Inconscientemente endureció su mirada, más de lo que de por si ya estaba. Vio la naturalidad con la cual Hanz había dado su cátedra sobre el trabajo como equipo y de pronto el estómago se le revolvió, o algo cercano a eso. De todas las personas nunca se imaginó que fuese él quien sacara a la luz dicho tema; aunque más bien había algo que hacía mucho más ruido en su cabeza que la clase impartida por el alemán: ¿por qué no se le había ocurrido a ella? Volteó de reojo a ver su propia pizarra de fondo verde con los dibujos y líneas que anteriormente había hecho, cuestionándose si las palabras del azabache podrían guardar algo de verdad.
Estar ahí, frente a los novatos y de frente al Amateur Killer no iba a traerle nada bueno, no si deseaba mantener su impasibilidad intacta. Abandonó el podio de maestros sin decir nada, esa fue su resolución ante la breve barrera que se le había presentado tras la plática del otro Tamer. Von Kaulitz la miró retirarse sin alterar en nada su semblante, luego paseó su mirada por el compañero de la rubia, encontrándose con un Gabumon por mucho bastante más serio que lo usual. Él también miraba atentamente el pasillo por el cual su Tamer se había retirado, el mismo por el cual todo competidor del Coliseo debía atravesar.
—
Tomaremos un receso de diez minutos —anunció Gabumon, virando su atención hacia los alumnos, haciendo un intento de sonrisa para tratar de apaciguar el tenso ambiente que de pronto se sintió. Intercambió miradas con Collins y este asintió, comprendiendo el motivo de esa breve pausa. Después de todo, conocía a ambos Medium por sus exámenes de ascenso y, por lo poco que vio, entendió a la primera sus naturalezas.
El grupo pareció relajarse, tomando ese descanso para conversar con sus compañeros digitales o conocer a otros Amateur como ellos. Charles se mantuvo en su posición, de vez en cuando intercambiando palabras con Guilmon, o respondiendo dudas triviales que surgían en las jovenes mentes. En tanto, Hanz y Veemon se quedaron al frente, mientras el germano hacía lo posible por frenar los arranques pasionales del dragón contra las mujeres de la clase. Gabumon se dedicó a borrar lo que Raisa había escrito en la pizarra, reparando en que las figuras ahí dibujadas por cada nivel evolutivo correspondían a él y su línea. Sonrió sutilmente, tal vez Hanz no lo entendía, pero su Tamer tenía una manera distinta de ver y entender las cosas. Y comprendía que el azabache también debía tener sus motivos y razones para haber tocado aquel tema, que a su vez, tocó una fibra sensible en la rusa.
Raisa se detuvo a mitad del pasillo que conducía al estadio y apoyó su espalda contra el muro, el silencio y soledad que ahí reinaba era lo que necesitaba para calmar su mente. Agradecía profundamente que Gabumon la hubiera entendido, aún si se había ido sin decirle ni una palabra. Y entonces, si mantenía una relación tan fuerte con él, ¿por qué fue Hanz el que sacó el tema? ¿Por qué le causaba tanto coraje que fuera él? ¿Hubiera sucedido lo mismo si tuviera a otro compañero? Ella sabía la importancia de ser un equipo con su Digimon, lo entendía más que nadie en el mundo, pero le costaba bastante hablar del tema de la forma en que Von Kaulitz lo había hecho. Odiaba reconocerlo, pero el germano lo había manifestado de una manera tan sincera y natural que hasta a ella le había resultado agradable escucharle, cosa que iba en contra de todo. Por inercia sujetó el D-Scanner que colgaba de su cinturón, probablemente Él sabría expresar mejor sus ideas, tendría un mejor tacto a la hora de dirigirse a los demás y entendería qué sería lo ideal para enseñarle a los nuevos. O al menos así lo visualizaba en su mente, pero no podía recurrir a él cada vez que quisiera salir de una traba, mucho menos si era para voltearle los papeles a Hanz.
—
¿Está todo bien? —habló una voz masculina en su mente, una bastante serena y apacible, sacándol — a de inmediato de sus cavilaciones.
—
Sólo necesitaba un poco de aire —se excusó, pero para mentirle de ese modo a un espíritu con el que compartía cuerpo, y en ocasiones mente, era algo complicado de lograr. No podía engañar al Spirit yéndose por la tangente, ahora existía una conexión con él que impedía que siguiera resguardándose detrás de su barrera, al menos frente a Wolfmon —
La clase no va tan bien.
—
Va bien, sólo necesitas canalizar la esencia que tú posees y transmitirla a los demás —aconsejó, causando que Raisa se quedara estática en su sitio, viendo directamente al suelo —
Sólo recuerda que Hanz es una persona y tú eres otra.
