Nunca más volvería a llamarse Basura o otros nombres horribles parecidos. Sakura. Silenciosamente repitió el nuevo nombre que la mujer que le había dado, recordándose que debía responder al nombre de Sakura en vez de a los otros. Esa distracción le ayudó en su batalla contra la confusión y el shock profundo que había sufrido después de que la mujer llamada Izumi la sacara de su jaula. Las cadenas habían desaparecido y había oído decir a sus salvadores que sus guardias habían muerto durante la lucha para liberarla.
Sakura habría tropezado, si el brazo firmemente alrededor de su cintura no la hubiera ayudado a caminar por la casa bien iluminada. Izumi juró que la estaba llevando a un lugar seguro, junto a otras que como ella habían sido encerradas. El concepto de tal cosa parecía completamente irreal. Tenía que ser mentira o una especie de juego cruel. Sakura miró a su alrededor y aunque no vio la sangre en el suelo, podía olerla. La evidencia de que sus guardias estaban realmente muertos.
La esperanza la inundó ante el hecho de que la mujer peli castaña podía estar diciendo la verdad. Ella sería libre del Maestro. La promesa de poder ver la luz del sol de nuevo parecía imposible. Ella sólo tenía vagos recuerdos de las pocas veces que le habían permitido salir al exterior.
Las estrellas salpicaban el cielo y la luna llena colgaba a su derecha. El aire fresco, maravilloso, llenó sus pulmones y la alegría la inundó. ¡Estoy fuera! Estuvo a punto de tropezar con sus propios pies, su cuerpo se sentía débil por la falta de alimentos, pero la mujer la abrazó con más fuerza contra su costado. Un gran hombre llamado Deidara, caminaba en silencio a su lado, pero ella se negó a mirarlo a la cara. Podía sentir su mirada, pero trató de ocultar su miedo. Él no había intentado tocarla.
Una cosa grande, negra y con ruedas esperaba cerca de la puerta. Ella se resistió un poco, pero Izumi la instó a seguir.
-" Vamos a sentarnos dentro de esta cosa y luego vamos a hacer algo realmente emocionante. Vamos a volar por el cielo en una cosa más grande para llevarte a un medico y después te llevare con tu familia. Ellos están deseando verte "
-"¿Vas a dejarme?" a Sakura le aterrorizaba que la mujer la abandonara con el grupo de hombres.
-"No, Sakura, no voy a ninguna parte. Sujetare tu mano todo el tiempo. "Izumi sonrió y le apretó la mano suavemente -"No voy a dejar que nada pase y me quedare contigo todo el tiempo que tu quieras "
El asiento de atrás de la cosa grande era suave y cómodo. Sakura no sabia que era la correa que Izumi pasó alrededor de su cuerpo, pero no se resistió. Supuso que era para su seguridad y era más que feliz de no estar encerrada en la jaula,a oscuras y dentro de esa gran caja. Así fue como ellos la habían trasladado a esta casa.
-"Me sentaré a tu lado y Deidara conducirá. Él es una buena persona. "Izumi comprobó el cinturón, se inclinó para meter un mechón de su pelo detrás de su oreja y volvió a sonreír. -"Él es un buen amigo mío y puedes confiar en él."
Ella miró a Izumi, su pelo castaño brillaba bajo las luces de la casa grande. Sus rasgos eran bonitos, suaves y agradables. Una sensación de paz la llenó. Confiaba en esta mujer. No estaba segura de por qué, pero lo hacia.
-"Todo va a estar bien, Sakura. Y Yo-"Izumi se sacudió violentamente una vez que se puso de pie y abrió la boca. El gran dolor reflejando en su rostro envió oleadas de terror a través de su cuerpo. Ella gritó, sin saber qué otra cosa hacer. Los ojos negros de Izumi se abrieron como platos, antes de arrojar su cuerpo sobre ella. Sakura se quedó en shock.
-"!Francotirador¡" gritó Deidara.
-"Te tengo", le prometió Izumi mientras la abrazaba firmemente. La mujer se sacudió otra vez y su cuerpo se tensó.
Sakura chilló, tenia demasiado miedo como para hacer otra cosa. Izumi no se movía. El olor a sangre atravesó su pánico, pero sabía que no era suya.
La caja cuadrada en la cual estaban tembló, se tambaleó y la puerta se cerró. Otra se abrió por encima de su cabeza y unas manos cavaron entre su cuerpo y el de Izumi. El peso disminuyó ligeramente y sus gritos se detuvieron. Abrió los ojos y vio que otro hombre arrastraba a Izumi lejos de su cuerpo. Desaparecieron en el suelo, pero otro gran hombre de repente se lanzó a través de la abertura. Cerró la puerta y trepó hasta el asiento de delante, encorvándose hacia abajo.
