Lopmon tragó duro, no quería ni acercarse a aquel Nanimon, sencillamente no podía hacerlo. El recuerdo de aquel primer encuentro con un Adult similar le repiqueteaba en la memoria de modo molesto. Se estremeció de solo imaginarlo y palideció deteniendo el avance, corriendo de inmediato bajo la mesa que hasta hacía poco había ocupado como escondite.
Holly suspiró, la holandesa se había acercado al nipón con el afán de ir hacia al recién llegado, pero al ver la actitud de su camarada detuvo su andar. Con tranquilidad la chica giró sobre sus talones y, tras hacer una leve reverencia Starmon a modo de disculpa, se acercó a su camarada.
El bar tender sencillamente se enfocó en su cliente y amigo, comenzando con aquel plan que los Tamers le habían comentado. No darle licor a Nanimon… mantenerlo sobrio lo más posible.
— Lop… —Holly se acuclilló de tal modo que se sostenía de la mesa con una de sus manos, mientras que con la otra recogía su falda para que no tocase el piso. Suspiró y avanzó a cuclillas—. Orejón, no te comportes así… no es la gran cosa.
— No lo entiendes, Holls —Lopmon miró a su Tamer con ligero pánico mientras se abrazaba con sus orejas y continuaba—: esos sujetos son raros; además, pensar que este es un ebrio... ¡imagina la cantidad de cosas que pueden pasar! Simplemente deberíamos llevarlo a un doble A y dejarlo ahí, o con la DS.
Holly frunció el ceño ante las palabras de su camarada, claramente molesta por los comentarios extraños y sin fundamentos que el orejón hacía. Lopmon inmediatamente reconoció aquella mirada de descontento.
— ¿Ho-Holls? — el conejo ladeó su cabeza y la holandesa solo le miró con deje estricto, apresurándose a hablar sin esperar al otro.
— Eso que dices me parece estúpido —el ceño de la chica estaba frunció—. Mira juzgar un libro solo por su portada… me avergüenzas un poco —el conejo abrió sus ojos cual plato, sorprendido por las duras palabras de su Tamer.
Pero ciertamente la chica tenía razón. Él era el menos indicado para juzgar a aquella pobre alma en penumbra, que de solo verlo cabizbajo en la barra se le achicaba algo en el pecho; no solo comprendía eso de no ser bien visto por algunas, sino también lo que era sufrir un mal de amores. De recordar aquello sus mejillas se tiñeron y bajó la cabeza bufando.
— Decir lo siento no ayuda, ¿verdad? —las orejas del conejo estaban caídas.
— No… deberías decir que te comportaste como un burro —la joven Antonich retrocedió dando espacio para que el regordete saliera.
— Sí, sí —Lopmon alzó la vista —. Me comporté como un burro. Ni siquiera le estoy dando la oportunidad a este pobre —su ceño estaba fruncido, no solo por el auto-disgusto que le ocasionaba su actitud, sino porque aún estaba ese deje de desconfianza por la mala experiencia vivida.
Para ese momento, tanto Akira como Dora ya habían llegado a un lado del dúo conejo-holandesa, mirándoles con curiosidad debido a la plática que había teniendo. La dragona y el nipón se habían mantenido alejados, permitiendo que la chica hablara con su camarada-
—
¿Y bien? —Aki ladeó la cabeza—
. ¿En qué quedamos? No podemos quedar mal en este trabajo. Que el Onii-San tenga problemas de pareja con su novio no.
Sin embargo un golpe directo a las costillas del rarito fue más que suficiente para silenciarlo, la dragona le había aplicado el tratamiento “discreción”. Volver al ataque con aquella broma podría retroceder todo el trabajo de la holandesa. Sin embargo el conejo ni se inmutó.
—
No me molesta —el orejón avanzaba levemente, acomodándose a un lado de la dragona—
. Será mejor ponernos a trabajar, no quiero que le causemos más problemas a Starmon…
—
Eso mismo —la dragona palmeó la espalda del conejo—
. Vamos ya, comencemos.
Los miembros de Black Jack asintieron. Tenían un plan para hacer la intervención de aquel Adult bebedor, y la primera fase comenzaba ya mismo.
{…}
Starmon suspiró mirando de reojo como Nanimon, con ligero ceño fruncido, meneaba el vaso sobre la barra. El cantinero estrella le había ofrecido iniciar la noche con un exótico mix de cola con Ron, alegando que comenzar con algo fuerte podría acabar con la velada antes de tiempo, y de paso destruir sus papilas. No muy convencido de aquello Nanimon bebía sin ánimos, esperanzado si quiera que aquel trago le hiciera olvidar sus pesares. Pero lamentablemente aquel trago no era lo suficientemente fuerte.
—
Debería beber legía, sería más efectivo —susurró para si el Adult mientras se empinaba el trago y maldecía ni siquiera poder sentir el gusto del Ron.
—
Eso sería una pena —susurró apenas una nueva voz, logrando que el de lentes alzara la vista para ver a su interlocutor.
Dora estaba de pie al otro lado de la barra, mirando con semblante tranquilo al Adult, todo ante la mirada expectante de Starmon que parecía ligeramente más calmado que a media tarde. Si bien se habían retirado un par de clientes, no era medio bar como solía suceder a esas alturas de la noche.
Nanimon por su parte miró con atención a la dragona, sonriendo casi nostálgicamente por los recuerdos que la moradita imprimía en él. La dragona le recordaba a la pequeña que en su momento conoció junto al amor de su vida.
