El anfibio no había sido engañado y/o timado por su tamer como en otras ocasiones, esta vez sí iba a participar en un coliseo por propia voluntad. Sin trucos, sin condiciones extrañas, sin resentimientos, por fin iría a tener una batalla disfrutable después de mucho tiempo. Su emoción era tal que sus patas temblaban ligeramente y una puntiaguda sonrisa había sido formada en su rostro. Sus afilados ojos no le quitaban la vista de encima a su blanco, aquel orgulloso samurai. Lo conocía, sabía muy bien quién era y últimamente podía escuchar su nombre y el de esa extraña humana en cualquier bar. Novatos que se alzaron con puro esfuerzo, sin dudas oponentes dignos. -
(¿Pero yo lo soy?) - pensó muy para sus adentros. -
(¡Claro que sí, pronto los voy a devorar!)
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Buena suerte jefa, si necesitas alguna carta pídemela. - le comentó el tuerto a la distraída.
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Nah~, que flojera, nos arreglaremos con lo que tengamos~. - le respondió sin mucha preocupación. Dejó caer la parte superior de su cuerpo sobre el barandal y miró de forma inexpresiva el estadio. -
Pero vaya, es un evento demasiado grande para gente tan insignificante como nosotros, me sorprende que hayan pagado por la entrada.
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...No pareces muy sorprendida. - replicó el insecto escarlata. -
En cualquier caso, es necesario tener confianza en nuestra popularidad. Por lo menos no deberíamos fallar las expectativas de aquellos que vinieron a vernos. - justo ni bien terminó de decir eso, el verdecito se adelantó y bajó a la arena. No escuchó aquella insignificante conversación, para él solo había una cosa que hacer, y eso era dejarse llevar por un frenesí de adrenalina. Saltó y saltó hasta llegar a la mitad del tablero gigante.
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Ven... - susurró él de manera casi imperceptible. ¿Iba a poder contener su ansia de sangre?
[...]
Nieves mantenía una expresión firme y decidida, sin embargo, el sudor que recorría su frente delataba su nerviosismo. Podía deberse a que se estaba volviendo ansiosa, aunque en un sentido muy diferente al de Betamon. Apretó ligeramente su digivice y le dedicó una mirada a su camarada. -
¿Estás listo? - la bestia con armadura le contestó inmediatamente.
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Sí, déjamelo a mi Nieves. - su tono de voz tan sincero y sus ojos repletos de seguridad y seriedad, permitieron que su compañera se relajara un poco.
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... - Light miró de reojo el comportamiento del dúo. A su vista parecía que la personalidad de ambos se complementaban perfectamente, no obstante... -
¿Podrán pelear contra esos niños?
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¡Sí! Ryudamon pue-, no, ¡nosotros podemos hacerlo sin lugar a dudas! - garantizó Katsukagi implicando que no se contendrían aún si habían trabajado en el pasado con los de Nastrand's Maze. El samurai bajó a encontrarse con su oponente y éste último también hizo lo mismo. Mientras caminaba se tomaba la molestia de examinar el peculiar campo de juego, notó como un espacio de al menos tres centímetros rodeaba y separaba a cada cuadrante del próximo. Además, pudo comprobar que el suelo de por si era bastante sólido, no iba a ser posible destruirlo o alterarlo por propia voluntad. Se detuvo a diez metros de distancia del verdecito y esperó que éste hiciera su movimiento.
Chispas azules rodearon de forma gradual al anfibio, provocando a su vez, que su contrincante se pusiera en guardia. Borró la sonrisa que llevaba en su rostro hasta entonces, y disparó la primer ráfaga de energía. -
¡Aquí voy! ¡Dengeki Biririn! - la descarga viajó en linea recta directo hasta su blanco, por su naturaleza, la velocidad del rayo era muy superior a la de cualquier proyectil. Sin embargo, no se requería un alto grado de precognición para saber a dónde ésta viajaría. Justo antes que el acuático disparará, Ryudamon puso todo el peso de su cuerpo en su pierna izquierda para luego proceder a impulsarse hacía un costado, evadiendo dicho movimiento con relativa facilidad. Eso no fue todo, encadenó sus acciones y le devolvió la jugada expulsando una de sus características cuchillas desde su boca. Por la secuencia tan apresurada, el ataque no fue tan preciso pues apenas rozó ligeramente la piel de Betamon. -
...Tch. - chasqueó su lengua al notar la pequeña hilera de sangre que bajó por su mejilla, fue un acto distraído de su parte por no haber notado la daga aproximándose hasta su rostro. -
(Joder, tendré que estar más atento a esa mierda.) - pensó sin darle demasiada importancia. Parecía más preocupado por el hecho de no poder usar su Water Tower, pues tenía una carta menos a su favor. Suspiró y le habló a su contrincante. -
Ja, que despiadado de tu parte. Me atacaste sin dudarlo aún cuando combatimos codo a codo contra un mismo enemigo. - su tono de voz no era serio en lo absoluto.
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Lo mismo podría decirte. - tajó el dragón sin la intención de seguirle el juego. Conocía el violento modo de pelear del anfibio, sabía que no debía escuchar sus burdas palabras y tampoco fomentar su mala actitud. Iba a mantenerse frío durante todo el combate. -
También sé que eres torpe... - susurró antes de cargar contra su adversario. Efectivamente el cuadrúpedo era un incompetente en lo que se refería a combates cuerpo a cuerpo, forzar ese estilo de lucha le daría una ventaja frente a ese individuo. La distancia entre ambos fue cortado en un parpadeo, por culpa de su fisionomía la cual no le permitía retroceder, el verdecito no pudo esquivar la potente tacleada. El golpe vació sus pulmones y le obligó a retroceder un par de centímetros, ahogó cualquier señal de dolor y se recompuso lo más rápido que pudo.