Al desaparecer la voz, el Digivice brilló, mostrando el símbolo de la Luz en su pantalla. Nóvikova perfiló una media sonrisa y entrecerró levemente sus orbes, aquello había sido un recordatorio de sus aprendizajes en el templo y de algo que era más claro que el agua y que se había negado a ver: no podía enseñar lo mismo que Hanz, al menos no del mismo modo. Se retiró el blazer rojo de encima a medida que emprendía su regreso hacia la arena del Coliseo, y en cuanto entró nuevamente por la puerta las miradas se posaron en ella, de inmediato todos dejaron de platicar y regresaron su atención al aparente reinicio de la clase. Nóvikova colgó su prenda roja sobre uno de los bordes de la pizarra y aclaró su garganta, esbozando una sutil sonrisa que solamemte fue captada por aquellos miembros del podio.
—
Retomando lo dicho por mi compañero —señaló seriamente, antes de comenzar a caminar hacia los alumnos, paseándose a través de los escritorios a medida que hablaba —
Es cierto que este es un mundo por ahora desconocido para ustedes, hay entes digitales allá afuera que ni en sueños podrían imaginar que existen. Pero creánme cuando les digo que el Mundo Digital no es tan distinto al nuestro —se detuvo por un instante frente a un par de Amateur, avistando los semblantes un tanto confundidos en sus rostros, tras esto volvió a caminar —
Se toparán con personas que busquen hacer el mal, que no sigan el camino correcto y que, incluso, lleguen a representar un peligro para sus vidas y la de su compañero. ¿Por qué? Porque no todos los humanos son buenos, al igual que en el Mundo Real —zanjó con severidad, clavando sus orbes dorados en unas cuantas miradas temblorosas.
Los inexpertos Tamers por un momento se asustaron, otros por incercia voltearon a ver a sus respectivos Digimon en busca de algún tipo de consuelo u oposición a las declaraciones de la maestra, pero hasta ellos estaban conscientes de lo que decía era verdad. Hanz mantuvo sus zafiros sobre la fémina a unos metros de él, su actitud había cambiado de pronto, ahora no parecía tener el tacto de antes al dirigirse a los estudiantes; pero por otra parte, entendía la necesidad de hacerlo.
—
Así que cuando salgan hacia sus aventuras, yo confío en que recordarán lo que han visto aquí cuando llegue el momento —se paseó alrededor de las butacas, examinando a todos como si les estuviera retando a algo —
Sabrán diferenciar a un Child de un Adult, conocerán las ventajas o desventajas de los atributos y, a medida que crezcan, aprenderán a sacarle el mejor provecho a eso —sentenció con firmeza, pasando sus ámbar sobre los de Collins al fondo del salón, el hombre dio un ligero asentimiento y con eso Raisa dio la media vuelta y volvió al podio, directamente al tablero blanco detrás del azabache. Tomó uno de los plumones de distinto color y remarcó el círculo anteriormente trazado por su "colega" —
Podrán hablarles de lo que significa ser un equipo, pero aprenderán bajo la marcha a serlo, con la experiencia y no porque alguien se los dijo —su espalda, con la enigmática silueta de un lobo tatuada, daba hacia los alumnos, mientras su cuerpo había quedado bastante cerca del de Von Kaulitz. Al decir lo último volteó a verlo, casi desafiándolo con sus dorados.
—
¿Qué estás haciendo? —murmuró, en un timbre lo suficientemente bajo para que solo ella lo escuchara, aunque tambien portaba la misma intensidad en su voz.
—
Dando una clase de verdad, Von Kaulitz.
Dicho esto se despegó de la pizarra, deslizándola hacia un lado, pues ya no requeriría usarla. Se dirigió de nuevo frente a los novatos, algunos tomaban notas sobre lo último que la rubia había dicho, otros estaban más atentos en escuchar qué más tenía para decirles.
—
A ninguno se nos enseñó a ser un equipo cuando llegamos aquí, deben de aprender por su cuenta, tal vez deban pasar por desafíos y dificultades en el proceso, pero cuando el momento llegue, entonces descubrirán realmente el significado de esa palabra junto a su compañero —pronunció seriamente. Ella no podía enseñarles nada de trabajo en equipo, cuando a ella misma le había costado tiempo descubrir la importancia de ello. Lo que sí podía enseñarles era a estar preparados tanto para lo mejor como lo peor, así como las distintas formas en que entre Tamer y Digimon podían ayudarse. Pero antes de que pudiera seguir, la mano de una joven se elevó en lo alto, y así la rusa le concedió la palabra.