— Ya veo, así que eres tú por lo que Starmon está tan misterioso… —el barbudo rió—.Contrató personal femenino para animarme —suspiró y tajó de nueva cuenta—; es tan buen sujeto. Pero ya le he dicho que este vaquero solo ama a un potrillo
— Pues… —Dora negó mientras le cambiaba la bebida al Adult, ahogando una risa por la jerga que el barbón usaba, tan parecida a la del cantinero estrella—. No es tanto así, solo somos una ayuda temporal, Starmon necesita manos extra en estos días.
Nanimon asintió, comprendiendo a lo que la digital se refería, se disculpó con un gesto de su cabeza y apretó el vaso mientras bebía un poco el contenido de ese nuevo vaso. Arrugó la nariz al sentir el sabor extraño de aquel mix.
A lo lejos Starmon miraba nerviosamente el momento, aun sentía que no todo estaba bien, era como si el plan de la intervención que intentaba el dúo de Black Jack le despertara un mal presagio en el pecho.
— No lo sé chicos —el cantinero limpiaba un vaso mientras la holandesa asaba cargando una bandeja—. ¿Creen que el plan funcione? Digo, mandar a un par de Digimons es…
— Es una gran idea —señaló Aki—. Dora da buenos concejos, me ha dado los mejores que puedo contar.
— Pero el conejo…
— Lop estará bien —Holly sonrió —. Además confió en que sabrá darle a Nanimon consejos adecuados, después de todo tienen algo en común. Además ellos son el primer frente de ataque, si algo no va bien entonces entraremos en acción.
Pero con lo que la pecosa holandesa no contaba era que aquellas palabras estaban más cargadas de poder de lo que ella misma imaginó.
{…}
La plática entre la dragona y el Nanimon fluía entre trivialidades y ligeras bromas. Mientras la Natural Carrier le comentaba lo singular y extraño de sus aventuras con su Tamer nipón, el humanoide se limitaba a asentir con diversión. De vez en tanto intervenía diciendo algún comentario sagaz sobre “sus tiempos de diversión”, pero al poco tiempo volvía a su depresión.
— ... De verdad que era divertido —tajó con calma el Nanimon tras un largo suspiró—. Hace no mucho que me metía en cada lío… pero ahora todo es distinto —el Adult agitó su vaso—. Ahora solo me queda este consuelo con el alcohol para olvidar mis penas.
— Debió haberte pasado algo muy grave para que estés así…—Dora intentó confortar a Nanimon, no era tan mal tipo.
— Gracias —aferró la garrita contraria y continuó—: y no fue algo tan malo… sencillamente que los asuntos de corazón son… misteriosos.
— Bah, tonterías —la intromisión de una pequeña voz nueva, algo gruñona, hizo sobre saltar a los dos digitales que hablaban en la barra.
Dora sabía perfectamente quien era, sobre todo cuando detuvo un nuevo vaso con un líquido oscuro, seguramente otro Ron con cola; las pequeñas pisadas del recién llegado llamaron la atención del Adult, era curioso el suave ruido que hacían aquellos pasos sobre la madera detrás de la barra.
Lentamente, tras recibir en sus manos la bebida nueva, Nanimon giró su atención al recién llegado, abriendo sus ojos cual plato; cosa que claramente, el ahora dúo tras la barra, no notaba. Nanimon escudriñó con detalle a ambos child frente a él. Aquello era como un deja vú, casi como un loco sueño. La mancuerna que tenía a la vista le era nostálgicamente familiar.
— Tú… ustedes—la gruesa voz de Nanimon trajo de inmediato la atención del amateur combo cantinero, sobre todo de cierto orejón que ladeó la cabeza con ligero recelo. Algo en aquel llamado le estremeció.
— ¿Qu-que pasa?
Lopmon le miró fijamente, pero entonces el fuerte agarre del contrario sobre sus hombros le hizo saltar y chillar un poco de pánico. Dora se puso alerta, preocupada porque el alcohol en el Adult estuviera poniéndole agresivo, incluso Holly y Aki, que miraban desde lejos junto a Starmon se voltearon con nerviosismo a la escena. Los curiosos en el bar tampoco se quedaron atrás.
— ¡¿Qu-qué diablos te pasa tú…?! —Lopmon escupió aquel improperio con rapidez, pero murió antes de poder terminarlo debido a la mirada contraria. Podía ver los ojos del otro atreves de sus anteojos y aquel tacto le era horriblemente familiar…
No podía ser…
— ¡Eres tú!
Debía ser una mala broma.
— ¿Qué sucede aquí chicos…? —Holly pronto corrió hasta la barra, mirando como su conejo era sostenido con fuerza por el contrario de mayor nivel, estaba lista para hacer uso de algún card slash pero, al ver como Nanimon se giraba y le miraba de pies a cabeza, y de nueva cuenta al conejo entendió todo.
— ¡Sí, eres tú! —pronto un abrazo se hizo presente en el regordete orejón, quien solo miraba el techo de modo sollozante.
— N-no…
Eso debía ser una broma.
Se debía tener muy mala suerte para que eso estuviera pasando. ¡Había millones de sujetos como ese en el mundo digital! Y presisamente tenía que haber ido a parar con ESE mismo tipo. El conejo se maldijo.
— Esto debe ser una broma —Lopmon se retorció, pero el Nanimon apretó más y finalmente habló.
— ¡Eres tú, mi amado Lop!
{…}
Kei... Finally ~