A pesar de la rápida intervención de los Hybrid, los partícipes del pleito lograron dañar sus respectivos carritos o alimentos con su pleito, pasando a llevar el de Agnimon en el proceso. Obviamente, eso desencadenó que el descendiente del guerrero ígneo abandonara su temple, poniéndose a lanzar llamas en dirección a los Child, sin importarle si daba con los “humanos” en el proceso. Vikaralamon observaba todo, ensanchando aún más su característica sonrisa, gratamente sorprendido porque sus escoltas fuesen peculiares y tuvieran acceso a la Spirit Evolution. Sí, al igual que otros sirvientes de la Holy Beast, estaba bien informado de los sucesos ocurridos en el último tiempo, siendo uno de los tópicos más interesantes para él los nuevos tipos de evolución descubiertos. Blitzmon no tardó en lucir su nueva técnica defensiva para cubrir a su compañero gélido, quien se dedicó a inmovilizar a Palmon, Gazimon y Shotmon con su aliento, pues apenas les daban la espalda volvían a iniciar un altercado, impulsados por los delirios de aquel concurso y la injusta descalificación que sufrían. Taomon y los demás no perdieron tiempo en mover sus carros o protegerlos con alguna técnica defensiva, centrándose en seguir preparando sus platillos mientras el resto causaba un alboroto.
Al cabo de unos minutos, Chackmon logró aprisionar a los de menor etapa y ayudó a su homólogo a luchar contra el dueño del restaurante hindú. Como era un dos contra uno, sumado al hecho de que se notaba a leguas que el ígneo no tenía mucha experiencia combatiendo, no tardaron mucho en detenerlo a él también. Lamentablemente, cuando Blitzmon logró agarrarlo con una especie de llave, seguramente idea del germano, Agnimon pateó con brusquedad su propio puesto y terminó por calcinarlo. El oso polar intentó detener el fuego, siendo incapaz de salvar la comida. El afectado se libró del movimiento del bicho acorazado y cayó de rodillas frente a su desgracia, culpándose a sí mismo por haber perdido la calma frente a la estupidez de sus competidores. Avergonzado por su actitud, el descendiente de AncientGreymon se disculpó con los presentes, no sin dedicarle una mirada asesina a los tres responsables de que dicho pleito se originara, retirándose cabizbajo. Por seguridad, Blitz y Chack esperaron a que se retirara para soltar a los otros tres, a quienes también mandaron devuelta a sus locales cuales padres reprimiendo a su hijo por portarse como pendejo en público.
— Una lástima que se perdiera tanta comida por una pelea —rió el cerdo, una vez el par de Juttoushi se vio libre—. Puedo preguntar, ¿cómo es que evolucionan a Digimon?
— Quizás luego —fue Chackmon quien respondió, manifestando su desconfianza hacia los chef. El Deva no hizo más que volver a carcajear, entendiendo la razón.
— Menudos tarados —gruñó el insectoide—, todo por un poco de fama.
Dicho aquello, ambos volvieron a su etapa humana, viéndose algo cansados por usar la evolución de manera tan espontánea. El cerdo no pasó eso por alto, por lo que no tardó en sugerir a los cocineros restantes que cocinaran también para ellos, por agradecimiento a sus servicios, cosa que el público interpretó como una “segunda etapa” con “más jueces” o algo por el estilo. No pasó mucho para que Burgamon se dijera a sí mismo que haría su mejor platillo, obviamente con el afán de ganarse la aprobación de los cinco en el supuesto jurado, cosa que gatilló una tensión más fuerte en su competencia, menos en la única Child restante quien se tomaba todo el tiempo del mundo para amasar sus postres o batir lo que tuviera que cocinar.
Numemon se regodeó con todo lo que acontecía, pues por fin podría participar activamente en la quest, aún en esa forma supuso que tendría las papilas gustativas como para juzgar los platillos. Por su parte, los otros tres solo esperaban que todo estuviera rico, pues tenían que reponer sus energías en caso de que la evolución fuese necesaria nuevamente. Así, el primero en terminar su as bajo la manga fue Ponchomon, esta vez, quien se acercó con un plato característico de México. Trataba de unos tacos, pero no cualquier tipo de ellos, sino que unos cocinados al vapor con un clásico contenedor cubierto en madera, dándole un toque elegante a la presentación. Expresó que su platillo contenía carne de cabeza, cuyo sabor era un poco más fuerte y chicloso que otros tipos de cultivos de la granja. Sirvió dos porciones en cada plato de los de Gungnir, seguido de una docena en el que correspondía al Deva. Acompañó los mismos con trozos de queso, chile picante, un poco de guacamoles para el que lo deseara y, por último, un shot de tequila para cada quien. Expresó que la preparación fue realizada con especial cuidado, añadiéndole su secreto especial, que se rehusó a revelar.
