—
"que mala suerte!!!" — grito en su mente el estudiante mirando al oso negro.
La criatura olisqueó el aire antes de aproximarse al árbol,con la nariz pegada al suelo.
Akamaru sobre el árbol no apartaba la vista del oso.
El ursino llegó hasta donde antes estaba sentado akamaru y olfateo el lugar unos segundos emitiendo un gruñido al reconocer un aroma extraño y como si pudiera ver las acciones del estudiante en los últimos segundos miró hacia dónde estaba akamaru agazapado. —
... Mierda... —
La negra bestia gruñó enseñando los dientes al verlo y se aproximó hacia el árbol. —
no te acerques! — le advirtió akamaru lanzado los shurikens a los pies del ursino, quien los olfateo y gruñó hacia el, acercándose al tronco y comenzando a escalarlo.
—
ghaa!!! — el inuzuka se dejó caer justo cuando el oso le daba alcance y lanzaba un zarpazo hacia el, llevándose la canasta consigo en la caída.
Akamaru cayó con cuidado y tomó los dos shurikens que había lanzado, guardandolos en su bolso a la vez que el oso bajaba del árbol a por el. El estudiante estaba por sacar un kunai cuando una idea se le ocurrió, asi que guardando el kunai que tenía en la mano junto sus manos y realizó 3 sellos manuales rápidamente. —
bunshin no jutsu!!! — grito a la vez que a su alrededor aparecieron 8 copias iguales a el, cuatro a cada lado con un kunai en cada mano.
El oso se sorprendió por el repentino aumento de objetivos, observado atentamente a ahora los 9 humanos frente a el.
—por favor vete... No quiero pelear... — susurro el estudiante. Por unos segundos se hizo presente un silencio tenso. akamaru tenía perlada la frente de sudor, rogando que aquella táctica funcionase y asi evitar el conflicto.
El ursino miró por última vez a el estudiante y emitió un gruñido mas grande que los demás, provocando un estremecimiento en el inuzuka.
Quizás el oso no tenía algún motivo válido para lanzarse al ataque, quizás le daba igual, el tema es que se dio la vuelta y desapareció entre los matorrales.
Akamaru, al comprobar que ya no estaba en peligro cayó con las rodillas al suelo suspirando largamente,deshaciendo a su vez las copias.
—
por poco... —
—
por poco que? — nishiki salió de detras de un arbusto sobresaltando al inuzuka.
—
ahh!!... Dios nishiki... Eres tu....— akamaru dio una larga inhalación para calmar su desbocado corazón.
—
esperabas a alguien mas? — el can sonaba ligeramente ofendido. Como una esposa a la que la llaman por otro nombre.
—
no... Es solo... Olvidalo, tuviste suerte? —
—
je je je...— el ninken se zambullo en el arbusto y rápidamente salió de el sosteniendo un hermoso faisán verde entre sus fauces. —
ta da!!! —
***
Al final del día, la canasta de akamaru contenía peras, melocotones, unas pocas bayas y un enorme faisán sobresaliendo de esta. Conforme con su contenido ambos inuzukas fueron al punto de encuentro..