-"El vidrio nos protegerá", dijo jadeando, sin aliento.- "Vas a estar bien, Sakura." Sacó un arma.- "Soy Shisui. Nada te va a hacer daño. Quédate abajo. "
La puerta del frente se abrió de repente y otro hombre se inclinó en el interior.-"El francotirador está en el este y no puede disparar a este lado. Dámela. "El que hablaba era mayor que el resto, pero no tan arrugado como el maestro. Él era el que había arrastrado a Izumi de su cuerpo.
-"Está más segura aquí", sostuvo Shisui.- "La tengo, Fugaku. Cuida de Izumi. ¿Qué tan mal está? "
-"Mal. Deidara la está evaluando. "La puerta se cerró cuando el hombre mayor desapareció.
Sakura se quedó a solas con Shisui. Su mirada se encontró con la suya aterrorizada cuando él se agachó en el asiento delantero.
-"Quédate abajo", ordenó de nuevo suavemente.
Golpes suaves sonaron y el hombre maldijo, de repente escaló sobre el asiento y pasó a la parte de atrás con ella. Ella gritó cuando él se agarró al respaldar del asiento, detrás de ella y bajo su torso sobre el suyo. Sólo unos centímetros los separaban y se sentía atrapada. Ella cogió aire para gritar de nuevo, pero él soltó el asiento y le tapo la boca con su mano, silenciandola. Su corazón se sentía como si fuera a explotar en su pecho cuando su rostro se acercó un poco más.
-"Maldita sea", dijo con voz ronca. -"No me mires de esa manera." Él pasó una pierna por encima del asiento para acercarse más. -"No te estoy atacando. Estoy tratando de protegerte. Quiero poner mi cuerpo entre tú y una bala. Tienes que dejar de gritar, ¿de acuerdo? Temo que el francotirador pueda oírte y no deje de disparar hasta que estés muerta. ¿Puedes callarte? "
Ella luchó contra el pánico y asintió con la cabeza. La mano se apartó de su boca. Ella observó con miedo como se acomodaba en el asiento con ella y metía un muslo entre su pierna y el asiento. Pasó un brazo por debajo de ella y apoyó su peso en el para no aplastarla.
-"Estoy usando mi cuerpo para cubrir el tuyo", le aseguró. -"Eso es todo. No estoy seguro de las armas que tiene el francotirador, pero es mejor prevenir que curar. Hasta ahora solo ha logrado darle a los espejos laterales y las llantas. Seguramente ya se dio cuenta de que las balas no atraviesan el SUV y podría estar recargando su arma con las perforantes. Prefiero ser yo quien reciba la bala."
La sorpresa hizo que estudiara sus ojos. No vio crueldad dentro de ellos, eran muy amables. Su miedo se redujo ligeramente, lo que le permitió respirar con normalidad y su olor llenó su nariz con cada respiración. Olía a limpio y agradable. El calor de su cuerpo grande se filtraba a través de su ropa y poco a poco dejó de sentir esa frialdad que se apoderó de su cuerpo.
-"Encontraran al francotirador y lo detendrán. Todo va a estar bien. "Él apartó la mirada de ella para mirar por encima de su cabeza, a través del cristal. -"¿Fugaku? ¿Respira Izumi? ¿Está viva? "
Ella se dio cuenta de que el hombre hablaba con alguien, a través de uno de esos pequeños dispositivos que Izumi le había mostrado. Él cerró los ojos y bajó la cabeza, hasta que sus labios casi rozaron los suyos. Sakura se puso tensa y él maldijo en voz baja.
-"Entendido. Gracias a Dios que respira, pero está mal. Mierda. ¿Cómo sucedió esto? La víctima está segura, aunque, traumatizada como el infierno. Estoy sobre ella para mantenerla abajo, pero no me está golpeado ".
Él abrió los ojos y la miró fijamente a los suyos. Ajustó el peso de su pecho en los codos y su gran mano le rozó la mejilla. Ella se permitió volver la cabeza para que su pulgar le acariciara la mejilla con suavidad.
-"Está bien, cariño. Tranquila. Te ves tan aterrorizada, pero estás a salvo conmigo. ¿Te duele la cara? Tienes un pequeño corte. Creo que Izumi te clavó la uña cuando aterrizó sobre ti ".
Ella no tenía conocimiento de la lesión, pero no le sorprendía. Todo había sucedido demasiado rápido y sabía que estaba demasiado aturdida para registrarlo todo. Su pulgar se detuvo y ella volvió la cabeza para mirarlo a los ojos de nuevo. Él la miró con una expresión que nunca había visto antes y que era bastante agradable.