Pronto, el “jurado” se aburrió de las explicaciones y procedió a degustar, obteniendo diversas reacciones. Vee no tardó en ponerse rojo, empezando a gritar por agua y casi atragantándose cuando tomó el tequila para intentar pasar el ardor del chile, nunca en su vida había probado esa cosa y no podía creer que quemara hasta el alma. Ewain actuó casi igual, pero más recatado que el dragón, pues en su país natal tampoco se acostumbraba a comer ese tipo de cosas y las pocas veces que había probado los tacos, no había sido con un picante tan fuerte. Eso sí, apreció la textura del platillo, quedando satisfecho con el mismo. Hanz y Vikarala lo comieron como si nada, al punto en que pareció que pedían más, pues su apetito era grande. Finalmente, Numemon se retorció con su gelatinoso cuerpo, entrelazando sus ojos en el proceso, visiblemente fascinado con la delicia que estaba probando. No pasó mucho para que liberara un gemido de placer, viéndose transportado a los cielos, donde un montón de Angewomon le acariciaba y le conducían hacia el lugar sagrado donde Yggdrasil guardaba la felicidad eterna.
— Parece que no te fue muy bien —rió por lo bajo el taoísta, deprimiendo al cactus fantasmagórico con su comentario—. Mejor suerte para la próxima.
— Bueno, al menos lo di todo —confesó Ponchomon—. Gracias —se dirigió especialmente al moco, quien sonrió algo colorado.
La siguiente fue Mermaimon, abalanzándose sobre los cinco apenas vio que el otro Digimon se apartaba. Ella presentó un platillo típico del mundo humano, pero que no muchos gustaban, explicando que era compuesta por mariscos, legumbres y carne. Este se llamaba curanto y llamó la atención de todos que su carro estaba hecho un desmadre, como si hubiese tenido que colocar muchas cosas sobre la comida. Notando aquello, la sirena explicó que su preparación era complicada y que tuvo que adaptarla a la situación, esperando así que esperaba que lo disfrutaran.
Al rato, las reacciones de los comensales no se hicieron esperar. Tanto Vikarala como Ewain mostraron mala cara, el primero por haberse comido los mariscos con concha y todo, al no verse en la posibilidad de sacárselas; mientras que el segundo los encontró con un sabor extraño y poco agradable. Von Kaulitz volvió a comer como si nada, sin expresar comentarios, aunque en su mente se mantenía en la idea de que Blake cocinaba mejor que los dos cocineros que habían pasado. Finalmente, Numemon y Vee se rehusaron a probarlo, ya fuese porque lo consideraban apestoso o porque sería irónicamente caníbal para el verdoso. Mermaimon chistó, molesta con sus reacciones.
— ¿¡Cómo son jueces de un concurso y no prueban el platillo!? —gruñó, con puño en alto.
— ¿Concurso? —Vikarala soltó la obvia pregunta que sus escoltas se habían hecho rato atrás, ladeando un poco su cuerpo en consternación. Con ello, terminó por casi aplastar a un transeúnte que observaba curioso el evento, salvándose solo porque su compañero digita le advirtió a tiempo— Yo solo quiero probar su comida.
— Acéptalo, pescadito —bufó Taomon—, ya perdiste.
— Pero qué mal gusto tienen —manifestó la Perfect, mas se abstuvo de decir otra cosa para no iniciar alguna especie de conflicto con el Deva. Bien sabía ella que era poderoso, aunque en el fondo, reconocía que no pensó en que no podría sacarle el caparazón a los moluscos—. Jódanse —sentenció.