—
¿Usted cómo lo descubrió? —se sintió bastante extraño que la llamaran de una manera tan formal, pero entendía la razón, aquella Tamer se veía menor que ella. Raisa no respondió de inmediato, siendo su atención dirigida hacia el lobo, quien le devolvió el gesto.
—
Perdiendo a Gabumon —declaró, manteniendo sus dorados sobre los rojizos de él antes de volver a mirar a la joven —
Pero mi experiencia fue distinta a la suya, por lo tanto, cada quien encontrará la manera con el tiempo.
Hanz quedó levemente sorprendido, o mejor dicho, intrigado ante la confesión de la rubia. ¿Raisa alguna vez perdió a su compañero? ¿En qué momento? No podía llevar mucho tiempo en ese mundo como para que una tragedia así sucediera, ¿o si? Ciertamente el germano desconocía esa parte en la historia de la rusa por la cual siempre se mostraba reticente a relatar, y aunque no le interesaba mucho, sí había surgido la curiosidad muy en el fondo de su ser. Por lo cual se preguntaba si Ewain sabría de eso. Charles, por mucho que estuviera en desacuerdo con la nula simbiosis que ese par mantenía, estaba satisfecho con el trabajo desplegado por ambas partes. Por un lado, estaba la mente teórica y ordenada de Nóvikova, por otro, la mente que se interesaba por las relaciones, encaminada más hacia lo 'humano'. Pero juntas, y sin que ninguno de los dos Medium se diera cuenta, originaban una combinación muy particular, e interesante si se lo preguntaban a él.
—
Por otro lado, ustedes como Tamers no sólo deben apoyar moralmente a su compañero —continuó la fémina, parándose en un costado del podio.
—
¿Qué más debemos de hacer? —preguntó un niño, que traía en brazos a un Terriermon.
—
Quizás, ¿dar órdenes? —se cuestionó otro, mucho mayor que el anterior. Ante esa pregunta fue el azabache quien decidió intervenir.
—
Jamás hagan eso —prácticamente fulminó con la mirada al joven que había realizado la pregunta, del mismo modo, Raisa también reprocho aquella simple idea con sus ambarinos —
Los Digimon no son mascotas a quienes puedan mandar, tampoco son herramientas para que sean utilizados como máquinas de pelea, es tu compañero y como tal debes pelear a su lado —posó sus zafiros en la rusa, quien aunque no cambió su expresión, se notaba en sus ojos cierto consentimiento por las palabras del alemán. Hanz simplemente volteó su mirada a otro lado y se cruzó de brazos.
—
Pueden ayudarlos de distintas maneras, no sólo apoyarlos a sus espaldas —dicho esto, Raisa tronó sus dedos de su diestra y de inmediato un aura plateada rodeó su mano, llamando la atención y asombro de los nuevos —
Nosotros podemos utilizar una parte de nuestra alma para potenciar a nuestro compañero, esto se llama Digisoul —levantó su puño al frente, donde la energía quedaba visible para todos —
Con el tiempo tendrán la capacidad de activar esta habilidad y así incrementar el poder de su Digimon —Nóvikova bajó su brazo, al mismo tiempo que el Digisoul desaparecía y varios novatos hacían sus anotaciones.
—
También existe otra forma de ayudarnos en combate —agregó el lupino, alzando su mirada hacia su Tamer y luego fijándola en su cinturón —
La llamada Card Slash.
—
Con el uso de cartas pueden proporcionarles a sus compañeros nuevas habilidades e incrementos en sus estadísticas, por ejemplo... —la rubia posó su siniestra sobre el portacartas sobre su cinturón y tomó una al azar, al mismo tiempo que sujetaba su Lector de Cartas con la otra mano y la deslizaba por la ranura. Gabumon tuvo que apartarse un poco antes de que un enorme escudo dorado con el símbolo del valor enfrente se materializara en sus manos —
el Brave Shield de Wargreymon le permite bloquear a Gabumon cualquier ataque enemigo, bastante útil si nos enfrentamos a un Digimon con mayor nivel. Y así como esta carta es de defensa, existen ofensivas y de soporte.
—
Hay Tamers que se especializan en su uso, otros simplemente las usan como refuerzo —complementó Von Kaulitz, mientras Nóvikova guardaba todo de nuevo en su cinturón —
Todo depende del interés del Tamer y la forma en que quiera trabajar en equipo con su compañero.
—
Sin embargo, —agregó Raisa, rozando levemente su mano contra su Digivice —
también existe otro método para combatir lado a lado con tu Digimon.
