaciones que recorrían sus cuerpos y mentes sin cesar.
– Las luces están encendidas. – Dijo Xcaret al notar la luz debajo de la puerta.
– Tal vez olvidaron apagarlas. –
Xcaret abrió la puerta y la cerró al entrar buscando no hacer ruido, las dos caminaron por el pasillo de la entrada pasando por la sala pero su andar se detuvo de golpe al ver que había una bella mujer sentada en la sala con un libro en mano y unas gafas de lectura puestas. Esa pelirroja en el sofá cerró el libro y se retiró los lentes lentamente antes de mostrar una gran sonrisa, esa sonrisa que siempre tenía cuando veía a su hermana frente a ella.
– Hermanita ¿Puedo saber a donde salieron? –
– Salimos a cenar. –
– No queríamos molestar a Marlon con la cena porque te ha acompañado todo el día, por eso salimos mejor. – Dijo Lizeth mientras Xelha sonreía y cruzaba sus piernas dejando ver sus muslos por el camisón rojo que vestía.
– Debieron avisarme hermanita, para Marlon no es una molestia prepararles la cena, además que tú sabes cocinar bien Liz, no por nada me ayudas con la dieta de mi hermanita. –
– Pero estabas dormida y no quería despertarte por el ruido. –
– Me hace feliz que se preocupen tanto por nosotras, pero sabes que mi hermanita no puede comer en cualquier lado, menos cuando se trata de la cena porque luego puede causarle dificultades para dormir. –
– Fuimos al Mimi e Coco. –
– Buena elección, es de los pocos lugares con la calidad que la comida de mi hermanita debe de tener. – Sonrió Xelha parándose y caminando hacia Xcaret para ponerse frente a ella y mirarla fijamente a los ojos. – Hermanita ¿En verdad sólo salieron a cenar? –
Xcaret pasó saliva, no entendía por qué pero los ojos de su hermana le causaban miedo ¿Acaso estaba molesta? Ahora que lo pensaba nunca la había visto molesta como tal, era la primera vez que salían sin avisarle de algo, fue cuando recordó las palabras de Vianney, no era fácil que Xelha cambiara de un día para otro, su preocupación por ella aún estaba muy en alto. Ella siempre había sido sincera con su hermana, nunca le ha mentido, pero en ese momento, su boca y su mente se desconectaron pues pensó en esa joven de nuevo y sus palabras “Solamente a ellas les importaba lo que pasara al verse” .
– Si, sólo cenamos. –
– Está bien hermanita, perdón por ponerme así. – Sonrió Xelha soltando un suspiro pues sabía que su hermana no podía mentirle y empezó a acariciarle los brazos suavemente. – Sé que prometí darte más espacio y respetar su relación, pero eso no significa que puedas salir así nomás, sabes que estoy sensible por mi embarazo y cuando fui a tu cuarto a preguntarte si ya habías cenado me preocupé. –
– Perdóname. –
– Si no fuera porque llamé a Isa y me dijo que le contaste que saldrías a cenar me hubiera puesto muy asustada. –
– Es cierto, le conté a Isabella que tenía planeado salir esta noche. – Dijo Xcaret recordando esa plática pues Isabella le había invitado a su casa a festejar su regreso pero quedaron de otra fecha.
– Bueno, no les quito más su tiempo, faltan cinco minutos para las nueve, ya deberías de estar lista para dormir hermanita. –
– Si, buenas noches Xelha. –
– Buenas noches hermanita, buenas noches Liz, para la próxima avisen con tiempo y digan donde estarán o me dejarás preocupada, hermanita. –
Las tres subieron por las escaleras y se separaron al irse a sus respectivas habitaciones, en cuanto las dos mujeres delgadas entraron a su cuarto, sintieron como si la adrenalina de sus cuerpos se descargara por completo quedando en un estado de relajación al haber pasado el peligro ¿Por qué se sintieron así?
– Le mentí, le mentí a mi hermana. –
– Le mentimos. – Dijo Lizeth abrazando a su novia. – Pero Vianney tiene razón, lo que pasó sólo debemos saberlo nosotras, fue algo que decidimos hacer y no tienen porque saberlo, es nuestra vida. –
– Nuestra vida. –
Xcaret y Lizeth no pudieron evitar sonreír al recordar lo que hicieron con esa chica, sus corazones de nuevo se alteraron pero no por miedo, sino por las emociones que Vianney había despertado en ellas ¿Sería la última vez que se aventuraran a estar entre sus brazos?
-O-O No lo sé amiga jaja, veo que Xcaret tiene tendencia a atraer mujeres buenotas con cierta obsesión por ella jaja.