Una situación similar ocurrió con Rinkmon y Gargomon, quienes se empecinaron en mostrar sus platillos sirviéndolos como hacían en sus propios restaurantes. El primero, en su afán de hacer piruetas, terminó tropezando con una roca que “accidentalmente” había aparecido en su camino. Esto terminó en que botara su platillo de papas a la boloñesa, aunque el Deva alcanzó a degustarlas interceptando uno de los mismos en el aire. Obviamente, el patinador digital se frustró con su estúpido error y se auto-adjudicó una descalificación por no haber cumplido con entregar su comida a todos los jueces. Aparentemente, el azulino era tan honorable como Agnimon en ese sentido, aceptando su derrota sin que nadie le dijera nada. El caso de la gárgola fue peor, pues se había empecinado en cubrir los ojos de los comensales para que probaran su Ratatouille, sin embargo, no logró su cometido ni con la inmensidad del Deva ni con los ojos viscosos del Patanume. Lo peor de todo, fue que el Armor se empecinó en lograrlo, buscando diversas formas de unir las telas que había traído consigo. Cuando aceptó su derrota, su comida estaba fría como un témpano, por haber demorado. Taomon rió por lo bajo, una vez más.
Blake no pudo evitar notar la constante actitud del Perfect restante, encontrando algo sospechoso que siempre mantuviera sus manos fuera de vista de ellos y que, ocasionalmente, observara a su competencia con recelo. ¿Tendría algo que ocultar o solo estaba siendo paranoico? Por su parte, el germano pensaba que el zorro humanoide era una versión más alta del Strabimon castrante que conoció días atrás y, cuando se aburría, se entretenía pensando formas en cómo torturarlo. Parecía quedar un poco de tiempo para la siguiente ronda de comida, quizás porque los mismos chef, expertos en lo suyo, esperaban a que el resto digiriera un poco lo recién probado para que disfrutaran al máximo sus propios platillos. De hecho, fue Sistermon quien propuso un descanso de quince minutos al jurado, cosa que aceptaron todos los presentes de forma unánime, arreglándoselas para utilizar ese tiempo a su favor (en el caso de los chef).
— Hanz —habló Ewain, reventando la burbuja mental de torturas que tenía el aludido—, explícame lo del comunicador —pidió.
— No es nada importante —se cruzó de brazos, mirando a otro lado. Ni él mismo entendía bien por qué había terminado regalándole el comunicador que le sobraba, aunque sí sabía a la perfección lo que gatilló ese sentimiento de necesidad. Intentó buscar a alguien con quien hablar, para evadir el tema, pero Numemon y Vee conversaban amenamente con el cerdo, quien les contaba aventuras de él y sus compañeros—. Tsk.
— Te lo devolveré, entonces —sentenció.
— Que no. Es un regalo —la mirada del escocés mostraba que no iba a ceder, al menos hasta saber la razón—. Joder, ¿acaso no puedes aceptar uno porque sí? —Blake frunció el ceño, mas cuando hizo el amague de responder, el germano se le adelantó— Un año —dijo, descolocando al otro—, hace un año nos dimos... esto, tuvimos… nuestra primera quest juntos.
Von Kaulitz no toleró sostener la mirada con Wilson, quien se mostró abiertamente sorprendido con aquel detalle del azabache. Exactamente hacía un año, la dupla se había embarcado en una misión para ayudar a Alessa Bellini a encontrar noticias jugosas para el Tengu. Fue allí cuando Hanz y Ewain empezaron a coquetearse el uno al otro por primera vez, obviamente siendo el primero quien tomó las iniciativas impúdicas, al punto en que lo besó cuando estuvieron en el bosque entrevistando a Geckomon. El portador de Chackmon no supo qué decir, sintiendo que un nudo se le formaba en la garganta a medida que su corazón palpitaba. Sentía la necesidad de conversar con el chico, pero por otro lado, la imagen de lo sucedido con Raisa le impedía hacer cualquier cosa. Antes de que pudiera decidirse, Burgamon anunció que el descanso terminaba y que él seguía en la cola de la competencia, cosa que volvió a descolocar a los “jueces”. Vikarala no pudo evitar escuchar esa conversación interesante entre los humanos, se notaba que siempre estaba atento a su entorno con esa sonrisa confianzuda, mas pronto dirigió su atención al platillo presentado por el chef.
Takerudark te tocan los restantes (Burgamon, Sistermon, Meramon y Taomon) y el pleito ese.
Feliz aniversario atrasado y no canon (?)