MetalPhantomon apretaba su mandíbula con fuerza, producía un desagradable sonido cuando rastrillaba sus metálicos dientes. Se mostraba muy alterado, pero a su vez, no perdía en ningún momento su violenta e intimidante aura. Miró al cielo y contempló durante un segundo la luna, luego a su objetivo, aquella tamer de pelo rosa. -
(¡Tiene que ser hoy! ¡Tengo que hacerlo ahora!) - pensó él con impaciencia. Todas sus acciones tenían un significado especial, la ansiedad por cosechar un alma le estaba consumiendo, deseaba rebanar, profanar y purgar a aquella humana. La arma que sujetaba con su mano era perfectamente capaz de cumplir ese propósito. Sin embargo, ¿por qué? ¿Por qué seguían interponiéndose en su camino? ¿No podían aceptar su destino? Esos tontos humanos y digimon deberían haber entendido que nacieron y vinieron al mundo digital solo para morir en sus manos.
(No lo comprendo, seres inferiores que se resisten a la dicha más satisfactoria. ¡Deberían estar agradecidos conmigo!) - la noche no era tan larga y él lo sabía. Le importó un pimiento si ese dramon había alcanzado una nueva evolución, lo ignoró completamente y cargó en dirección a Light. -
¡¡HIII!! - su agudo e inhumano grito estaba repleto de sed de sangre, era capaz de erizar la piel de todos los presentes y hacer que sus cuerpos estallasen en sudor.
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¡Basura metálica! - la anguila no iba permitir que su oponente actuase a su antojo. Lo interceptó con una embestida frontal, intentando empalarle con su espada. La parca extendió su larga hoz con una sola mano y esquivó por milímetros el ataque de MegaSeadramon. Luego, continuó avanzando ignorando completamente las presión del viento mientras cortaba el cuerpo de su enemigo en forma de espiral. -
¡¿Gah!? - por medio segundo el acuático perdió el conocimiento, los cortes eran superficiales pero las heridas que le habían dejado fueron abiertas de una manera muy particular, permitiendo el sangrado constante de datos. El dolor recurrió su columna vertebral como un rayo, un ardor inconfundible e insoportable que era capaz de volver loco a cualquiera. Por supuesto, tanto shock físico paralizó sus movimientos, pero de forma contradictoria, su espíritu de lucha se disparó. MetalPhantomon siguió de largo, directo dónde la humana ya preparado para destrozarla. Pero...
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¡...! - Megadramon le propinó un potente y veloz gancho. Sus garras se abrieron como una flor y cuando entró en contactó con el esqueleto, se cerraron bruscamente. El ataque lo empujó y enterró contra un edificio de hierro, abollando la pared por completo. Sintió como si hubiese sido golpeado por un Trailmon.
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¡De nada sirve tu agilidad si vas directo a un objetivo tan obvio! ¡No te dejaré avanzar más! - exclamó el alado con furia. No entendía muy bien que le sucedía a su cuerpo ni porque se disparó una nueva evolución, no obstante, sí sabía que no duraría mucho en ese estado. La energía recorría su ser sin control, debía canalizarla en batalla cuantos antes para no desaprovecharla. Puso todavía más presión en su garra y obligó a su contrincante a que adoptara una postura defensiva. MetalPhantomon soltó su guadaña para evitar que esas enormes manoplas lo aplastasen, resistiéndose con ambas manos y demostrando que su fuerza era solo superada por la diferencia de peso.
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¡Insensato! ¡No podrás detenerme con eso! - gracioso, aunque el esqueleto seguía menospresiandole, no se encontraba en ninguna situación favorable. Contempló el oscuro hueco que yacía en el brazo del dramon, una décima de segundo después, pudo ver como un objeto salía disparado a toda velocidad. -
¡Q-! - no tuvo tiempo de reaccionar, recibió un proyectil orgánico a corta distancia. La explosión agravó sus anteriores heridas, en especial la fisura que MegaSeadramon había creado con su espada. El edificio detrás suyo también recibió parte del daño, creando una larga extensa columna de humo que se elevaba hasta el cielo.
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¿¡Cómo es que sigues vivo!? - se quejó Megadramon luego de notar como la parca todavía se resistía incluso después de ese golpe. ¿Cómo le hacía para aguantar ataques que rozaban el limite de los perfect? El alado entendió que le quedaban pocos segundos con esa forma, desenterró su brazo de la pared y prosiguió lanzando a su contrincante contra el asfalto. Puso toda su fuerza en ese movimiento, siendo imposible para MetalPhantomon detenerse incluso con su capacidad de vuelo. No volvió a usar Genocider Attack, era una técnica anti-terrestre que devastaba el área que impactaba. Si hacía uso de ella, ponía en peligro a todos los humanos que pudiesen rondar en la zona. Se posó sobre el departamento dañado y de-evolucionó, siendo incapaz de seguir manteniendo esa forma.