—
¿Lado a lado? ¿Es posible?
—
No lo dijo literalmente, tonto...seguro es una metáfora —regañó uno de los mayores a un niño que había preguntado aquello.
—
Hablaba de manera literal —sentenció fríamente la rubia, finalmente tomando su D-Scanner e intercambiando miradas con Hanz —
Se puede pelear junto a tu Digimon en batalla.
—
¿De verdad me estás retando, ricitos? —se carcajeó el azabache, imitando a la fémina mientras tomaba su propio Digivice.
—
La clase está un poco aburrida con tanta plática, ahora demuéstrales de lo que hablabas con ese amorfo dibujo de Ewain y la patata inútil —señaló la pizarra a sus espaldas y le sonrió con suficiencia, ganándose el mismo gesto por parte de él.
Sus Digivice brillaron, permitiéndole a Gabumon y a Veemon evolucionar a sus formas Adult. El lobo blanco y el dragón azul les indicaron a los Amateur que retrocedieran con todo y sus pertenencias y escritorios, sin saber muy bien qué estaba pasando atendieron la comanda del par y empezaron a moverse. Collins tampoco comprendía bien qué era lo que pasaba por las cabezas de aquel par, y no fue hasta que los D-Scanner de sus respectivos dueños brillaron con mayor intensidad, haciendo aparecer el símbolo de la Luz y el del Trueno en las pantallas, que el Amateur Killer quedó anonadado.
"Spirit Evolution"
Fue el grito de guerra que Hanz y Raisa emitieron, mientras sus cuerpos eran cubiertos por una luz que los envolvió en una esfera. El Amateur Killer bajó sus brazos de su pecho, contemplando la sorpresa que aquel par les tenía reservada, ¿de verdad era posible? Cuando el brillo cesó dos siluetas muy distintas a las de antes aparecieron, las dos con forma humanoide. Una portaba una armadura azul con ligeros toques amarillos, poseía una cornamenta en su frente y un parxde alas similares a las de un escarabajo en su espalda. La otra figura era más delgada, de aspecto caballeresco, y poseía tonalidades blancas y lavanda en todo su cuerpo, así como una especie de bufanda que caía sobre su espalda.
—
Tal parece que Rei estuvo investigando un poco —pensó el estadounidense, viendo con disimulado asombro la aparición de dos de los Guerreros Legendarios —
Así que ellos son sus portadores, no esperaría menos —Collins sonrió para sí mismo y se cruzó de brazos, él también estaba interesado en presenciar aquel combate improvisado de un dos contra dos.
—
¡Se transformaron en Digimon! —gritó una chica, parada de su asiento.
—
¡Es increíble! —exclamó otro. Ninguno esperó que, en sus primeros días en esa dimensión verían algo tan sorprendente como eso. Porque si ver que pequeñas creaturas digitales podían hablar y poseían extrañas y únicas habilidades les sorprendió la primera vez, el ver ahora que dos humanos se convertían en esos mismos entes digitales les había dejado sin palabras.
Garurumon se posicionó a un lado de Wolfmon, eran ligeramente de la misma estatura; aunque aún no se acostumbraba a ver a Raisa transformada así. Y seguramente ella tampoco se habituaba del todo a la evolución. Por otro lado, XV-mon chocó su puño contra el de Blitzmon, intentando apaciguar su emoción por el combate venidero.
—
¿Están listos, cachorritos? —dijo el Guerrero del Trueno con júbilo, impactando ambos puños con el otro al mismo tiempo que varias descargas eléctricas rodeaban sus brazos.
—
Sólo recuerda que seguimos en clase —más que un recordatorio pareció una advertencia, porque capaz Blitzmon se aceleraba de más y terminaba causando un accidente. Wolfmon movió su diestra hacia su espalda baja y sujetó un objeto cilíndrico que ahí reposaba, lo colocó frente a su cuerpo y con la palma de su mano desocupada sujetó el puño que rodeaba al objeto. Acto seguido una espada de luz emergió del interior del cilindro plateado —
Muéstrame tu trabajo en equipo.
—
¡Claro que sí, lindura! —exclamó el dragón, ignorando el hecho de la nueva figura de Raisa.
—
Si sabes que le estás hablando a un hombre, ¿no? —Blitzmon soltó otra carcajada, mas no hubo reacción alguna por parte del Guerrero de la Luz —
Me pregunto qué pensarían tus Romeos si te vieran así —aquel comentario definitivamente había sido maquilado por la parte de Hanz en ese cuerpo, lo cual incitó a Wolfmon a moverse.
—
¡Licht Sieger!