-"Yo nunca te haría daño. No soy como esos idiotas que te mantenían en cautiverio. ¿Sabes cuál es mi trabajo? Encontrar a las que están como tú y llevarlas a casa. A partir de ahora serás feliz. No más cadenas, jaulas o dolor. "su voz se profundizo. -"Yo moriría por ti."
La calidez de esas palabras se extendió más allá de su piel, se extendió dentro de su pecho. Él quería decirlas y por alguna increíble razón, le creyó. Todo el miedo se desvaneció y ella se agarró con ambas manos a su camisa de extraña textura.
-"Suave, Sakura," dijo con voz áspera.- "No me arañes. Soy tu amigo ".
-"Yo-" Ella cerró la boca, preocupada porque se enojara si hablaba sin permiso.
-"¿Qué? Hablame ".
Ninguna rabia oscureció sus rasgos o brilló en su atractiva mirada. Se animó a hablar de nuevo.- "¿Tú quieres que sea buena contigo?"
-"Sí." Él sonrió. -"Somos amigos." Él se puso serio. -"Mataré a cualquiera que venga a por ti. Yo estoy aquí y estás totalmente a salvo conmigo. El equipo ha asegurado el área, pronto encontrara a los francotiradores y los detendrá. Nadie se acercara a nosotros. "
Quiere protegerme. Matará a los demás si tratan de hacerme daño. El asombro que la inundó hizo que le fuera difícil pensar. Su aroma a limpio era maravilloso y era muy atractivo, su gran y voluminoso cuerpo daba miedo, pero ella no le temía. Él tenia cuidado de no aplastarla bajo él y ella podía sentir la suavidad de su piel contra la suya.
Él sería un buen amo.
Él levantó la cabeza, la miró de nuevo y cambió parte de su peso antes de mirar hacia abajo. -"Voy a quitarme el chaleco y a ponerlo entre tu cabeza y la puerta. El francotirador podría cambiar de lugar para evitar su detención durante más tiempo. "
Ella no dijo nada mientras él desgarró con una de sus manos la cosa que cubría su cuerpo, después se encogió de hombros y se la quitó. La colocó junto a la puerta, por encima de su cabeza. Su mirada se fijó en la camisa y en los botones que mantenía juntas ambas partes de la misma. Ahora que se había quitado esa cosa, podía ver que su pecho era ancho y sus brazos se veían muy gruesos.
Se tocó la oreja. -"¿Cómo está Izumi?" Hizo una pausa.- "Bien. ¿A qué distancia está el otro equipo? "Hizo otra pausa. -"Aquí estamos bien. Sólo tienes que encontrar a ese hijo de puta. "Se tocó la oreja otra vez y su brazo cayó a lo largo del borde del asiento para apoyar el peso de su torso en ambos antebrazos. Él encontró su mirada.
-"No han encontrado al francotirador todavía, pero los equipos están entrando y el helicóptero de apoyo aéreo se está acercando. No tardara demasiado. ¿Cómo estás, Sakura? Somos amigos, ¿no? Sabes que no voy a hacerte daño, ¿verdad? Sólo permanece tranquila ".
Se tragó su miedo y volvió a preguntar.- "¿Quieres que sea agradable contigo?"
-"Eso sería genial." Él le sonrió.
Tenía un rostro atractivo y ninguna "rugosidad" estropeaba su piel bronceada. No quería volver con el Maestro. Era insensible y la castigaba por cualquier cosa. Shisui había prometido no hacerle daño y le creía. Respiró hondo, sabiendo que cualquier otra cosa seria mejor que volver a su antigua vida. Al menos Shisui le daba esperanzas de un futuro sin miseria. Ni siquiera le importaba cuando ella hablaba sin permiso. No le había abofeteado y eso era suficiente para convencerla de que era mucho mejor hombre.
-"Voy a ser buena contigo."
-"Bien. Somos amigos, Sakura. Sólo relájate, ¿de acuerdo? Estás totalmente segura conmigo. "
Sus manos temblaban mientras le tocaba el pecho. Este material era muy suave y podía sentir el calor de su cuerpo. Sus dedos sintieron la firmeza de los músculos debajo de la camisa delgada. Quería quedarse con él. No podía ser peor que lo que había vivido en su pasado. Nada podría serlo.
Ella esperó a ver cómo reaccionaba, pero él no hizo nada. Eso la confundía. Ella dijo que seria buena con él, pero él sólo la observaba en silencio, con esos ojos hipnotizantes. Realmente lo eran y le gustaba la forma en que la miraba. Era casi como si estuviera esperando a que ella hiciera algo.
Yo puedo hacer esto. Él debe querer que empiece. Tragó saliva, deseó estar limpia y esperaba no verse tan mal como temía. Sus manos se movieron, se deslizaron por su camisa y una agarró la curva gruesa de su hombro, mientras que su otra mano corría por su estómago. Él jadeó y levantó un poco su torso del de ella para darle espacio. Ella utilizó el espacio para frotar la parte delantera de sus pantalones.