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Bastardo...¡No te pongas chulo! - con su bramido de irá, dejó que la electricidad impregnase su cuerpo permitiendo una mejora en sus reflejos junto a un aumento de su sensibilidad al dolor. Sus ojos cambiaron de color, afilados como espadas, no se despegaron ni un momento de su objetivo. Con saltos rápidos rodeó a la criatura bípeda la cual volvió a embestirle con la intención de no perder su ventaja de rango. Betamon estaba listo para liberar una fuerte descarga a una corta distancia, o al menos así lo fue hasta que su movimiento fue interrumpido por un suceso inesperado. El suelo comenzó a vibrar y con una velocidad moderada, distintos cuadrantes dentro del tablero se elevaron.
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¡Y aquí está! - gritó con euforia la comentarista. El público también estaba esperando ver la maravilla del coliseo. Los enormes pilares ahora obstruían la visión de los espectadores, pero el estadio ya estaba preparado para eso. Dos enormes monitores, enfrentados y sobre las gradas, transmitían todos los sucesos en alta calidad para que nadie se perdiese de ningún detalle, después de todo, se trataba de una arena de ochenta metros cuadrados. -
¡Los participantes deberán adaptarse a los constantes cambios, recuerden que volverá a ocurrir dentro de tres minutos! ¡Así que vamos! ¡Pueden usarlos para esconderse o bloquear ataques! ¡Siéntanse libres de intercambiar una lluvia de proyectiles!.
Cerca de treinta cuadrantes habían cambiado, algunos subiendo cinco metros y otros siete. Betamon lo entendía, este terreno era desfavorable ya que él era muy susceptible a las emboscadas. Canceló voluntariamente su Force Synapse y gritó tan fuerte como pudo. -
¡Cambio de forma Master! - su tamer, quién casi se duerme sobre la barandilla, volvió en sí al escuchar que la estaban llamando y asintió con cierta pereza. Creó y canalizó un aura verdosa a través su digivice iC, el cual forzó la evolución del verdecito. La serpiente de cinco metros apareció y se elevó rápidamente por los cielos. No tardó en localizar a su rival el cual había perdido de vista por culpa del campo de juego. -
¡Vamos Ryudamon! ¡Evoluciona! ¡De otro modo no podrás manejar este combate! - Nieves no tuvo que dudarlo ni un segundo. Deslizó la carta "Super evolution plug in S" por la ranura del D-Arc y le permitió a su fiel compañero alcanzar su siguiente etapa. Ahora con una armadura más completa, Ginryumon encaró a su oponente de frente. Podía volar también, pero por cuestiones de tracción era más rápido en tierra y no le convenía perder dicha ventaja.
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¡Aquí es cuando comienza la verdadera batalla! ¡¿Cuál de estos dos gladiadores logrará someter al otro?! - Marisa sabía muy bien como elevar el vigor presente en el público, sus frases eran acompañadas por fuertes vitoreos repletos de emoción. -
¡Veamos si nuestro juez McLoughlin tiene algún comentario al respecto! - con un movimiento de su mano, le dio pie al rubio para dar su opinión. Él tipo bloqueó la luz del sol con su palma antes de acomodarse y tomar el micrófono en frente suyo.
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Veamos. Cualquiera de los dos jugadores puede alzarse con la victoria, ambos poseen las herramientas necesarias para hacerlo. - no era de extrañar que alguien como él, con experiencia y conocimiento sobre las Digimon Battles, supiese de memoria las técnicas de la anguila y el dragón. -
No obstante, no parece que Seadramon tenga intenciones de aprovechar el campo de juego. No debería subestimar su utilidad.
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Ten cuidado con sus ataques elementales. - le recordó Monodramon a Katsukagi. Nieves sabía que el fuerte del acuático radicaba en la potencia de los mismos, aunque considerando lo robustos y firmes que eran los pilares, no tenía que preocuparse de ser acorralada. Sacó otra carta y la utilizó inmediatamente.
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Probemos que tan bien nos va con el combate a distancia... ¡Aurvandil's Arrow! - la carta agudizó significativamente la visión de Ginryumon, cuando éste sintió el efecto llegar, saltó de pilar en pilar y apuntó una precisión aterradora al pecho de Seadramon. Aún si la anguila se encontraba en movimiento, él sentía que no iba a fallar por nada del mundo. Disparó una lanza de hierro desde sus fauces, el objetivo se vio obligado a responder pues esa cosa amenazaba con enterrarse muy dentro de su carne.
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¡¿...?! ¡Water Breath! - fue una apuesta, su cuerpo recordó su combate contra cierto Death-X-DORUgamon. Efectivamente el torrente de agua a alta presión era ideal para desacelerar proyectiles físicos. Incluso si no podía esquivarla con libertad, podía bloquear fácilmente el ataque siempre y cuando fuese frontal. Después de perder su impulso inicial, el arma blanca cayo al suelo. -
Uff, eso sí que me asustó. ¡Pero tendrás que esforzarte más que eso!
Lady Beelze lo habría puesto antes, pero me enganche con unas series xD te toca.