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No... se resistan. - la parca emitió unas débiles palabras, pero sus ojos brillantes como rubíes reflejaban muy bien su determinación. No se iba a rendir con algo tan importante para él como la cosecha de almas, mucho menos con una noche tan especial como esa. Incluso si necesitaba poner su vida en peligro lo valía. La electricidad de su cuerpo no fluía correctamente, no sentía dolor como tal pero sí entendía cuan grave estaba su cuerpo y que tan dañados estaban sus datos. -
(No podré cosechar el alma de ese digimon... ) - admitió en sus pensamientos, reconoció que era más débil que Megadramon, al menos en ese momento. -
(... No tengo mi arma pero mis manos deberían bastar para aplastar el cráneo de esa humana) - se elevó una vez más, miró hacía arriba y notó que Megadramon ya no estaba allí. -
¿Dónde...?
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¡Preocupate por eso después! - otra voz llamó su atención, era la de la MegaSeadramon. La serpiente se arrastró por la calle y le sujetó con su mandíbula. Tan débil como se encontraba, a penas podía oponer resistencia. -
¡Master, una buena carta!
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¡Sí! - asintió Ringo al tiempo que la deslizaba por su lector. MetalPhantomon escuchó la voz de esa frágil humana. Estaba mucho más cerca que la otra de pelo rosa. Sin dudas se puso contento, iba a poder llevarse su vida. Aún atrapado entre las fauces de la serpiente, extendió su mano en dirección a Takanabe y comenzó a reírse de forma desquiciada.
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¡Un alma, mi alma, cosechar, alma, dark area. HIAHAHAH!
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¡God Flame! - incluso mientras era incinerado por las llamas de Goddramon él no frenó sus carcajadas. Sus huesos se derritieron de a poco y su núcleo reventó por el intenso calor, desapareciendo en forma de datos para luego reorganizarse como un digitama, el cual obviamente fue destruido también por el dramon.
[...]
Habían ganado, estuvieron contra la pared durante todo el encuentro, pero un milagro les permitió voltear el tablero. Monodramon y Tentomon bajaron de los edificios en los que habían quedado varados luego de perder su evolución y se reunieron con sus tamers, el insecto e particular se mostraba bastante torpe, debía tener quemaduras internas, aunque algo leves si no se quejaba. Betamon fue de-evolucionado y almacenado dentro del iC, sus heridas le dolían como el infierno y prefería descansar.
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Law~ - le llamó la distraída estirando la última letra tanto como pudo pero con un tono deprimido. -
¿Por qué nos metimos en esto? No me acuerdo - el emparchado no respondió su pregunta.
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... - Al principio fue con el objetivo de sacar una recompensa, pero dudaba que con todo ese esfuerzo puesto lo valiese. Él no lo iba a decir, pero su atracción por las situaciones peligrosas jugaron un papel importante a la hora de decidir si darle caza o no a MetalPhantomon.
Los tres vieron cosas horribles durante el combate. Todos sintieron miedo, pero también lo manifestaron de forma diferente. Takanabe ya había presenciado asesinatos mucho más terribles, escenas tan grotescas como esa no la iban a traumar considerando que las victimas eran puros desconocidos, pero si terminaba inundada por un sentimiento repugnante que la descomponía. Wolfe no tenía muy en claro como reaccionar, en la superficie podría parecer calmado, pero dentro de su mente, la confusión era lo que predominaba. ¿Debía lamentarse? ¿Enojarse? ¿Frustrarse quizás? Quería encontrar un manual que le dijese como actuar en una situación así. Light por su parte se sentía impotente, por un lado alegre por el esfuerzo puesto por su camarada Monodramon. Sin embargo, si ella tuviese que elegir entre vivir esa situación o no, claramente la habría evitado. Apretó su digivice para aguantar el coraje y desvió la mirada al cielo nocturno. Cada vez que viese aquella luna sola en el cielo, recordaría la masacre de aquellos que no pudo salvar.
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¿Estás bien Light? - preguntó el dragón morado mientras se aferraba a su pierna y le dedicaba unos "ojos de cachorro".
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Lo estaré... - respondió ella. No quería volver por el mismo camino y toparse con los cuerpos, nadie deseaba verlos. Durante el combate, la adrenalina había actuado como una puerta de hierro, una que les había permitido aguantar esas escenas. Pero ahora no era igual, si se topaban con los cadáveres, estaban seguros que la impresión sería mucho peor. Ninguno estuvo de ánimos para soltar una despedida, ambos grupos se separaron por caminos distintos, sin olvidar por ningún momento que esta había sido una mala conclusión.
L
Leo podríamos haber empezado de otra forma, por ejemplo, que nos contratarán directamente para detenerlo. Pero preferimos estar allí desde el principio, creo que de otro modo, y considerando que el raid boss no iba de broma, muchas más vidas se habrían perdido.
Claire.
.Wolfe :)