-"¡Mierda!" Sus ojos se abrieron como platos cuando la miró boquiabierto.- "¿Qué estás haciendo?" Se quedó helada.- "Eso es mi polla." Su voz tembló.- "Pensé que estábamos jugando agradable. Esto va a doler pero no voy a pelear contigo, maldita sea. Eres una mujer. Por favor, no hagas lo que creo que estas haciendo. Yo soy tu amigo ".
La confusión se apoderó de ella, hasta que se dio cuenta de que él pensaba que iba a atacarle. Él pensaba que le estaba tocando, amenazadoramente, para causarle dolor, así que le acaricio más suave para mostrarle que estaba siendo amable. Le había dicho que iba a serlo.
Él la miró fijamente, su mirada todavía amplia y se quedó sin aliento de nuevo. Sabía que lo estaba haciendo bien cuando su parte-de-hombre creció notablemente contra su mano.
-"Detente," dijo con voz áspera.
Su mano se detuvo. -"¿Quieres que use mi sexo en vez de mi mano? Dije que sería agradable contigo ".
Giró las caderas para alejarse de su palma. -"¡No! ¡Mierda! No quise decir 'agradable' de esa manera. Oh infiernos. " Se movió por su cuerpo hasta la parte delantera de sus pantalones estaban fuera de su alcance. -"Yo ... maldición. No quise decir que quería sexo contigo. Sólo quería decir ... ¡mierda! "
Ella le había disgustado, seguro que había hecho algo mal para que no la quisiera. La idea de que no siguiera protegiendola del Maestro le aterrorizo instantáneamente y se agarró a su camisa con ambas manos.
-"Por favor, dame otra oportunidad. Puedo hacerlo mejor. Voy a hacer lo que quieras. Sólo dime qué hacer. Y lo haré. "
Él la miró con algo parecido al horror y las lágrimas llenaron sus ojos, ahora le había enojado. Ella volvió la cabeza, apartó las manos de su cuerpo, se acurrucó contra su pecho y esperó los golpes. Él era mucho más fuerte que el Maestro y probablemente le causaría más dolor.
-"Lo siento", susurró.- "Haré lo que sea. Tú pareces bueno y me verás mejor cuando esté limpia. "Ella se atrevió a mirarlo, sólo para ver que seguía mirándola horrorizado. -"Por favor, decide llevarme. Quiero ser amable contigo. No me dejes aquí. "
-"Oh, demonios, nena. Puedo ver que eres hermosa, a pesar de la suciedad, pero no es por eso. "Su voz se suavizó y lo mismo hizo su expresión.- "No tienes que ofrecerme sexo para que siga protegiéndote. Matare a todo el que venga a por ti, pero no quiero nada a cambio. Sólo quiero que seas feliz. Soy tu amigo ".
Ella olfateó, conteniendo las lágrimas.- "¿Tú serás ahora mi amo?"
-"No." Más terror llenó sus ojos.- "Eres libre y nadie es tú dueño ".
Ella cerró los ojos, volvió la cara y no volvió a hablar, pensando que había hecho algo que le había molestado. Esperaba que su silencio pudiera calmarlo y que tal vez, le diese otra oportunidad de demostrarle que era digna de guardar. No podía soportar la idea de volver con el Maestro.
Cuanto más pensaba en ese concepto, más pánico sentía. Su respiración se aceleró y no pudo parar. El hombre sobre ella maldijo suavemente y buscó algo dentro de uno de sus bolsillos.
-"Cálmate", le ordenó con voz un poco dura.- "Estás hiperventilando. No voy a hacerte daño ". Quería rogarle que no la devolviera al Maestro, pero no podía pronunciar las palabras.
Sus dedos se agarraron con fuerza a su camisa, quería rogarle que la mantuviera con él, pero el terror se apoderó de ella ciegamente. Había estado tan cerca de la libertad y ahora iba a perderla. El sonido de un lamento llenó el vehículo, salia de ella, pero no podía detenerlo.
Él levantó algo a su boca y le arrancó una especie de tapón transparente. Era una jeringa. Le clavó la aguja en su brazo y ella grito de dolor. Él sacó la aguja de un tirón y la arrojó al suelo. Sus manos la sujetaron suavemente.
-"Tranquila, Sakura. Ahora estás a salvo."Él la miró fijamente a los ojos.-"Maldita sea, ¡ella se está volviendo loca!", Gritó. -"Acabo de sedar a nuestra chica regalo. ¡Encuentren a ese maldito francotirador! "
Una niebla nubló su visión antes de que todo se volviera negro.
...